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La polarización que divide a la generación Z: por qué algunos hombres jóvenes rechazan el feminismo

La polarización que divide a la generación Z: por qué algunos hombres jóvenes rechazan el feminismo

Problemas de comunicación y discursos oportunistas podrían estar detrás de los últimos datos. 

Manifestación de estudiantes jóvenes por el 8M de 2023 en MadridEuropa Press via Getty Images

España sigue siendo el país más feminista de Europa. Así lo confirma el último informe de Ipsos publicada esta misma semana con motivo del Día Internacional de la Mujer, que recoge que el 51% de la población española se considera feminista. El porcentaje es el mayor de todo el continente, pero sin embargo está cuatro puntos por debajo del del año pasado, cuando un 55% de los encuestados se calificaron como feministas.

La encuesta demuestra que en España sigue habiendo consenso entorno a la defensa de los derechos de las mujeres pero la situación poco tiene que ver con la de años como 2017 o 2018, cuando las manifestaciones masivas copaban las calles. Hay cada vez más matices.

Sin ir más lejos, hace un año el CIS publicó su primer encuesta sobre igualdad de género y uno de los datos más impactantes era que el 44,1% de los hombres cree que “se ha llegado tan lejos en la promoción de la igualdad de las mujeres” que ahora se les está discriminando a ellos. Todavía más destacable era el dato que confirma que eran los hombres jóvenes, concretamente aquellos de entre 16 y 24 años, los que más de acuerdo estaban con la afirmación, un 51,8%

En el último año se ha observado como, a pesar de que la generación Z se identifica con el feminismo, existe una brecha entre los hombres y mujeres jóvenes. Hace un año El País y la cadena SER publicaron la encuesta Radiografía intergeneracional de la desigualdad de género en la que se evidenciaba la distancia entre ambos géneros. Mientras que solo el 35,1% de los hombres de entre 18 y 26 se consideraba feminista, el porcentaje aumentaba hasta el 66% en el caso de las mujeres. 

Una diferencia bastante llamativa y más si se compara la franja de mayores de 59 años, en la que el 46,8% de los hombres se consideraban bastante feministas frente al 55,3% de las mujeres de la misma edad.

El apoyo al movimiento feminista suele estar relacionado con el voto hacia partidos de izquierdas, mientras que el rechazo se asocia a partidos de derecha o extrema derecha. Precisamente en intención de voto también se han visto diferencias entre hombres y mujeres de la generación Z. Según el CIS los hombres menores de 25 años se han ido desplazando a la derecha cada vez más desde 2018, mientras que las mujeres lo han hecho a la izquierda. 2018 no es un año casual: fue el año en el que se conoció la sentencia como La Manada que terminó cambiando la legislación actual y cuando se celebró la primera y masiva huelga feminista.

Este cambio no se observa exclusivamente en España, sino que es común en toda Europa. Basta con ver los resultados de las últimas elecciones alemanas, en las que los hombres de la generación Z votaron como primera fuerza al partido ultraderechista Alternativa por Alemania, mientras que las mujeres de su edad se decantaron por Die Linke, la opción más izquierdista del tablero alemán.

Qué está pasando para que algunos jóvenes rechacen el feminismo

La realidad es la que es pero, ¿por qué se está produciendo este cambio? “Creo sinceramente que es por una confusión de conceptos. Tú hablas con cualquier persona y el feminismo lo ven como lo contrario al machismo, como que ataca al hombre, y eso es el hembrismo. El feminismo busca la igualdad”, explica Soledad Romero, educadora social en la Asociación Alma, contra la violencia de género.

“Creo sinceramente que es por una confusión de conceptos. Tú hablas con cualquier persona y el feminismo lo ven como lo contrario al machismo, como que ataca al hombre. El feminismo busca la igualdad"
Soledad Romero, educadora social en la Asociación Alma, contra la violencia de género

“¿Qué pasa? Que la visión que se está dando del feminismo en los últimos años es ‘quieren estar por encima del hombre’, ‘el feminismo solo ha valido para atacar al hombre’ o ‘el hombre hoy por hoy no es nada por culpa del feminismo’. Al no entender los conceptos como tal, si tú no entiendes algo bien y lo transmites tal al final tienes un concepto erróneo de las cosas”, añade la experta.

