El secreto de la carta

El secreto de la carta

Esta es la intrahistoria de la carta más buscada de España, la que gobierna nuestras vidas desde agosto de 2011. Llegó a Moncloa firmada por el entonces presidente del BCE, Jean Claude Trichet, pero se pergeñó en el despacho del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez.

Esta es la intrahistoria de la carta más buscada de España, la que gobierna nuestras vidas desde agosto de 2011. Llegó a Moncloa firmada por el entonces presidente del BCE, Jean Claude Trichet, pero se pergeñó en el despacho del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, según confirman destacados ministros del Gobierno de Zapatero. Tiene gracia que la hoja de ruta de las reformas o decretazos de Rajoy haya sido diseñada por uno de los personajes más vilipendiados por el actual Ejecutivo del PP. Y todavía tiene más coña que Zapatero se la llevara a su casa sin darla a conocer a los españoles, hasta que le ha venido bien publicarla para vender sus memorias.

Así comienza el novelón: en el Banco Central Europeo (BCE) no estaban muy satisfechos con el ritmo de ejecución de las sugerencias de control del déficit que le habían hecho a la vicepresidenta Elena Salgado un año antes, en la famosa noche del 9 de mayo de 2010 en el Consejo del Ecofin, desde Bruselas. Trichet, presidente del BCE, y Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea, tenían claro que el único capaz de dictar y ordenar en un papel esas durísimas decisiones que nos han acabado conduciendo al austericidio, era el gobernador Fernández Ordoñez, más conocido como MAFO, ya que todas sus propuestas coincidían con el ideario de Bruselas. Por eso le piden que haga el borrador de una carta que detalle los puntos de la intervención de España por la troika. Todas las fuentes consultadas sostienen que MAFO y su equipo del Banco de España se aplicaron tanto en hacer su trabajo que Trichet no tuvo más que supervisar la dichosa carta y estampar su firma al lado de la del gobernador patrio.

"En realidad, la obsesión por la reforma laboral, por el debilitamiento de la negociación colectiva o por desligar los salarios del IPC -justo las tres primeras medidas que impone la carta- eran la cantinela de MAFO en cada una de sus intervenciones parlamentarias, para irritación del Ejecutivo de Zapatero, que en más de una ocasión le pidió públicamente que se metiera en sus asuntos", refresca un exministro que lo vivió de cerca y mantiene buena relación con el exgobernador. "En la última parte se recogen asuntos que estuvieron sobre la mesa del Gobierno en los últimos años y que eran tan locales que solo alguien de dentro podía especificar con tal detalle, como la competitividad en el sector servicios o liberalización de los alquileres o que los precios reflejen el coste de la energía. Son los caballos de batalla de MAFO junto con la flexibilización del mercado de trabajo", desvela otro miembro del Gobierno ZP.

La contundencia de la carta -con un programa de reformas tan pormenorizado- deja de piedra al equipo de Zapatero, cuyos responsables económicos enseguida detectan el papel primordial que ha desempeñado Fernández Ordoñez en el texto. Una injerencia imperdonable, según una parte del Gobierno y veteranos dirigentes socialistas.

Sólo unos días después se modifica de urgencia la intocable Constitución española para limitar el déficit público, el principio de estabilidad presupuestaria. El 23 de agosto de 2011, Rajoy le pregunta a Zapatero dos veces en el Congreso: "Cuando el Banco Central Europeo comenzó a comprar deuda pública española. ¿Le remitió a usted o a algún ministro una carta?" Los asesores de Zapatero recuerdan las filigranas que tuvieron que hacer para que el presidente se saliera por la tangente y "ni lo negara ni lo confirmara". Gaspar Llamazares tampoco obtuvo ese día respuesta.

Desde entonces la carta ha sido el documento más perseguido por políticos y periodistas. No había rastro de ella ni en Moncloa ni en Economía, ni ningún otro archivo de la Administración. A pesar de la insistencia de Rajoy cuando estaba en la oposición por conocer el contenido de la misiva, llegado al Gobierno no ha dicho ni mu. No le convenía que hubiese constancia de que estaba siguiendo al pie de la letra las directrices de MAFO y de Trichet ni de que la opinión pública supiera lo bienmandado que es y con qué diligencia cumple las órdenes de los dos exgobernadores.

El escándalo que ha supuesto la publicación del original de la carta (páginas 405 a 408) en el libro de Zapatero, El dilema, ha desvelado que tanto talante no iba acompañado de la transparencia de la que presume. Ha abierto la polémica sobre si un presidente puede mantener oculto al país un documento de tal trascendencia, que ha cambiado la vida de los 47 millones de españoles. ¿Tiene derecho a llevarse el documento de la Moncloa como si fuese una carta personal enviada por un amigo cuando el encabezamiento reza: "Carta del presidente del Banco Central Europeo al presidente del Gobierno de España"?

"Es muy grave que la carta no esté en los archivos, porque no va dirigida a Pepe Luis sino al presidente del Gobierno. Si IU sigue insistiendo en ver el original de la carta, qué va a hacer Rajoy ¿darle una fotocopia del libro de Zapatero?", reflexiona un exministro de Zapatero.

Le contesta otro miembro de ese mismo Gobierno: "La Presidencia del Gobierno no es la Administración. Los ministros son parte de la Administración pero el presidente no, por lo tanto no está sujeto a las normas que regulan la Administración. De hecho, ningún presidente de Gobierno ha dejado los archivos en La Moncloa. Aznar contrató una empresa externa para borrar todo el contenido de los ordenadores y solo dejó la factura de 12.000 euros que había que pagarle".

¿De verdad que esto no es el guión de una película? ¿Tenía la NSA constancia de la carta antes de que la publicara Zapatero o habrán tenido que gastarse los 21,50 euros que cuesta el libro para poder incluir el documento en sus archivos top secret?

Postdata: Apuntes para frikis

Si quieres seguir investigando sobre los hilos que han dado un vuelco a nuestras vidas con la excusa de la Gran Recesión, compara el contenido de las páginas 406 a 408 del libro de Pedro Solbes, hasta donde Zapatero le dice: "Pedro, este documento es inaceptable. Lo que propones lleva implícitas dos huelgas generales", con la carta de Trichet y MAFO al presidente del Gobierno de España. Encuentra las diferencias si puedes.