La investigación se topa con otra dificultad inesperada: la política de privacidad de Apple
Tras toparse con la inesperada dificultad de WhatsApp, que se negó a facilitar a la Guardia Civil los mensajes que Diana Quer leyó antes de desaparecer, la investigación de la joven madrileña desaparecida en la madrugada del 22 de agosto en A Pobra (A Coruña) se ha topado con otra piedra en el camino: Apple.
El motivo es que los técnicos del Laboratorio de Criminalística del Instituto Armado lograron secar las piezas del iPhone-6 de la joven y ponerlo en marcha, pero no pueden seguir avanzando porque desconocen el pin que Diana utilizaba en este celular —según informa La Razón—.
El gran problema en este punto es la más que exigente política de privacidad de Apple, fabricante del teléfono, que hace casi imposible que ceda esa información a las autoridades.
La compañía estadounidense ya demostró una absoluta inflexibilidad en este aspecto cuando el FBI le pidió el pin del iPhone 6-s que utilizaba el yihadista Rizwan Farook, responsable de la muerte de 14 personas en diciembre del año pasado en San Bernardino (California).
La agencia americana abonó más de 1,2 millones de dólares a unos hackers israelíes para poder acceder al aparato.
Ante esta situación, la Guardia Civil ha pedido a su familia el anterior teléfono de Diana, con sistema operativo Android, por si el pin coincide con el del iPhone 6-s y poder acceder así a sus datos.
