A la mamá que cree que no es lo bastante buena

A la mamá que cree que no es lo bastante buena

Estoy agotada; estoy hecha polvo. Sólo quiero dormir. Soy egoísta por pensar en mí misma y en las horas de sueño que estoy perdiendo. Soy una mala madre. No puedo seguir el ritmo. No tengo las habilidades suficientes; no soy lo bastante observadora. No soy lo suficientemente buena.

No sé dónde estarás leyendo esto. Quizá estás en el portátil, robando unos pocos minutos para ti misma. O quizá alguien te lo haya pasado en el trabajo. O puede que estés en el lavabo, con el móvil en la mano y el cerrojo echado, tratando de contener las lágrimas porque éste ha sido uno de esos días terribles que te gustaría poder olvidar.

Estés donde estés, hagas lo que hagas, este mensaje es para ti y empieza así... Eres lo suficientemente buena.

Piensa en estas palabras durante un minuto.

Eres lo suficientemente buena.

Saborea estas palabras como si estuvieras probando un buen vino y dales vuelta en los recovecos de tu mente.

Eres lo suficientemente buena...

Recuerdo cuando descubrí por primera vez que estaba embarazada. Miré con descrédito el test de embarazo. La alegría que sentí se vio inmediatamente superada por la preocupación.

Me he tomado unas cuantas copas de vino este mes; he comido sushi y he tomado medicación... Ya soy una mala madre. No soy lo suficiente.

Durante el parto, recuerdo mecerme para adelante y para detrás con mi marido y mirarle con lágrimas en los ojos. El miedo estaba ahí.

¿Cómo podré ocuparme de otro ser humano si apenas soy capaz de sobrellevar el parto? ¿En qué me he metido? No soy lo bastante buena.

Una noche tras otra, cada tres horas, daba de mamar a mi recién nacido y cuando le sostenía en mis brazos, me preocupaba.

Estoy agotada; estoy hecha polvo. Sólo quiero dormir. Soy egoísta por estar pensando en mí misma y en las horas de sueño que estoy perdiendo. Soy una mala madre. No soy lo bastante buena.

Una caída por las escaleras, un tropezón en el jardín, un golpe en la cabeza y un viaje a urgencias... momentos aterradores en la vida de un pequeño. Cuando enjugo las lágrimas de mi hijo, me preocupo.

No puedo seguir el ritmo. No soy lo suficientemente rápida; no tengo las habilidades suficientes; no soy lo bastante observadora. No soy lo suficientemente buena.

Deberes, exámenes, hacer amigos y perderlos... Todo el estrés de criar a un niño en edad escolar. Cuando pienso en esta etapa de la vida, siento ansiedad.

No sé lo que estoy haciendo. No entiendo sus deberes. No puedo protegerla de los amigos hirientes. ¿Son sus notas lo suficientemente buenas? Yo no soy lo suficientemente buena.

Ir a trabajar, quedarse en casa, trabajar desde casa... decisiones vitales que me superan.

¿Qué pasa si tomo una mala decisión? ¿Qué pasa si mi trabajo afecta a mi relación con mi hijo? ¿Qué pasa si no soy una buena madre en casa? No soy lo suficientemente buena.

No soy lo suficientemente buena. Estas palabras nos roban felicidad y destruyen nuestra confianza en nuestra capacidad de ser madres.

Pero tienes que saber algo... ¡Eres lo suficientemente buena!

Independientemente de si has adoptado, de si te hicieron cesárea, de si el parto fue sin intervención, de si te pusieron epidural, de si diste a luz en el hospital o en casa... Eres lo suficientemente buena.

Independientemente de si le diste de mamar o el biberón, de si tu hijo durmió en tu cama o en su propia cuna... Eres lo suficientemente buena.

Aunque tu hijo haya tenido un rasguño, un cardenal, puntos, un chichón o un hueso roto... Eres lo suficientemente buena.

Independientemente de si saca unas notas decentes o espectaculares, de si tiene uno o muchos amigos... Eres lo suficientemente buena.

Independientemente de si eres madre trabajadora o de si trabajas en casa... Eres lo suficientemente buena.

Lo sé porque hay un pequeñín que te quiere y que te mira con adoración. Sé que eres lo bastante buena porque hay alguien a quien le encanta que le quieras.

Eres madre. El que pienses que no eres lo bastante buena demuestra lo increíble que eres. Sin embargo, independientemente de si tus hijos tienen semanas o años, necesitan que te quieras a ti misma igual que los quieres a ellos. Necesitan que descubras que eres lo bastante buena.

Estés donde estés, hagas lo que hagas... Este mensaje es para ti.

Sí, bella madre... Eres lo suficientemente buena.

Este post apareció originalmente en The Deliberate Mom. Síguela en Facebook.

El artículo fue publicado con anterioridad en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano.

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