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Acude al Lidl a comprar únicamente pistachos y cae en una trampa irresistible: “Odio este supermercado”

Acude al Lidl a comprar únicamente pistachos y cae en una trampa irresistible: “Odio este supermercado”

La protagonista de un vídeo viral relata cómo una compra puntual en Lidl terminó en una cesta de 25 euros llena de caprichos absurdamente necesarios.

La protagonista del vídeo que odia Lidl porque acaba comprando más cosas de las que necesita.TIKTOK

Solo iba a por unos pistachos. Nada más. Pero TikTok ha vuelto a demostrar que resistirse a las estanterías de Lidl es poco menos que ciencia ficción. La tiktoker española @YTUSINFILTRO ha convertido una visita inocente al supermercado en un vídeo viral cargado de humor, confesiones domésticas y compras completamente impulsivas que, según ella, “no tenían sentido… pero sí”. Y todo, claro, con una declaración lapidaria de apertura: “Odio el Lidl”.

En el clip, que ya acumula miles de visualizaciones, la joven comienza explicando su objetivo inicial. “Yo esta mañana quería comprar pistachos. Y esto es con lo que me he venido”, dice mientras enseña su botín de casi 25 euros en productos que no estaban en la lista. ¿El detonante? Unas copas de cristal azules, aparentemente irresistibles. “Estas copas, que las he comprado también azules, 4,99. Y yo no sé qué les pasaba a las musulmanas con estas copas… se las llevaban de dos en dos”, comenta con tono entre sorprendido y divertido.

La historia continúa con un regreso al supermercado para cambiar las copas por otras transparentes porque “me da como asco beber líquidos en recipientes que no sean transparentes”. Entre confesiones, revela que las copas azules combinaban con un plato que se llevó por error estando borracha. “Con esto, pues muy mono, pero luego he pensado, está sucio”, reflexiona antes de decidir que volvería por las otras.

El efecto Lidl

La secuencia de productos va en aumento: trapos con estampado de limones, una alfombra de baño “suave, tío”, moldes para hacer hielos que luego resultan en “cubitos de mierda” y hasta pinzas diminutas. Y todo con un entusiasmo inesperado: “Qué puta monada”, exclama mientras muestra los paños de cocina que, asegura, eran ya necesarios: “Los que tengo, los tengo desde la época de Matusalén”.

Como remate, hace referencia a los hervidores y cafeteras que Lidl tenía en stock esa mañana, comparándolos con una colección de Dolce & Gabbana: “Puturro de foie. Mi amor… ¡Me amaré! ¡Expreso! ¡Machillato!”.

Espacio Eco
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Los comentarios no han tardado en convertir el vídeo en fenómeno. “Lo peor es que además de ser barato las cosas salen buenas siempre acabo comprando”, dice una usuaria. Otra añade: “He comprado los yogures bebibles para mi hijo… lo de hacer hielos, ¿es necesario? No, pero es una monada”. Y una tercera resume lo que probablemente piensan muchos: “No eres la única que pica”.