La letra imperceptible de los envases de comida en la que deberías fijarte en el supermercado
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La letra imperceptible de los envases de comida en la que deberías fijarte en el supermercado

Su finalidad es permitir a los consumidores confiar en que están recibiendo lo que pagan.

La letra imperceptible de los envases de comida en la que deberías fijarte en el supermercado

Su finalidad es permitir a los consumidores confiar en que están recibiendo lo que pagan.

La letra imperceptible de los envases de comida en la que deberías fijarte en el supermercado

Su finalidad es permitir a los consumidores confiar en que están recibiendo lo que pagan.

La letra imperceptible de los envases de comida en la que deberías fijarte en el supermercado

Su finalidad es permitir a los consumidores confiar en que están recibiendo lo que pagan.

La letra imperceptible de los envases de comida en la que deberías fijarte en el supermercado

Su finalidad es permitir a los consumidores confiar en que están recibiendo lo que pagan.

Woman chooses lecho tomato at the grocery storeGetty Images/iStockphoto

La Unión Europea se ha encargado de implementar diversas normativas para garantizar la precisión y transparencia en todos los productos. Uno de los símbolos más comunes, y a la vez de los más ignorados, es la letra "e" minúscula que aparece en los envases de alimentos, cosméticos y otros productos. 

La "e" en un envase asegura que el peso o volumen del producto ha sido medido de acuerdo con las normativas europeas, utilizando instrumentos aprobados por la legislación de la UE. Está presente en las etiquetas de productos como alimentos, bebidas y cosméticos garantizando que la cantidad indicada es la correcta. 

Su finalidad es permitir a los consumidores confiar en que están recibiendo lo que pagan. Sin embargo, no está presente en todos los productos, solo en aquellos con un contenido mínimo de 5 gramos o mililitros y un máximo de 10 kilogramos o litros.

Aunque no es obligatorio, su uso está muy extendido debido a que facilita la venta de los productos en toda la UE sin necesidad de cumplir normativas adicionales en cada país miembro.

Críticas a la "e"

los defensores de los derechos del consumidor consideran que la regulación de la UE no es lo suficientemente estricta. Esto se debe a que la normativa permite lo que se denomina "desviación negativa permitida", lo que significa que algunos envases pueden contener menos producto del que indican sin ser penalizados. 

En los productos entre 100 y 200 gramos o mililitros pueden tener hasta un 4,5% menos de contenido, y en aquellos de 500 a 1.000 gramos o mililitros, se permite una diferencia de hasta 15 gramos o mililitros.

Este margen de tolerancia va más allá e incluso se permite que dos de cada 100 envases puedan quedar por debajo de estos límites sin que se consideren incompleto. Asimismo, genera preocupación entre los defensores de los consumidores, quienes argumentan que la normativa actual no ofrece la seguridad necesaria.

Varias propuestas de mejora

La Asociación Federal de Centros de Atención al Consumidor señala que los consumidores no pueden verificar si un fabricante ha respetado estos márgenes con sus propias básculas de casa generando así dudas.

Los defensores de los derechos del consumidor proponen sustituir el sistema actual por el principio de cantidad mínima, lo que garantizaría que los envases contengan al menos la cantidad indicada. Esto ofrecería mayor seguridad a los consumidores y reforzaría la confianza en la precisión de las etiquetas.

La Unión Europea se ha encargado de implementar diversas normativas para garantizar la precisión y transparencia en todos los productos. Uno de los símbolos más comunes, y a la vez de los más ignorados, es la letra "e" minúscula que aparece en los envases de alimentos, cosméticos y otros productos. 

La "e" en un envase asegura que el peso o volumen del producto ha sido medido de acuerdo con las normativas europeas, utilizando instrumentos aprobados por la legislación de la UE. Está presente en las etiquetas de productos como alimentos, bebidas y cosméticos garantizando que la cantidad indicada es la correcta. 

Su finalidad es permitir a los consumidores confiar en que están recibiendo lo que pagan. Sin embargo, no está presente en todos los productos, solo en aquellos con un contenido mínimo de 5 gramos o mililitros y un máximo de 10 kilogramos o litros.

Aunque no es obligatorio, su uso está muy extendido debido a que facilita la venta de los productos en toda la UE sin necesidad de cumplir normativas adicionales en cada país miembro.

