Nóos, el caso que puso a la monarquía de vuelta y media

Nóos, el caso que puso a la monarquía de vuelta y media

EUROPA PRESS

Pese a que la infanta Cristina haya eludido la cárcel y su marido Iñaki Urdangarin haya visto rebajada su condena a seis años y tres meses en lugar de los casi 20 solicitados, el caso Noos ha pasado ya a los libros de Historia como el mayor desprestigio de la Monarquía española desde que el primer Borbón accediera al trono hace algo más de tres siglos.

LO QUE ESCONDÍA PALMA ARENA

Pieza separada del caso Palma Arena, que juzgó los desmanes mallorquines del expresidente balear Jaume Matas, el caso Nóos dormía entre la montaña de papeles de la fundación pública Illesport para el que el Instituto dirigido por el marido de la Infanta había preparado tres jornadas deportivas. La celebración de eventos deportivos era el leitmotiv de la ONG que Iñaki Urdangarin y su socio Diego Torres idearon fundar cuando el primero era alumno del segundo en la escuela de negocios Esade de Barcelona.

SOLO UNA ONG

Hasta que el 7 de noviembre de 2011, el juez instructor, José Castro, ordena registrar las oficinas de la ONG en Barcelona. Estallaba el mayor escándalo vinculado a la familia real española: una organización sin ánimo de lucro que lucra hasta los tuétanos y casi toda la familia real y alguna de sus amantes al tanto o metidos en el ajo, según revelaron los correos presentados por el socio Diego Torres.

Nóos es la historia de una ambición injustificada

Nóos es la historia de una ambición injustificada, la de Iñaki Urdangarin -entonces yerno, hoy cuñado del Rey-, quien utilizó sus vínculos familiares para obtener cifras sobredimensionadas de dinero de políticos y administraciones públicas que no dudaron en colaborar con él. "A mí me interesó colaborar con el duque de Palma porque era el duque de Palma. No todos somos iguales", declaró Jaume Matas a Jordi Évole en una edición de Salvados.

SACAPERRAS

El caso Nóos es la historia de un exjugador que usó su nueva y privilegiada posición para sacar pasta a ayuntamientos, diputaciones y autonomías en manos del Partido Popular. Y también, de cómo unos políticos decidieron tirar el dinero de todos para congraciarse con el yerno del rey pensando, quizás, hacerlo también con el propio jefe del Estado.

De los 18 acusados, 11 trabajaban en administraciones autonómicas o municipales, todas ellas controladas por el Partido Popular. Urdangarin y Torres primero hicieron manitas con autoridades de Baleares (Jaume Matas, Gonzalo Bernal, Juan Carlos Alías, Miguel Ángel Bonet), pero luego siguieron por Valencia (Alfonso Grau, Pepote Ballester, Luis Lobón, José Luis Aguilar, Jorge Vela y Elisa Maldonado) y hasta llegaron a Madrid y su frustrada candidatura olímpica (Mercedes Coghen), un camino de codicia hasta la capital del Reino.

Nóos cobró por el Congreso de Deporte y Turismo en Palma de 2005 1,2 millones de euros imposibles de justificar. Solo unas semanas antes, el asesor legal de Juan Carlos I, el conde de Fontao, había sugerido a Urdangarin que ordenara sus negocios.

DE ADVERTENCIAS, CORREOS Y AMANTES

Aquel toquecito en la espalda dio pie a una serie de advertencias que demuestran que la Casa del Rey estaba al corriente de las actividades ilícitas del duque de Palma. Pero o bien se sentía impune o bien su conocimiento de la legislación española estaba a la altura de la de un extraterreste, porque no paró ahí. Dejó Nóos y creó una Fundación, con la que ingresó 6,2 millones de euros de los gobiernos de Valencia y Baleares, ambos dirigidos por el PP.

Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón tenían a medias Aizoon, una sociedad a través de la que declaraban. Con ella facturaban como Impuesto de Sociedades ingresos que debían pasar como IRPF. Aizoon recibió parte de aquel dinero sucio, pero a la infanta no lo sabía, no lo recordaba o no le constaba, como declaró ante el juez durante las seis horas que se sentó en el banquillo.

Las acusaciones cruzadas entre los socios Iñaki Urdagarin y Diego Torres puede que la voluntad de uno de escurrir el bulto y del otro de no cargarlo solo llevaron al segundo a aportar una serie de correos que fueron la gran traca del caso. Las comunicaciones, en las que intervinieron casi todos los miembros de la familia real, sus amantes y asesores, demostraron que el yerno del Rey consultaba con el secretario de las infantas, Carlos García Revenga.

Si había no poca prensa pendiente del caso, vino Corina Sayn- Wittgenstein a sumar a la del corazón

Y si por entonces había no poca prensa pendiente del caso, vino Corina Sayn- Wittgensein, reconocida como amante de don Juan Carlos, a sumar la prensa del corazón. En los correos que intercambia con Iñaki Urdargarin hace numerosas referencias al Rey, con quien consulta o a quien solicita opinión sobre los negocios de su yerno. En aquella casa, la Real, quizá el apuntador no estaba informado pero el cabeza de familia sí, o eso cuentan no malas lenguas sino reveladores emails.

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