'Estos eran sus principios...' : las contradicciones de Ayuso con el derecho al aborto
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'Estos eran sus principios...' : las contradicciones de Ayuso con el derecho al aborto

La presidenta madrileña ha traspasado líneas rojas con su 'invitación' a que las mujeres aborten fuera de Madrid, al tiempo que ha vuelto a abrir otro debate molesto para la dirección nacional del PP y la figura de Feijóo, pero... su discurso no siempre fue tan duro. 

Fotomontaje de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, caracterizada como Groucho Marx.Getty Images / El HuffPost

¿Qué Isabel Díaz Ayuso te sientes hoy? Adalid del centroderecha progresista capaz de sacarle los colores a los sectores más conservadores del PP hablando de tiempos nuevos o, quizás, una ya presidenta de la Comunidad de Madrid que exclama en medio de la Asamblea un sonoro: "Pues váyanse a otro sitio a abortar". Ambas han existido en el mismo espacio mas no en el tiempo. Eso sí, en alguna ocasión y matiz, sí han estado cerca. 

"Cada año se abortan en España a 106.000 personas. ¿Le parece poco? ¿Quieren más? A mí me parece un fracaso como sociedad, porque en la mayoría de los casos se podía evitar. No se va a señalar a nadie por abortar, pero tampoco por no hacerlo. Y no se va a señalar a ningún médico por practicar un aborto o por no hacerlo. ¿Les parece poco? Pues váyanse a otro sitio a abortar", fueron las palabras exactas que la mandataria madrileña pronunció en la sesión de control al ejecutivo autonómico de ayer.

Esas declaraciones han sacudido la escena política, provocando la indignación de la oposición, pero abriendo también una nueva brecha con la dirección nacional de su propio Partido Popular. A un Alberto Núñez Feijóo que mientras trataba de apagar importantes fuegos políticos relacionados con cuestiones sociales y que afectan a las mujeres. Primero, la marcha atrás que tuvieron que dar en el PP madrileño -en el Ayuntamiento que dirige Almeida- con la exigencia de Vox de informar, a las mujeres que quieren abortar, sobre un síndrome postaborto que no existe. Al menos para la ciencia y los médicos, aunque los obispos difieran.

Pero... la realidad es que Ayuso no siempre defendió una línea tan conservadora. Hace unos años, su argumentación y discurso eran diferentes. Estos son todos los cambios de discurso y contradicciones en los que ha incurrido la presidenta madrileña. 

Hace tres años también se la lio a Feijóo con el aborto, pero... al revés

¿Dónde estabas hace 3 años? Ayuso lo estaba en un Partido Popular que en la primavera de 2022 cerraba la herida del enfrentamiento con la anterior Génova 13 de Pablo Casado y Teodoro García Egea. Lo hizo en abril, en Sevilla, consagrando al ya expresidente de la Xunta Alberto Núñez Feijóo como nuevo presidente nacional de los populares. No tardó en evidenciarse que Ayuso seguiría teniendo un "perfil propio" en su región frente a algunas cuestiones que no le gustasen del PP nacional. Lo que muy pocos se esperaban, es que el que desembarcó en Madrid con el cliché de 'moderado' acabase presenciando un órdago progresista de la misma persona que ayer le obligó a escribir una carta desligándose de su posición.

Corría septiembre de 2022 cuando el debate sobre el aborto estaba candente. ¿Por qué? Porque el Ministerio de Igualdad, por aquel entonces al cargo de Irene Montero (Unidas Podemos), acababa de presentar su reforma de la ley del aborto que vino a introducir mejoras y garantías, en varios aspectos, para las mujeres que querían ejercer su derecho a la interrupción del embarazo. El nuevo texto acabo siendo aprobado en 2023, con las conquistas de garantizar la realización de interrupciones en centros sanitarios públicos, pero acabando con la exigencia de autorización paterna para las menores de 16 y 17 años, y regulando la objeción de conciencia.

Bien, en una entrevista en 'Más de uno', en Onda Cero, uno de los tertulianos de Carlos Alsina se interesaba en conocer más sobre una lista de errores de Sánchez abordados en una entrevista, entre los que ella había mencionado el aborto. "¿Por qué le parece mal que las chicas de 16 y 17 años, si es que le parece mal, tengan autonomía para decidir si abortan o no lo hacen y tengan que exponerse al criterio de los padres o los tutores?", le planteó. Ayuso, tajante y al momento, negó ese extremo: "No, yo por ahí no he ido. A mí lo que no me parece bien es que se tenga que hacer una lista negra de profesionales". 

"Una vez una mujer tiene claro que no quiere seguir con ello, creo que no puedes obligar a nadie"
Isabel Díaz Ayuso, en 2022

"Hay muchos médicos que no están de acuerdo, entonces, quien quiera y quien le parezca bien practicarlos yo creo que lo sensato es que se apunte donde se necesite o donde quiera y que se ponga manos a la obra", esgrimió Ayuso en una posición similar a la de ayer en la Asamblea. Obviando la contradicción de que hacer la lista al revés, con los nombres de profesionales que sí están dispuestos a practicar un aborto, también expone a los que no por su ausencia en ella; lo cierto es que Ayuso fue repreguntada por el consentimiento parental: "Entonces, ¿le parece bien que puedan abortar con decisión propia las chicas de 16 años?".