Críticas a la "e"

los defensores de los derechos del consumidor consideran que la regulación de la UE no es lo suficientemente estricta. Esto se debe a que la normativa permite lo que se denomina "desviación negativa permitida", lo que significa que algunos envases pueden contener menos producto del que indican sin ser penalizados. 

En los productos entre 100 y 200 gramos o mililitros pueden tener hasta un 4,5% menos de contenido, y en aquellos de 500 a 1.000 gramos o mililitros, se permite una diferencia de hasta 15 gramos o mililitros.

Este margen de tolerancia va más allá e incluso se permite que dos de cada 100 envases puedan quedar por debajo de estos límites sin que se consideren incompleto. Asimismo, genera preocupación entre los defensores de los consumidores, quienes argumentan que la normativa actual no ofrece la seguridad necesaria.

Varias propuestas de mejora

La Asociación Federal de Centros de Atención al Consumidor señala que los consumidores no pueden verificar si un fabricante ha respetado estos márgenes con sus propias básculas de casa generando así dudas.

Los defensores de los derechos del consumidor proponen sustituir el sistema actual por el principio de cantidad mínima, lo que garantizaría que los envases contengan al menos la cantidad indicada. Esto ofrecería mayor seguridad a los consumidores y reforzaría la confianza en la precisión de las etiquetas.

La Unión Europea se ha encargado de implementar diversas normativas para garantizar la precisión y transparencia en todos los productos. Uno de los símbolos más comunes, y a la vez de los más ignorados, es la letra "e" minúscula que aparece en los envases de alimentos, cosméticos y otros productos. 

La "e" en un envase asegura que el peso o volumen del producto ha sido medido de acuerdo con las normativas europeas, utilizando instrumentos aprobados por la legislación de la UE. Está presente en las etiquetas de productos como alimentos, bebidas y cosméticos garantizando que la cantidad indicada es la correcta. 

Su finalidad es permitir a los consumidores confiar en que están recibiendo lo que pagan. Sin embargo, no está presente en todos los productos, solo en aquellos con un contenido mínimo de 5 gramos o mililitros y un máximo de 10 kilogramos o litros.

Aunque no es obligatorio, su uso está muy extendido debido a que facilita la venta de los productos en toda la UE sin necesidad de cumplir normativas adicionales en cada país miembro.

Críticas a la "e"

los defensores de los derechos del consumidor consideran que la regulación de la UE no es lo suficientemente estricta. Esto se debe a que la normativa permite lo que se denomina "desviación negativa permitida", lo que significa que algunos envases pueden contener menos producto del que indican sin ser penalizados. 

En los productos entre 100 y 200 gramos o mililitros pueden tener hasta un 4,5% menos de contenido, y en aquellos de 500 a 1.000 gramos o mililitros, se permite una diferencia de hasta 15 gramos o mililitros.

Este margen de tolerancia va más allá e incluso se permite que dos de cada 100 envases puedan quedar por debajo de estos límites sin que se consideren incompleto. Asimismo, genera preocupación entre los defensores de los consumidores, quienes argumentan que la normativa actual no ofrece la seguridad necesaria.

Varias propuestas de mejora

La Asociación Federal de Centros de Atención al Consumidor señala que los consumidores no pueden verificar si un fabricante ha respetado estos márgenes con sus propias básculas de casa generando así dudas.

Los defensores de los derechos del consumidor proponen sustituir el sistema actual por el principio de cantidad mínima, lo que garantizaría que los envases contengan al menos la cantidad indicada. Esto ofrecería mayor seguridad a los consumidores y reforzaría la confianza en la precisión de las etiquetas.

La Unión Europea se ha encargado de implementar diversas normativas para garantizar la precisión y transparencia en todos los productos. Uno de los símbolos más comunes, y a la vez de los más ignorados, es la letra "e" minúscula que aparece en los envases de alimentos, cosméticos y otros productos. 

La "e" en un envase asegura que el peso o volumen del producto ha sido medido de acuerdo con las normativas europeas, utilizando instrumentos aprobados por la legislación de la UE. Está presente en las etiquetas de productos como alimentos, bebidas y cosméticos garantizando que la cantidad indicada es la correcta. 

