Borja, médico, sobre el azúcar: "Cuanto más pronunciada es la caída, más hambre tendrás después"
Este experto explica que dejar de tomar no es sólo una cuestión de fuerza de voluntad, sino el resultado de mecanismos neurológicos, hormonales y de conducta.

“La bebida por defecto disponible en tu casa debería ser agua o agua con gas. No debería haber otra”. Así de claro se ha pronunciado el el médico Borja Bandera en un vídeo publicado en su canal de YouTube en el que apuesta por un cambio en el entorno para favorecer elecciones más saludables, pero sin imponerlas.
De forma que, en relación con el azúcar, esto significa llenar la casa de opciones inocuas y esconder o directamente desterrar las que nos sabotean, de ahí su consejo de que evitemos tener bebidas azucaradas en la nevera y sólo compremos agua. Y recomienda que, por ejemplo, los ultraprocesados, si no pueden eliminarse, "deben vivir en estantes altos, cajas opacas o lugares incómodos, aprovechando así el sesgo de disponibilidad: aquello que resulta más difícil de alcanzar es menos tentador".
Para ayudar en esta tarea, revela una serie de trucos que podemos usar para evitar, por ejemplo, la necesidad de tomar dulce, así como pautas para, cuando nos comamos el postre, tomemos una porción más reducido o incluso que nos lo pensemos dos veces.
Por ejemplo, este médico menciona una planta que es capaz de bloquear temporalmente los receptores del sabor dulce, a gymnema sylvestre. Bandera asegura que su extracto puede reducir hasta un 42% el consumo de bebidas azucaradas y disminuir los antojos casi un 30%, según un estudio; “Hacer que el azúcar sepa a cartón es posible”, afirma. Se trata, añade, de una especie de herramienta conductual para quienes necesitan romper el circuito de lo que él llama “dulce llama a dulce”.
Otro truco que da sobre el dulce es esperar 10 minutos después de comer lo salado antes de tomar el postre, de forma que nos de tiempo a comprobar tenemos una verdadera sensación de saciedad. En ese momento es cuando podemos decidir si no lo necesitamos o si tomamos sólo un poco.
Este médico afirma que el problema es que la mayoría de antojos son impulsivos, pero duran poco, por lo que si superamos esa esa ventana de tiempo, disminuye la urgencia y aumenta la probabilidad de optar por algo más ligero, como fruta o yogur.
Otro aspecto a tener en cuenta, dice Bandera, es que "el primer alimento del día marca el tono del resto". "Un desayuno rico en proteínas y fibra ayuda a liberar hormonas que prolongan la saciedad —como el GLP-1 o la colecistoquinina— y reduce los picoteos". Así que si "empiezas el día con una buena elección" podrás mantenerla muchas horas.
Porque abandonar el azúcar no es únicamente una cuestión de fuerza de voluntad, concluye este experto, "sino el resultado de mecanismos neurológicos, hormonales y conductuales que nos empujan al dulce".
