Para esas personas que nunca han sido de sobresaliente

Para esas personas que nunca han sido de sobresaliente

Así que, a todos esos ojitos tristes e inquisidores: no tenéis derecho a juzgar mis decisiones por tener más estudios que yo, una casa más grande o hijos. Vosotros sois seres humanos y yo también. Llevo 28 años en este planeta y sigo sin saber qué puñetas estoy haciendo.

Carolyn Dickson

Si siempre has sido brillante, este post no es para ti. Este es un grito para aquellos que pasamos por la vida sin fijarnos metas y nos limitamos a cubrir nuestras necesidades. Para los que no aspiramos a ser cada vez mejores ni a superarnos a nosotros mismos. Para los que solo deseamos ser normales y vivir la vida sin arrepentimientos ni aspiraciones guiadas por el solo se vive una vez.

Pon música relajante y suelta un "meh" conmigo.

No me malinterpretes, si eres el tipo de persona al que le gusta conseguir cosas y fijarse metas, ya sea en el ámbito laboral o en el personal, me parece perfecto. Cada uno es como es. Saca lo mejor de ti mismo. Pero me encantaría que las personas que sois así me dejarais un poco en paz. No necesito que me miréis con expresión triste mientras pensáis "oh, ya tiene 28 años y sigue trabajando de recepcionista" o "tiene 28 años y casi no tiene estudios".

Puede que os sorprenda, pero yo he decidido así. Indaguemos y veamos por qué soy así:

Nunca he sido de sobresaliente.

Cuando era pequeña, mis amigos siempre sabían lo que iban a querer ser cuando fueran mayores. "Quiero ser médico", "quiero ir a la Luna", "quiero ser un camión de bomberos". Yo nunca fui como esos niños. Siempre he vivido el presente y siempre he pensado que ya lidiaría con todo lo demás después. La vez que estuve más cerca de saber lo que quería ser de mayor fue cuando vi por enésima vez la película Twister y quise ser Helen Hunt (todavía sigo queriendo serlo).

En el instituto, se nos forzaba a planear el resto de nuestras vidas y a ir a la universidad inmediatamente después de acabar. Genial, es una presión realmente necesaria para unos niños de 17 años. Como supondrás, yo no tenía ningún plan. Pero, como mis padres son de esa generación que cree que todo el mundo debería tener estudios, me obligaron a ir a la universidad. No salió muy bien.

En 2010 pude incluir más estudios aparte de los del instituto en el currículum. Pero, entonces, mi marido y yo lo dejamos todo para viajar por Europa. Y ahora llevo ya dos años y medio siendo recepcionista.

"¿Pero no quieres algo más para tu vida profesional?"

Si pasa, pasa. Si no, no.

Siempre y cuando esté disfrutando de las decisiones que he tomado, ¿qué más da?

Me encanta mi estilo de vida.

No tengo un cochazo; en realidad, ni siquiera tengo coche. No compro ropa carísima de marca. No tengo hijos ni planeo tenerlos. No me voy de vacaciones a hoteles de lujo. Pero tampoco vivo asfixiada. Tengo ahorros, estoy apuntada a un gimnasio, tengo una casa y he viajado mucho. Mi familia es genial, mis amigos son los mejores y la relación que tengo con mi marido es muy sólida.

Los padres quieren ver a sus hijos tener éxito, y no hay nada de malo en ello. No son capaces de vislumbrar el futuro mejor que tú, pero, como ya han pasado por esa parte de la vida, sí que pueden aportar consejos y sabiduría.

Aun así, todo el mundo tiene un concepto diferente de lo que significa el éxito. No me definen ni mi puesto de trabajo ni mis estudios mediocres. Mi trabajo es simplemente lo que tengo que hacer para mantenerme y para tener lo que me apetece tener.

Vivo sin preocupaciones.

En serio. Estoy orgullosa al 100% de todos mis amigos y hermanos que luchan por tener una vida profesional de éxito y de cómo quieren llevar sus vidas. Ya sea teniendo hijos o llegando a ser los jefes de la empresa. Pero yo no soy así.

No tengo metas por cumplir de aquí a un año, ni de aquí a cinco, ni a diez. No me preocupo por el futuro. No soy especial, no soy un copo de nieve único y hermoso, soy de la misma materia orgánica en descomposición que todo lo demás. Gracias a El club de la lucha.

Así que a todos los ojitos tristes y inquisidores: no tenéis derecho a juzgar mis decisiones por tener más estudios que yo, una casa más grande o hijos. Vosotros sois seres humanos y yo también.

Llevo 28 años en este planeta y sigo sin saber qué puñetas estoy haciendo.

Y ¿sabéis qué?

¯\_(ツ)_/¯

Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.

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