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La batalla que el Imperio Español creía perdida y ganó con lanzamientos de ganado

La batalla que el Imperio Español creía perdida y ganó con lanzamientos de ganado

Fue una victoria sin apenas un solo disparo.

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Fue una victoria sin apenas un solo disparo.

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Fue una victoria sin apenas un solo disparo.

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Fue una victoria sin apenas un solo disparo.

La batalla que el Imperio Español creía perdida y ganó con lanzamientos de ganado

Fue una victoria sin apenas un solo disparo.

Antigua ciudad española en Jamaica.Getty Images/iStockphoto

La historia militar está llena de hechos heroicos, victorias inesperadas y estrategias ingeniosas, pero pocas tan sorprendentes como la que ocurrió en la actual Spanish Town, Jamaica, el 24 de enero de 1600. Por aquella época, la isla de Jamaica, entonces bajo dominio español, era un blanco constante de ataques piratas y expediciones de saqueo. 

En esta ocasión, la flota enemiga estaba comandada por Christopher Newport, un veterano marino inglés entrenado por el legendario corsario Francis Drake. Seguro de la victoria, Newport envió un emisario para exigir la rendición de los defensores españoles.

En lugar de someterse, los españoles recurrieron a la astucia y fingieron no entender el mensaje. De esta forma, retrasaron las negociaciones y aprovecharon el tiempo ganado para preparar su ingenioso plan de defensa.

El ataque y la insólita respuesta 

Cuando Newport perdió la paciencia, ordenó el desembarco de sus tropas. Sus 1.500 hombres avanzaron hacia la villa en formación de ataque. Sin embargo, en lugar de una resistencia armada, se encontraron con una escena aterradora e inusual pues los españoles habían atado antorchas encendidas a los cuernos del ganado local y lo habían soltado en dirección a los ingleses.

En la oscuridad, el fuego iluminando las bestias y la polvareda hicieron que las tropas invasoras entraran en un caos total. Los soldados de vanguardia, la parte más adelantada del ejército, fueron embestidos por la estampida, mientras los de la retaguardia, desorientados, retrocedieron y chocaron contra sus propios compañeros. El pánico desató una avalancha humana que aplastó a medio centenar de ingleses antes de que el resto huyera despavorido hacia la costa.

Una victoria sin un solo disparo 

Desmoralizados por la desastrosa embestida y convencidos de que los defensores españoles tenían algún tipo de magia o táctica indescifrable, los ingleses abandonaron la invasión y zarparon sin haber logrado su objetivo. Con ingenio y astucia, 200 españoles armados lograron lo impensable frente a los 1.500 ingleses: defender Jamaica sin apenas disparar un solo tiro. Así, convirtieron una derrota segura en una de las victorias más insólitas de la historia militar del Imperio español. 

La historia militar está llena de hechos heroicos, victorias inesperadas y estrategias ingeniosas, pero pocas tan sorprendentes como la que ocurrió en la actual Spanish Town, Jamaica, el 24 de enero de 1600. Por aquella época, la isla de Jamaica, entonces bajo dominio español, era un blanco constante de ataques piratas y expediciones de saqueo. 

En esta ocasión, la flota enemiga estaba comandada por Christopher Newport, un veterano marino inglés entrenado por el legendario corsario Francis Drake. Seguro de la victoria, Newport envió un emisario para exigir la rendición de los defensores españoles.

En lugar de someterse, los españoles recurrieron a la astucia y fingieron no entender el mensaje. De esta forma, retrasaron las negociaciones y aprovecharon el tiempo ganado para preparar su ingenioso plan de defensa.

El ataque y la insólita respuesta 

Cuando Newport perdió la paciencia, ordenó el desembarco de sus tropas. Sus 1.500 hombres avanzaron hacia la villa en formación de ataque. Sin embargo, en lugar de una resistencia armada, se encontraron con una escena aterradora e inusual pues los españoles habían atado antorchas encendidas a los cuernos del ganado local y lo habían soltado en dirección a los ingleses.

