Las aerolíneas alertan a los pasajeros sobre usar este tipo de maletas: son las más propensas a ser robadas
Ryanair, con su habitual sarcasmo, vuelve a la carga y lanza un aviso con una dosis de retranca: tu equipaje necesita personalidad o acabarás llevándote un disgusto.

¿Eres de los que creen que esa maleta negra que te acompaña en todos tus viajes es sinónimo de elegancia? Pues llevarla en un aeropuerto es, más bien, un dolor de cabeza monumental para los pasajeros y para las compañías aéreas. Porque el equipaje oscuro puede que tenga su punto chic, pero también es el más impersonal. Basta con mirar la cinta transportadora: todas las maletas parecen cortadas por el mismo patrón y distinguir la tuya de las demás se convierte en un acto de fe. Así que, para lo que muchos es símbolo de discreción, para Ryanair es básicamente dejarle el trabajo hecho a los cacos.
El ejército de maletas gemelas
Los aeropuertos se han convertido en un desfile de clones: maletas negras, grises o azul marino que circulan como gotas de agua en un océano de aburrimiento. Son las favoritas de los viajeros de negocios y de quienes siguen la premisa de que "menos es más", pero tanta sobriedad acaba volviéndose en su contra. "Un viajero medio zombi después del vuelo puede equivocarse y llevarse la maleta de otro", recuerda la aerolínea de bajo coste, consciente de que cualquiera que haya puesto un pie en tierra tras ocho horas de viaje en clase turista sabe que el error no solo es posible, es casi inevitable.
Sin embargo, lo que parece un simple despiste pone de manifiesto un problema real: que en un mar de maletas idénticas, los ladrones lo tienen en bandeja para hacer de las suyas. La uniformidad no solo confunde a los pasajeros cansados, también le allana el camino a cualquiera que, con malas intenciones, robe sin tener que hacer mucho esfuerzo. Porque, seamos sinceros, llevarse una maleta entre otras cincuenta iguales no requiere de mucha astucia: basta con estirar el brazo, cogerla y echarse a caminar por el aeropuerto. Nadie se va a fijar en alguien que arrastra, exactamente, el mismo modelo que todos los demás.
La receta según Ryanair
Como señala el portal francés Linternaute, hasta Ryanair se ha cansado de ver tanto clon dando vueltas en las cintas de equipajes, por lo que ha preferido advertir a sus clientes a golpe de sarcasmo: "Ha llegado la hora de que distinguir una maleta en la cinta de la terminal no sea una odisea, sobre todo si es de color negro, azul marino o gris (como las que usa el 99,9 % de la gente)", señala al aerolínea en una de sus publicaciones en redes.
La compañía propone remedios tan simples como eficaces: elegir colores más chillones, como puede ser un amarillo fluorescente, el fucsia o un verde turquesa. No obstante, si la idea de Ryanair es demasiado estridente, con ponerle a una maleta sosa un lazo fosforito, un detalle imposible o una sencilla etiqueta de colores vivos. Es posible que no sea lo más glamuroso que tienes en mente para un equipaje, pero es infinitamente más práctico que perseguir maletas clonadas por media terminal.
En definitiva: si insistes en viajar con una de color negro, azul marino o gris, no digas que nadie te avisó de lo que te puede pasar. Porque lo que para ti es signo de discreción, para los ladrones es prácticamente un cartel luminoso en el que se lee la palabra “gratis”.