Su finalidad es permitir a los consumidores confiar en que están recibiendo lo que pagan. Sin embargo, no está presente en todos los productos, solo en aquellos con un contenido mínimo de 5 gramos o mililitros y un máximo de 10 kilogramos o litros.

Aunque no es obligatorio, su uso está muy extendido debido a que facilita la venta de los productos en toda la UE sin necesidad de cumplir normativas adicionales en cada país miembro.

Críticas a la "e"

los defensores de los derechos del consumidor consideran que la regulación de la UE no es lo suficientemente estricta. Esto se debe a que la normativa permite lo que se denomina "desviación negativa permitida", lo que significa que algunos envases pueden contener menos producto del que indican sin ser penalizados. 

En los productos entre 100 y 200 gramos o mililitros pueden tener hasta un 4,5% menos de contenido, y en aquellos de 500 a 1.000 gramos o mililitros, se permite una diferencia de hasta 15 gramos o mililitros.

Este margen de tolerancia va más allá e incluso se permite que dos de cada 100 envases puedan quedar por debajo de estos límites sin que se consideren incompleto. Asimismo, genera preocupación entre los defensores de los consumidores, quienes argumentan que la normativa actual no ofrece la seguridad necesaria.

Varias propuestas de mejora

La Asociación Federal de Centros de Atención al Consumidor señala que los consumidores no pueden verificar si un fabricante ha respetado estos márgenes con sus propias básculas de casa generando así dudas.

Los defensores de los derechos del consumidor proponen sustituir el sistema actual por el principio de cantidad mínima, lo que garantizaría que los envases contengan al menos la cantidad indicada. Esto ofrecería mayor seguridad a los consumidores y reforzaría la confianza en la precisión de las etiquetas.

La Unión Europea se ha encargado de implementar diversas normativas para garantizar la precisión y transparencia en todos los productos. Uno de los símbolos más comunes, y a la vez de los más ignorados, es la letra "e" minúscula que aparece en los envases de alimentos, cosméticos y otros productos. 

La "e" en un envase asegura que el peso o volumen del producto ha sido medido de acuerdo con las normativas europeas, utilizando instrumentos aprobados por la legislación de la UE. Está presente en las etiquetas de productos como alimentos, bebidas y cosméticos garantizando que la cantidad indicada es la correcta. 

Su finalidad es permitir a los consumidores confiar en que están recibiendo lo que pagan. Sin embargo, no está presente en todos los productos, solo en aquellos con un contenido mínimo de 5 gramos o mililitros y un máximo de 10 kilogramos o litros.

Aunque no es obligatorio, su uso está muy extendido debido a que facilita la venta de los productos en toda la UE sin necesidad de cumplir normativas adicionales en cada país miembro.

Críticas a la "e"

los defensores de los derechos del consumidor consideran que la regulación de la UE no es lo suficientemente estricta. Esto se debe a que la normativa permite lo que se denomina "desviación negativa permitida", lo que significa que algunos envases pueden contener menos producto del que indican sin ser penalizados. 

En los productos entre 100 y 200 gramos o mililitros pueden tener hasta un 4,5% menos de contenido, y en aquellos de 500 a 1.000 gramos o mililitros, se permite una diferencia de hasta 15 gramos o mililitros.

Este margen de tolerancia va más allá e incluso se permite que dos de cada 100 envases puedan quedar por debajo de estos límites sin que se consideren incompleto. Asimismo, genera preocupación entre los defensores de los consumidores, quienes argumentan que la normativa actual no ofrece la seguridad necesaria.

Varias propuestas de mejora

La Asociación Federal de Centros de Atención al Consumidor señala que los consumidores no pueden verificar si un fabricante ha respetado estos márgenes con sus propias básculas de casa generando así dudas.

Los defensores de los derechos del consumidor proponen sustituir el sistema actual por el principio de cantidad mínima, lo que garantizaría que los envases contengan al menos la cantidad indicada. Esto ofrecería mayor seguridad a los consumidores y reforzaría la confianza en la precisión de las etiquetas.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


Te ayudo a no caer en estafas, te doy consejos de salud y cuidado personal, además de recomendaciones de destinos para tu próximo viaje.


Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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