
Aunque la mayoría de los habitantes de España aún se identifican como católicos, este país cuenta con uno de los porcentajes de divorcios más altos del mundo. Un 61% de las uniones acaban en ruptura, sólo por detrás de Bélgica (70%), Portugal (68%), Hungría (67%) y la República Checa (66%).
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Este dato se desprende de las últimas estadísticas oficiales sobre rupturas matrimoniales, recogidas por Eurostat en enero de 2013. Al tiempo, aumentan también los nacidos fuera del matrimonio y disminuyen constantemente los casamientos.
La crisis supuso una reducción de las rupturas, pero están volviendo a coger velocidad. ¿Serán los altos índices de infidelidad de España una de las causas?