En la oscuridad, el fuego iluminando las bestias y la polvareda hicieron que las tropas invasoras entraran en un caos total. Los soldados de vanguardia, la parte más adelantada del ejército, fueron embestidos por la estampida, mientras los de la retaguardia, desorientados, retrocedieron y chocaron contra sus propios compañeros. El pánico desató una avalancha humana que aplastó a medio centenar de ingleses antes de que el resto huyera despavorido hacia la costa.

Una victoria sin un solo disparo 

Desmoralizados por la desastrosa embestida y convencidos de que los defensores españoles tenían algún tipo de magia o táctica indescifrable, los ingleses abandonaron la invasión y zarparon sin haber logrado su objetivo. Con ingenio y astucia, 200 españoles armados lograron lo impensable frente a los 1.500 ingleses: defender Jamaica sin apenas disparar un solo tiro. Así, convirtieron una derrota segura en una de las victorias más insólitas de la historia militar del Imperio español. 

La historia militar está llena de hechos heroicos, victorias inesperadas y estrategias ingeniosas, pero pocas tan sorprendentes como la que ocurrió en la actual Spanish Town, Jamaica, el 24 de enero de 1600. Por aquella época, la isla de Jamaica, entonces bajo dominio español, era un blanco constante de ataques piratas y expediciones de saqueo. 

En esta ocasión, la flota enemiga estaba comandada por Christopher Newport, un veterano marino inglés entrenado por el legendario corsario Francis Drake. Seguro de la victoria, Newport envió un emisario para exigir la rendición de los defensores españoles.

En lugar de someterse, los españoles recurrieron a la astucia y fingieron no entender el mensaje. De esta forma, retrasaron las negociaciones y aprovecharon el tiempo ganado para preparar su ingenioso plan de defensa.

El ataque y la insólita respuesta 

Cuando Newport perdió la paciencia, ordenó el desembarco de sus tropas. Sus 1.500 hombres avanzaron hacia la villa en formación de ataque. Sin embargo, en lugar de una resistencia armada, se encontraron con una escena aterradora e inusual pues los españoles habían atado antorchas encendidas a los cuernos del ganado local y lo habían soltado en dirección a los ingleses.

En la oscuridad, el fuego iluminando las bestias y la polvareda hicieron que las tropas invasoras entraran en un caos total. Los soldados de vanguardia, la parte más adelantada del ejército, fueron embestidos por la estampida, mientras los de la retaguardia, desorientados, retrocedieron y chocaron contra sus propios compañeros. El pánico desató una avalancha humana que aplastó a medio centenar de ingleses antes de que el resto huyera despavorido hacia la costa.

Una victoria sin un solo disparo 

Desmoralizados por la desastrosa embestida y convencidos de que los defensores españoles tenían algún tipo de magia o táctica indescifrable, los ingleses abandonaron la invasión y zarparon sin haber logrado su objetivo. Con ingenio y astucia, 200 españoles armados lograron lo impensable frente a los 1.500 ingleses: defender Jamaica sin apenas disparar un solo tiro. Así, convirtieron una derrota segura en una de las victorias más insólitas de la historia militar del Imperio español. 

La historia militar está llena de hechos heroicos, victorias inesperadas y estrategias ingeniosas, pero pocas tan sorprendentes como la que ocurrió en la actual Spanish Town, Jamaica, el 24 de enero de 1600. Por aquella época, la isla de Jamaica, entonces bajo dominio español, era un blanco constante de ataques piratas y expediciones de saqueo. 

En esta ocasión, la flota enemiga estaba comandada por Christopher Newport, un veterano marino inglés entrenado por el legendario corsario Francis Drake. Seguro de la victoria, Newport envió un emisario para exigir la rendición de los defensores españoles.

