Series para sobrevivir al verano

Series para sobrevivir al verano

Verano. El momento del año más temido por cualquier aficionado a las series. El momento en el que debemos decir hasta luego a esas historias que nos han tenido en vilo en los meses anteriores. Podemos llevar los días de calor a base de maratones de clásicos y estrenos, pero tampoco debemos olvidarnos de esas series concebidas para ser emitidas justo durante estas fechas. Aquí va un pequeño kit de supervivencia de cinco nuevas series imprescindibles (y breves) para pasar el mono.

Verano. El momento del año más temido por cualquier aficionado a las series. El momento en el que debemos decir hasta luego a esas historias que nos han tenido en vilo en los meses anteriores y a las que, encima, les importa un comino dejarnos sin entretenimiento unas semanas. "Y, ahora ¿a qué serie me engancho yo?", me preguntó una amiga hace unos días. Yo respondí: "Si no has visto A dos metros bajo tierra puedes aprovechar ahora a hacer maratón, o pilla alguna de esta temporada, como The Americans, que no te haya dado tiempo a ver o de la que no te hayas enterado". Ésta es otra: hay más series que horas en el día, así que tan pronto como se presentan las novedades en septiembre y en enero -los dos meses clave de la temporada de series en USA, los que dan comienzo a los períodos que se conocen como fall y midseason, respectivamente-, un seriéfilo que presuma de ser un poco metódico ya está haciendo cábalas para ajustar sus horarios, o si no, ya está marcando ciertos títulos como Pa' verano. Si no sabemos descartar, la liamos.

Podemos llevar los días de calor a base de maratones de clásicos y estrenos, pero tampoco debemos olvidarnos de esas series concebidas para ser emitidas justo durante estas fechas. Así que, dejando de lado los clásicos, porque siempre van a estar ahí, aquí va un pequeño kit de supervivencia de cinco nuevas series imprescindibles (y breves) para pasar el mono:

The Americans (FX), primera temporada, 10 episodios. Renovada.

Quienes recuerden a Keri Russell por encarnar a la pavisosa Felicity en la opera prima homónima de JJ Abrams, y a Matthew Rhys por encarnar al vástago gay de Cinco Hermanos, que se quiten esas imágenes de la cabeza. Siguiendo la moda de los dramas de infiltrados que ha recuperadoHomeland(Showtime), The Americans lleva la tensión a un barrio residencial del Washington de la era Reagan en el que vive la familia formada por Elizabeth y Philip Jennings, los muy americanos alias de dos agentes de la KGB soviética. El exespía Joe Wiesberg conjuga a la perfección los ingredientes propios de los thrillers ambientados en la Guerra Fría y el viaje íntimo de dos extraños bajo el mismo techo al que sus distintas visiones de la causa amenazan con separar o unir definitivamente.

Orphan Black (BBC America), primera temporada, 10 episodios. Renovada.

Unas de las grandes tapadas del año. Después de la histórica Copper, la sucursal estadounidense de la BBC se ha confirmado como un jugador a tener en cuenta gracias a esta entretenidísima montaña rusa de ciencia ficción en la que la protagonista, Sarah Manning (la desconocida Tatiana Maslany), una traficante de medio pelo, es testigo del suicido de Elisabeth Childs, una detective idéntica a ella, y de la que asume su identidad para acabar descubriendo poco después que Childs es sólo el primero de una serie de clones. La interpretación titánica de Maslany, que se echa a las espaldas hasta cinco personajes diferentes, es suficiente reclamo para ver una serie que no da un respiro y cuyos diez capítulos se devoran en un solo día.

Dates (Channel 4, Reino Unido), temporada única, 9 episodios.

Las webs de citas le sirven de excusa a Bryan Elsley (Skins) para mostrarnos las cicatrices de seis almas perdidas a través de sus encuentros a ciegas en el Londres actual. Durante los veinte minutos que dura cada cita/capítulo, se pasa del voyeurismo más descarado a experimentar alguno de los estados de ánimos y comportamientos más comunes que se suelen dar en este tipo de encuentros. Anticipación, incomodidad, esperanza, decepción, sorpresa, excitación, falsedad... todo ello queda perfectamente capturado en unos diálogos e interpretaciones de cinco estrellas, entre las que destaca una Oona Chaplin (nieta de Charles, hija de Geraldine y vista en Juego de Tronos) que exuda sensualidad y demonios a partes iguales.

Orange is The New Black (Netflix), 1ª temporada, 13 episodios. Renovada.

De la creadora de Weeds, Jenji Kohan, hay que esperar productos que nos saquen una sonora carcajada aun cuando estamos asistiendo al hundimiento de un personaje que se ve atrapado en una situación surrealista de la que no sabe como salir. La viuda Nancy Botwin le acabó cogiendo el gusto a eso de pasar marihuana hasta convertirse en toda una jefa del negocio, pero ¿se acostumbrará la inocentona Piper Chapman (Taylor Schilling) al día a día en una cárcel de mujeres mientras su prometido la espera fuera? Como ya hiciera con la política House of Cards, Netflix sigue revolucionando la distribución legal de series al ofrecer del tirón 13 capítulos inspirados en la experiencia real de Piper Kerman, una universitaria de buena familia a la que su relación con una traficante de drogas internacional y unos cuantos billetes en la maleta equivocada le valieron quince meses de cárcel... pero diez años después de haber cometido el delito. Kohan, pues, se ríe del karma con esta nueva historia y, otra vez, regala una galería de personajes entrañables de esos que al principio ponen los pelos de punta de puro miedo que dan.

The Fall (BBC), 1ª temporada, 5 episodios. Renovada.

Para cerrar el kit, no puedo dejar de recomendar otra de las grandes sorpresas llegadas de Reino Unido, The Fall, o lo que es lo mismo, la última incursión de la agente Scully, digo, Gillian Anderson en el panorama televisivo de las islas. Un drama policíaco ambientado en Belfast, y copioso en los detalles, en el que se nos da la oportunidad de seguir en paralelo la investigación de una serie de asesinatos a jóvenes profesionales y al asesino mismo mientras prepara su siguiente movimiento. El duelo psicológico entre Anderson y un inquitante Jaime Dornan (el Cazador de Érase una vez) en la piel del criminal pone el resto.