Un israelí finge un secuestro para impresionar a su ex novia

Un israelí finge un secuestro para impresionar a su ex novia

JAAFAR ASHTIYEH / AFP

Un chico finge ser la víctima de un delito para llamar la atención de su novia. Es loco, extremo, pero más aún si el que lo hace es israelí y lo que finge es un secuestro en Cisjordania, Palestina. Pues eso es lo que ha hecho un chico de Beer Sheva, en el centro de Israel: él y su colega, el que le encubrió, han pasado a disposición policial después de, supuestamente, levantar una falsa alarma de un posible secuestro por militantes palestinos.

Los hechos, decían, habían ocurrido cerca de la ciudad de Hebrón, una de las más conflictivas de la zona, por estar rodeada de colonias. Allí, en junio del pasado año, fueron secuestrados y muertos -de verdad- tres chicos judíos, dos de ellos menores de edad, estudiantes de una escuela religiosa próxima que hacían autoestop. Luego, radicales judíos quemaron vivo a un menor palestino en el este de Jerusalén como represalia.

Niv Asraf, el novio de 22 años, había pinchado supuestamente, se había marchado al pueblo más cercano -una zona agujereada de asentamientos- en busca de herramientas y no había vuelto en horas, decía su amigo, que esperaba en el coche.

Israel mandó a más de 2.000 soldados y policías a buscar al chico, incluso de los servicios secretos, que estuvieron durante horas cercando las villas palestinas, haciendo redadas en casas de personas inocentes, en busca de un falsamente secuestrado. 240.000 euros se invirtieron en este operativo.

Los agentes vieron que el coche estaba en perfecto estado y que el amigo, un soldado llamado Eran Nagauker, se contradecía en la versión de los hechos, por lo que sospecharon que todo era una farsa. Moti Almoz, portavoz militar, dijo que "sólo quería preocupar a su chica, que lo había dejado". El plan era que Asraf reaparecería en unos días, tras haberse "fugado" de sus captores.

El chico fue localizado alrededor de la medianoche acampado en un lecho de río seco en el asentamiento judío de Kiryat Arba, cerca de Hebrón. Estaba equipado con un saco de dormir y un suministro de comida enlatada, dijeron.

Los dos hombres están acusados de dar falso testimonio, alteración del orden público y obstrucción de un oficial de policía en el cumplimiento de su deber.

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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