Consigue fotos durante tus viajes como las de un profesional

Consigue fotos durante tus viajes como las de un profesional

Los has visto miles de veces. Esos lugares a los que todo el mundo va por la sencilla razón de que tienes que tener una foto ahí. Y la verdad es que son sitios alucinantes. El auténtico problema surge cuando todo el mundo va allí y cientos de fotógrafos ha hecho ya la foto que tienes en tu cabeza. ¿Cómo consigues que la tuya destaque sobre el resto?

Los has visto miles de veces. Esos lugares a los que todo el mundo va por la sencilla razón de que tienes que tener una foto ahí. Y la verdad es que son sitios alucinantes. El auténtico problema surge cuando todo el mundo va allí y cientos de fotógrafos ha hecho ya la foto que tienes en tu cabeza. ¿Cómo consigues que la tuya destaque sobre el resto?

1. Aplica la regla de las 5 preguntas

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Foto: Sandra Vallaure

Antes de hacer cualquier foto, siempre me hago las mismas preguntas:

  • ¿Hay algo dentro del marco o del encuadre que distraiga al espectador?
  • ¿Dónde está la principal fuente de luz?
  • ¿Cuál es la principal fuente de luz?
  • ¿Cómo afecta esta luz a la imagen?
  • En función del efecto que tenga, ¿debería de quedarme donde estoy, acercarme o alejarme?

Por el mero hecho de responder a estas sencillas preguntas estás siendo consciente de las circunstancias en las que estás haciendo la foto y eso te ayudan a mejorar.

2. No te olvides de la composición

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Foto: Sandra Vallaure

Como todo en la vida, las reglas están para romperlas y no tienes por qué seguirlas a rajatabla. Pero si quieres mejorar en fotografía, una regla muy sencilla y efectiva es la regla de los tercios.

Es muy fácil de poner en práctica y los resultados se notan enseguida. Imagina que el marco está divido en tercios tanto horizontal como verticalmente. Asegúrate de que el sujeto principal de la foto no está en el centro.

Colocando a tu sujeto en otro lugar del encuadre o en la intersección de estas líneas imaginarias, conseguirás que tu foto tenga un mayor impacto y fuerza. Pruébalo tú mismo y comprueba la diferencia.

3. Observa la luz

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Foto: Sandra Vallaure

Cuando estés fotografiando en exteriores, recuerda que la luz al mediodía es tremendamente dura. ¿Esto que significa? Que es una luz fuerte, de mucha intensidad, que va hacer que haya partes muy iluminadas y otras que estén en penumbra. Sinceramente, no es el mejor momento del día para hacer fotos. Si no te queda de otra, juega con los contrastes, experimenta con las siluetas y busca texturas.

Lo ideal es que hagas el mayor número de fotos en el amanecer y a primera hora de la mañana. Este consejo también es válido a la inversa: haz fotos a última hora de la tarde y durante el atardecer. Verás como las luces, los colores y el contraste no tienen nada que ver cuando el sol está relativamente bajo.

Otro punto a tener en cuenta es que trates de evitar que la fuente de luz provenga de la parte trasera de tu sujeto. Eso siempre y cuando no estés buscando un contraluz o quieras captar una silueta. Piensa que si tienes la luz de frente, una gran parte de lo que tengas en el encuadre saldrá completamente oscuro (aunque tus ojos no te digan exactamente eso).

Por último, muévete alrededor de tu sujeto y observa el efecto que va teniendo la luz según el ángulo. Así podrás comprobar los distintos tonos, colores y efectos que tendrá tu imagen.

4. Madruga y acuéstate tarde

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Foto: Sandra Vallaure

La luz es la clave para conseguir una buena foto. Es algo que ocurre en cualquier disciplina fotográfica, pero en la Fotografía de Viajes es aún más impactante.

Madruga para conseguir una foto del amanecer. Verás como los rojos, naranjas y colores pastel son tonos que no se dan en ningún otro momento del día.

Incluso si no eres una persona madrugadora, inténtalo aunque sólo sea una vez. Y si con todo eso no lo consigues, siempre tienes otra oportunidad: el atardecer.