Ayuso dejó claro que los padres deben estar informados, puesto que "una joven necesita reflexionarlo y hablarlo con los suyos", pero se desvió del guion o argumentario que Génova 13 estaba empleando en sus críticas al Gobierno de coalición progresista. Aseguró ser defensora de "un aborto legal, seguro pero poco frecuente", ya entonces preocupada por "esas cifras alarmantes de abortos", pero dejando claro que la decisión que debe pesar es la de la mujer: "Una vez una mujer tiene claro que no quiere seguir con ello, creo que no puedes obligar a nadie".

Feijóo había estado defendiendo que las mismas jóvenes de 16 años que no pueden conducir o irse de viaje sin autorización, fueran a poder "abortar sin siquiera conocimiento de sus padres ni autorización". El actual presidente del PP explicó luego que "una menor no pueda ser obligada a abortar, si quiere abortar y los padres no están de acuerdo, en este caso el juzgado de familia debe tomar una decisión llamando a las partes".

Pero si se bucea incluso más, la hemeroteca también retrata a una joven Ayuso que repartía a izquierda y derecha en tertulias como las de 'El gato al agua', en Intereconomía. Unas imágenes de uno de estos debates en el que Ayuso defiende posiciones de centro y en el que afirma incluso no ser creyente -la Ayuso de años después vendría hablándonos de raíces judeocristianas y la Navidad-. Pero lo que más llamaba la atención es que no tenía ningún problema en defender que era natural que esos debates se abriesen en el PP, puesto que eran avances en la sociedad. Utilizó el adverbio "afortunadamente", afortunadamente, unas tres veces.

Eutanasia sí, pero ¿aborto no?: sobre las listas negras en Madrid

Existe otra contradicción respecto a la postura de Ayuso sobre el listado de médicos objetores al aborto y que entronca directamente con uno de esos debates que defendía en el pasado que se diesen en el Partido Popular, el de la eutanasia. Su negativa a crear ese listado de profesionales sanitarios en el ámbito de la interrupción voluntaria -recordemos, un instrumento ideado para garantizar que una mujer que desea abortar pueda hacerlo y no tenga que irse a la privada porque no hay profesionales disponibles- choca con otra lista en la que Ayuso no echó un pulso legal al Gobierno central. 

La Comunidad de Madrid sí tiene una lista de objetores de conciencia, pero se trata de aquellos profesionales sanitarios que no están dispuestos a practicar una eutanasia, es decir, a que las personas que así lo desean y entren dentro del ámbito legal, puedan poner fin a su vida con una muerte digna. El propio secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, lo puso por delante en una publicación en su cuenta oficial de X. 

"Ayuso dice que el registro de objetores para el aborto es 'hacer una lista negra' de médicos. Ergo, Ayuso acusa a Ayuso de hacer una lista negra de médicos que objetan a la eutanasia. Genia", ha valorado Padilla.  A nadie se le escapa que la eutanasia ha sido otra de las cuestiones en las que Ayuso ha modulado su posición. 

Sin ánimo de citas marxistas, de las del tipo de "estos son mis principios y si no le gustan tengo otros" y no de las de manifiestos, lo cierto es que todos los principios acaban teniendo sus finales.

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Soy redactor de actualidad en El HuffPost, donde cada día realizo un seguimiento de todo lo que está pasando y marcando la jornada, con el único objetivo y árdua tarea de trasmitírselo a nuestros lectores de una forma en la que conozcan el contexto y el trasfondo más allá de un mero titular. Es decir, para que tu cuñado no pueda colártela otra vez.

 

Sobre qué temas escribo

Aunque en el día a día acabe escribiendo de cualquier cosa que suceda en el mundo, “puede que me recuerdes” de algunas temáticas que suelen quitarme el sueño con especial frecuencia. Me gusta escribir de política internacional, sobre todo cuando esta es eufemismo de atroces injusticias contra los derechos humanos o el medio ambiente, así como para acercar causas sociales que pasarían inadvertidas (la siguiente podría ser la tuya, así que escríbeme). La morriña también me devuelve en ocasiones a Galicia, sobre todo para que sus historias no se pierdan en el camino a la meseta.

 

Mi trayectoria

Antes de llegar a El HuffPost en 2021, fui periodista en La Voz de Galicia durante cinco años. En aquella etapa también pasé por los micrófonos de ‘Radio Voz’, en distintos programas radiofónicos. Y, aunque parezca poco probable, bebía más café que en la actualidad.


Soy de Ribeira, una bella localidad coruñesa que probablemente recuerdes del marisco, las páginas de sucesos o de personalidades de las que solemos presumir (tenemos a la triplista olímpica Ana Peleteiro y a una de las Tanxugueiras).


Aunque bromeo con que soy doctorado en Periodismo Gonzo, en realidad solo soy licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), pero, eso sí, tengo la orla de la misma tienda que la que se la hizo al rey Felipe VI. Aquellos años en Madrid me sirvieron para conocer la ciudad, pero también para entender que el mercado de la vivienda aún podía ir a peor. Ah, también tengo otra identidad secreta bajo la que hago rap o escribo poesía y que solo revelé en la redacción para que me dejasen entrevistar a artistas.

 


 

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