En lugar de someterse, los españoles recurrieron a la astucia y fingieron no entender el mensaje. De esta forma, retrasaron las negociaciones y aprovecharon el tiempo ganado para preparar su ingenioso plan de defensa.

El ataque y la insólita respuesta 

Cuando Newport perdió la paciencia, ordenó el desembarco de sus tropas. Sus 1.500 hombres avanzaron hacia la villa en formación de ataque. Sin embargo, en lugar de una resistencia armada, se encontraron con una escena aterradora e inusual pues los españoles habían atado antorchas encendidas a los cuernos del ganado local y lo habían soltado en dirección a los ingleses.

En la oscuridad, el fuego iluminando las bestias y la polvareda hicieron que las tropas invasoras entraran en un caos total. Los soldados de vanguardia, la parte más adelantada del ejército, fueron embestidos por la estampida, mientras los de la retaguardia, desorientados, retrocedieron y chocaron contra sus propios compañeros. El pánico desató una avalancha humana que aplastó a medio centenar de ingleses antes de que el resto huyera despavorido hacia la costa.

Una victoria sin un solo disparo 

Desmoralizados por la desastrosa embestida y convencidos de que los defensores españoles tenían algún tipo de magia o táctica indescifrable, los ingleses abandonaron la invasión y zarparon sin haber logrado su objetivo. Con ingenio y astucia, 200 españoles armados lograron lo impensable frente a los 1.500 ingleses: defender Jamaica sin apenas disparar un solo tiro. Así, convirtieron una derrota segura en una de las victorias más insólitas de la historia militar del Imperio español. 

La historia militar está llena de hechos heroicos, victorias inesperadas y estrategias ingeniosas, pero pocas tan sorprendentes como la que ocurrió en la actual Spanish Town, Jamaica, el 24 de enero de 1600. Por aquella época, la isla de Jamaica, entonces bajo dominio español, era un blanco constante de ataques piratas y expediciones de saqueo. 

En esta ocasión, la flota enemiga estaba comandada por Christopher Newport, un veterano marino inglés entrenado por el legendario corsario Francis Drake. Seguro de la victoria, Newport envió un emisario para exigir la rendición de los defensores españoles.

En lugar de someterse, los españoles recurrieron a la astucia y fingieron no entender el mensaje. De esta forma, retrasaron las negociaciones y aprovecharon el tiempo ganado para preparar su ingenioso plan de defensa.

El ataque y la insólita respuesta 

Cuando Newport perdió la paciencia, ordenó el desembarco de sus tropas. Sus 1.500 hombres avanzaron hacia la villa en formación de ataque. Sin embargo, en lugar de una resistencia armada, se encontraron con una escena aterradora e inusual pues los españoles habían atado antorchas encendidas a los cuernos del ganado local y lo habían soltado en dirección a los ingleses.

En la oscuridad, el fuego iluminando las bestias y la polvareda hicieron que las tropas invasoras entraran en un caos total. Los soldados de vanguardia, la parte más adelantada del ejército, fueron embestidos por la estampida, mientras los de la retaguardia, desorientados, retrocedieron y chocaron contra sus propios compañeros. El pánico desató una avalancha humana que aplastó a medio centenar de ingleses antes de que el resto huyera despavorido hacia la costa.

Una victoria sin un solo disparo 

Desmoralizados por la desastrosa embestida y convencidos de que los defensores españoles tenían algún tipo de magia o táctica indescifrable, los ingleses abandonaron la invasión y zarparon sin haber logrado su objetivo. Con ingenio y astucia, 200 españoles armados lograron lo impensable frente a los 1.500 ingleses: defender Jamaica sin apenas disparar un solo tiro. Así, convirtieron una derrota segura en una de las victorias más insólitas de la historia militar del Imperio español. 

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


Te ayudo a no caer en estafas, te doy consejos de salud y cuidado personal, además de recomendaciones de destinos para tu próximo viaje.


Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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