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El enésimo apagón devuelve La Palma al 'foco' años después del volcán: "Victimismo no queremos; respuestas, sí"

El enésimo apagón devuelve La Palma al 'foco' años después del volcán: "Victimismo no queremos; respuestas, sí"

50.000 vecinos se quedaron a oscuras durante más de tres horas este martes. Ni es la primera vez ni ha sido la última siquiera desde entonces. Voces de la isla exigen medidas ante el "olvido" que denuncian sufrir.

Planta energética de Los Guinchos, donde se originó el apagón total en La PalmaEFE / LUIS G MORERA

La actualidad, tan escandalosa últimamente, ha sumido en el olvido el último de los grandes episodios noticiosos en La Palma. La isla canaria, de inolvidable vinculación al volcán Tajogaite —conocido como Cumbre Vieja— desde la erupción de 2021, se ha quedado literalmente a oscuras esta semana

Un 'cero energético' similar al que sufrió la Península Ibérica semanas atrás, tuvo sin suministro a la isla durante tres horas y media, afectando a más de 50.000 habitantes, alrededor de dos tercios del total. Si es grave de por sí, más lo resulta que ni fue la primera vez... ni ha sido la última esta misma semana, con nuevas incidencias posteriores. Los vecinos reclaman medidas y no volver a caer en ese "olvido" que tanto temen.

Lo cuenta "sin victimismos" el alcalde de Breña Alta, Jonathan de Felipe Lorenzo, en conversación con El HuffPost. En este municipio de unas 7.000 personas al este de la isla se encuentra la Central de Los Guinchos, origen dl fallo que dejó sin luz a La Palma en la tarde del martes.

Si se le pregunta por la sensación de ser 'noticia' otra vez, De Felipe rechaza caer en sentimientos negativos, porque "si nosotros tuvimos el volcán y ahora los apagones, qué no dirán en Valencia con la inundación, el apagón... Cosas malas hay en todas partes". 

Lo que sí exige es "atender a mucha gente que no puede quedar sin amparo". "No creo en esa sensación de victimismo pero sí que espero que se den las respuestas correctas a la reconstrucción de la isla. No podemos olvidarnos de algo a los pocos meses", explica en la conversación. Sonríe cuando se le recuerda el testimonio de otro vecino palmeño al final de la erupción a este medio, ahora todos nos miran, pero en seis meses habrá una guerra. "Así es, aunque no fueron seis meses, en tres pasó lo de Ucrania", añade resignado.

Esas respuestas pasan por la necesaria "inversión" para modernizar la central de Los Guinchos, especialmente tras saberse que el fallo se debió a la "obsolescencia de los equipos". "Es una central obsoleta, lleva más de 50 años y hay que hacer los debidos cambios, porque se nutre de combustibles fósiles que trae un barco que lo conecta en bajamar", prosigue el alcalde con indignación.

No niega "no ser experto" en la materia, pero sí "manejar las competencias que me tocan", especialmente teniendo la central en su pueblo. "Y es obvio que debe hacerse un trabajo importante en energías alternativas; ahora con el volcán se trabaja la geotérmica, pero hay que buscar más". Eso y la "necesaria modernización de infraestructuras y redes eléctricas". Tirando de datos, Jonathan de Felipe recuerda que en 2013, aún en el contexto de crisis, se estableció un tope de inversión del 0'13% del PIB nacional anual para estas redes electricas. Y prácticamente así seguimos, es inviable", denuncia.

Ese sentimiento alcanza a los que mandan, pero también a vecinos anónimos, como Carmen, una trabajadora de la hostelería en el pueblo vecino de Breña Baja. Asume que 'llueve sobre mojado' con La Palma. "Estamos fastidiados por muchas cosas, ahora un apagón. Todo viene porque tenemos una planta muy antigua y no se invierte nada en renovarla para evitar este tipo de problemas. Y estos problemas son graves y son repetidos, porque ya llevamos más fallos así".

Alcalde, vecinos y todos lo que conocen La Palma comparten la idea de cierto desamparo. De Felipe retoma la palabra para incidir en la "naturaleza archipielágica" de su tierra, que como parte de las Islas Canarias es considerada región ultraperiférica (RUP) de la Unión Europea, un reconocimiento para ligarla a un territorio alejado en miles de kilómetros. "Estamos aislados y debemos tener ese tratamiento especial", añade el regidor.

Todo se suma. Echando la vista atrás, Carmen no se olvida de los tres meses de erupción salvaje del Tajogaite, aunque su local y su casa estén ubicados en el extremo este de la isla, el lado opuesto a la trayectoria de las coladas de lava. Y no lo olvida por algo que reconoce "muy sencillo", que "todos tenemos un hermano, una prima, un buen amigo que quedó afectado por el volcán". Habla a nivel humano, pero también a nivel de negocio, porque el volcán acabó con muchos trabajos, destruyó muchos campos, muchas casas... y eso es dinero que se pierde y que lo hemos notado en toda la isla".

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es