En medio del apagón, cuando todo dejó de funcionar y las comunicaciones cayeron, un héroe inesperado resurgió: las radios de juguete de los 2000. Esas que muchos usaban para jugar a los espías o hablar con su vecino de pieza hoy fueron el medio de comunicación más efectivo. Con pilas viejas, diseños coloridos, estas pequeñas reliquias permitieron que familias se mantuvieran informadas, coordinaran ayuda o simplemente no se sintieran tan solas.
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