Lorenzo Silva, la emoción del Nautilus

Lorenzo Silva, la emoción del Nautilus

El primer libro que leí de Lorenzo Silva (Madrid, 1966) fue casi por casualidad, cuando aún era un autor de minorías. Encontré el ejemplar de segunda mano de 'La flaqueza del bolchevique'. Fue un descubrimiento, una revelación.

El primer libro que leí de Lorenzo Silva (Madrid, 1966) fue casi por casualidad, cuando aún era un autor de minorías. Encontré el ejemplar de segunda mano en la cuesta de Moyano de Madrid, en un estado excelente y tras valorar su precio decidí comprarlo. Era La flaqueza del bolchevique, y había quedado finalista del Premio Nadal ese mismo año, en 1997. Fue un descubrimiento, una revelación: me topé con un autor directo, incisivo, con una sensibilidad extraordinaria, capaz de contar historias que te anudaban el estómago y con una gran capacidad narrativa. Luego vinieron títulos como El lejano país de los estanques, primera novela de la saga de los guardias civiles Chamorro y Bevilacqua, o Algún día, cuando pueda llevarte a Varsovia, la serie de novelas juveniles que agrupó bajo el título genérico de Trilogía de Getafe. Para colmo, Juan Bonilla lo convirtió en un personaje de uno de sus cuentos, y desde entonces no he parado de leerle. En 2012 ganó el Premio Planeta con La marca del meridiano. Estas son las respuestas que nos da para invitarnos a sumergirnos en el mundo de los libros, con motivo de la Feria del Libro de Madrid.

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Foto: S.V.

¿Qué libro estás leyendo ahora?

Los soldados, de Pablo Aranda. Un meritorio thriller con picoletos, meritorio por lo que demuestra conocer de ellos.

¿Qué libro te marcó en tu infancia o adolescencia y por qué?

Muchos, pero especialmente una versión en cómic de la biografía de Lawrence de Arabia. Me impresionó, antes de entenderla en toda su complejidad, la historia de ese hombre irremisiblemente solo.

¿Qué autores te han marcado más a lo largo de tu vida como lector?

Kafka, Proust, Chandler, tres personas y una sola divinidad verdadera, que es Cervantes.

¿Qué libro del que tuvieras un buen recuerdo te ha defraudado con el paso del tiempo o viceversa?

Me temo que sobrevalorábamos a James Joyce, en general, aunque tenga páginas soberbias. En cambio, me alegró mucho revisar mi desdén hacia Góngora, al que en el cole te enseñaban a odiar.

¿Qué libro tuyo recomendarías a los lectores que todavía no te han descubierto?

Suelo recomendar La flaqueza del bolchevique: es corto, es barato, no les perjudico más de lo indispensable si no les gusta lo que hago.

Y de tus contemporáneos, ¿a quién recomendarías para iniciarse en el mundo de la lectura?

Carlos Castán y Juan Bonilla. He probado sus cuentos en talleres con adolescentes y son infalibles (siempre que el adolescente tenga una mínima inquietud, vaya).

Y los niños, ¿cómo podemos contagiarles la pasión por los libros?

Haciéndoles ver que nosotros la sentimos, y dejándoles llegar a ella por su propio itinerario, que no tiene que (o directamente no puede) coincidir con el nuestro.

Por último, ¿qué historia de ficción te hubiera gustado vivir en carnes propias?

La isla misteriosa de Julio Verne. Haber descubierto el Nautilus en la cueva submarina. Haber conocido a Nemo. He ahí una verdadera emoción.