Explora un lugar que te guste y vuelve al atardecer. Una vez que el sol se hay puesto, ¡no te vayas! Empieza la hora azul, uno de los momentos mágicos del día. Verás cómo experimentas una sensación completamente distinta del lugar en el que has estado unas horas antes.

5. Juega con distintos ángulos

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Foto: Sandra Vallaure

Esto es algo que seguramente has obviado en múltiples ocasiones. ¿Resultado? Haces tus fotos siempre desde el mismo ángulo: la altura de tus ojos.

La clave aquí está en experimentar, sobre todo cuando estás en sitios de los que ya se han hecho millones de fotos antes. Busca un ángulo o punto de vista único y original. Prueba con algo que no hayas visto antes.

Si fotografías un niño por ejemplo, es mejor que te agaches o te pongas en cuclillas. Así conseguirás que hacer el retrato a la altura de sus ojos. ¿Cuántas fotos has visto en las que salga la coronilla de un niño?

Prueba con estos dos tipos de ángulo:

  • Ángulo en picado. La idea es que hagas la foto desde una posición más alta que el objeto fotografiado, de arriba hacia abajo. Con esto conseguirás una perspectiva que da la impresión de que el sujeto tiene un tamaño menor. Es un recurso que puedes usar para restar importancia o transmitir una sensación de fragilidad. Si lo usas en una foto de paisaje, incrementarás la sensación de profundidad. Si lo usas en fotos de gente, reflejarás la vulnerabilidad del sujeto.
  • Ángulo en contrapicado. Es básicamente el opuesto al anterior. Eso implica que hagas la fotografía desde un lugar más bajo que el protagonista, para dejarlo más alto que la cámara. Gracias a esta nueva perspectiva, el sujeto parecerá más grande de lo que en realidad es. Así le das mayor importancia al sujeto y una posición dominante en relación al espectador.

6. Saca partido de la profundidad de campo

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Foto: Sandra Vallaure

Este consejo puede dejarte pensativo en primera instancia pero es importante que lo tengas en cuenta porque te ayudará a sacar mejores fotos.

La profundidad de campo no es más que el intervalo de una escena, desde el primer plano hasta el fondo, en el que todos los elementos están enfocados. Puedes usar la profundidad de campo para separar el sujeto principal del fondo, si dejas el fondo desenfocado. Por el contrario, puedes optar por darle importancia a toda la escena dejando que todo esté enfocado.

Lo ideal es que tengas una idea de qué tipo de foto quieres conseguir antes de pulsar el botón de disparo. De esta forma, podrás prepararla con antelación.

Si estás fotografiando un paisaje, por ejemplo, lo normal es que uses un ángulo abierto y que la profundidad de campo sea grande. Para eso, trata de usar una apertura pequeña (un número f grande como f/11), una distancia focal corta (por ejemplo 18mm) y posicionarte lejos de tu sujeto. No es nada complicado.

Si lo que quieres es hacer un retrato, será mejor usar una profundidad de campo relativamente pequeña. De esta forma conseguirás que tu sujeto destaque y que el fondo no distraiga. Para ello, usa una apertura grande (un número f pequeño como f/3.5), una mayor distancia focal (por ejemplo 50mm) y colócate cerca del protagonista. Puede que necesites hacer un par de pruebas pero verás como el resultado merece la pena.

7. Habla con la gente

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Foto: Sandra Vallaure

Y con cuánta más mejor. Merodea por las calles de ese destino desconocido al que acabas de llegar e interactúa con los locales.

Experimenta, aunque sea unos minutos, una vida que seguramente será diametralmente opuesta a la tuya. Pero cada persona tiene una historia interesante. Tu tarea es escucharla y prestarle atención. Y si ambos os sentís a gusto, pide que te deje hacerle un retrato.

Cada vez que veas esa foto, te acordarás de cada detalle de la historia de esa persona. Tendrás esa sensación el resto de tu vida. Y te vendrá a la mente por qué te gusta tanto viajar. Por la gente.

Una de las mejores conversaciones que he tenido nunca fue con un turco que no hablaba otra cosa que no fuera su idioma materno. Su nombre es Kerem y tiene una pequeña tetería en Kadıköy, un barrio de la parte oriental de Estambul.

Lo cierto es que no tenía pensado entrar en su local si no más bien seguir paseando sin rumbo por la calle. Pero nada más verme me insistió muchísimo en que entrara. Estuvimos más de una hora "conversando" sobre fútbol, la familia y mis viajes. Y lo más importante son las muchas sonrisas que intercambiamos.

Llegamos incluso a intercambiar nuestros emails y, como no podía ser de otra forma, me invitó no a uno si no a tres tés. Me costó despedirme de él. Y es que a veces parece mentira como una experiencia así puede crear un vínculo tan especial.

8. Construye un portafolio de imágenes sólido

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Foto: Sandra Vallaure

Tengo la suerte de llevar haciendo esto varios años a lo largo de los cuales he sido capaz de crear una colección de imágenes muy variada. Me gusta recordar a la gente que lo que ve es el resultado de muchos años de trabajo y, sobre todo, muchos viajes. En Fotografía, céntrate siempre en la calidad y no en la cantidad.

Si viajo a un destino durante un mes y consigo una imagen que pueda incorporar a mi portafolio, ese viaje ha sido un éxito para mí. A veces he tenido que volver a ciertos sitios en más de una ocasión para conseguir la foto que estaba buscando. Pero siempre pienso que la haré, siempre que siga intentándolo.

Al final, lo importante es que la Fotografía no es una carrera. Tómate tu tiempo y construye tu cartera de imágenes despacio. Preocúpate por la calidad de las imágenes y la cantidad de experiencias que vives en los sitios a los que vas. No cometas el error de tachar destinos de una lista porque, sinceramente, tener 10 fotos potentes te resultará mucho más valioso que contar con 50 fotos del montón.

9. Invierte en un buen trípode

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Foto: Sandra Vallaure

Uno de los mejores consejos que te puedo dar si te gusta la Fotografía de Viajes es que uses un trípode. Este pequeño (o gran) accesorio puede marcar la diferencia entre una foto espectacular y una del montón. Además de conseguir una imagen de calidad, te abrirá un mundo de posibilidades sobre cuándo y dónde podrás captar fotos súper nítidas.

No escatimes a la hora de elegir un trípode para terminar comprando un trasto endeble que no te sirva para nada. Elige el que más te convenga en función de la cámara que tengas (y de lo que pese). Una buena opción son los trípodes de fibra de carbono (yo uso un 'Benro') y una rótula ligera. Es más, trata de que tu trípode sea lo más ligero posible porque pasarás muchas horas en su compañía y tu espalda te lo agradecerá.

Hubiera sido imposible hacer la imagen que acompaña a este consejo sin un trípode. Es más, sin él no me hubiera ni molestado en sacar la cámara de la mochila teniendo en cuenta las condiciones de luz.

Esta calidad de nitidez y profundidad de campo son imposibles de captar usando f/11 a mano alzada con tan poca luz. Además, es una larga exposición: el diafragma estuvo abierto 5 segundos con la finalidad de conseguir captar la mayor cantidad de luz sin que los blancos se quemaran.

10. Pon pasión en tu fotografía

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Foto: Sandra Vallaure

Siento que muchos fotógrafos están obsesionados con hacer un número infinito de fotos y que su única preocupación en mantener el índice pulsando el botón de disparo. Y esa obsesión es tal que se olvidan por completo de centrarse en lo importante: disfrutar.

Disfrutar, no sólo de poder tener la suerte de estar haciendo fotos, si no de darse cuenta de la experiencia que están viviendo. Porque ese instante no volverá jamás.

Si eres de esos que no levanta el ojo del visor (o de la pantalla de LCD), prueba con el siguiente ejercicio. Apaga tu cámara durante una hora, o más si te sientes capaz. Y deja de hacer fotos durante ese tiempo. Deja llevarte por el entorno y las sensaciones que te rodean: colores, olores, sonidos...

Sólo así recuperarás lo que has perdido, la pasión de viajar y de fotografiar aquello que merece la pena, no todo lo que ocurre delante de tus ojos.

A través de su blog Sifakka, Sandra Vallaure ayuda a fotógrafos principiantes a mejorar su técnica y estilo para conseguir imágenes espectaculares durante sus viajes.