Romero relata que ve cada día cuando acude a centros educativos cómo sigue sin tenerse claro lo que reclama el movimiento feminista. “El feminismo busca la igualdad entre hombres y mujeres pero no se está percibiendo así. Se está percibiendo que el hombre no puede hacer nada. Lo escucho tantísimas veces... Los chicos se sienten atacados. Se está malinterpretando todo”, lamenta la educadora, que cree que la televisión o las redes sociales no están ayudando.

Por su parte Alba Martínez, coordinadora de género de Equipo Ágora, cree que ha habido fallos “dentro del movimiento feminista” a la hora de transmitir ciertos mensajes que también han llevado a esta situación. “A veces no se ha tenido en cuenta cuál es el papel que deberían de tener los hombres en esta transformación social que se supone que es el movimiento feminista”, asegura.

“En muchas ocasiones creo que no se ha planteado cómo podemos canalizar esa crítica a un sistema patriarcal, a unos valores de masculinidad tradicional, etc, y creo que muchos chicos se sienten perdidos. No tienen todavía y necesitan tener buenos referentes. Sienten que en algunas ocasiones el discurso del movimiento feminista no sabe darles alternativas. A veces, en muchos temas, se hace una crítica al modelo social pero no se hacen propuestas claras sobre qué es lo queremos y cómo queremos hacerlo a partir de ahora. A veces nos faltan las herramientas”, defiende Martínez.

"En muchas ocasiones creo que no se ha planteado cómo podemos canalizar esa crítica a un sistema patriarcal, a unos valores de masculinidad tradicional y creo que muchos chicos se sienten perdidos. No tienen todavía y necesitan tener buenos referentes"
Alba Martínez, coordinadora de género de Equipo Ágora

Además, la experta en género cree que lo que estamos viviendo entre los jóvenes es “una polarización” evidente. “Hay sectores muy muy muy concienciados que han superado cosas que en generaciones anteriores ni siquiera se cuestionaban o eran muy minoritarias y luego otro sector en el lado opuesto que rechaza todo lo que propone el movimiento feminista, rechaza la diversidad e incluso está promoviendo valores tradicionales”, asegura.

Al igual que, Romero, Martínez también cree que ciertos aspectos de redes sociales están contribuyendo a esa división “Desde luego en todo esto flaco favor nos están haciendo los usos que se están haciendo de las redes sociales. No las redes sociales como un problema, sino personas que de manera interesada están creado fake news, Están promoviendo discursos de odio, bulos y al final está empobreciendo el debate”, denuncia la coordinadora.

“Los youtubers no están haciendo en ese sentido ningún beneficio a la sociedad y mucho menos a la sociedad juvenil porque se están convirtiendo en referentes, se informan a través de ellos”, recuerda Romero.

De hecho, la educadora cree que se están viendo vídeos o publicaciones que ya se crean con la intención de ridiculizar el movimiento feminista. “La estrategia de muchísimos de ellos es ir por la calle, cogen a una chica y le hacen preguntas para entallarla. Y la chica pues a lo mejor no está formada y es a modo de ‘y por qué te sientes discriminada si tienes esto y lo de más allá’, ya van con esa intención”, denuncia.

¿El problema? Que algunos jóvenes refuerzan informaciones que pueden ser erróneas a través de estas personalidades. “Esas personas se convierten en referentes sociales de los jóvenes y lo que pasa es que consolidan sus conceptos. Si me gusta este youtuber voy a buscar a otro similar y los dos argumentos que tienen los dos se refuerzan. No nos está aportando absolutamente nada bueno”, insiste Romero.

Más pedagogía y debate más profundo

Para Alba Martínez, la falta de pedagogía o de reflexiones más profundas, está provocando que algunas personalidades relevantes o grupos políticos estén utilizando las frustraciones o problemas de muchos jóvenes para colocar al feminismo o a otros movimientos sociales como culpables de todos los males que azotan a la juventud. 

"Al final están virando la culpabilidad hacia quien no la tiene. Venimos de modelos sociales que siguen siendo patriarcales y clasistas, que nos hablan de meritocracia pero luego no todo el mundo tiene las mismas oportunidades. Están poniendo el foco en otros culpables que nada tienen que ver. Es decir, el movimiento feminista, las personas LGTBIQ + o las personas migrantes y racializadas...", explica. 

Según la forma, de esta forma se reivindican modelos más tradicionales: "Te dicen que la culpa no es del modelo tradicional, eso está estupendo porque estos sectores quieren mantenerlo y que no se transforme. 'En realidad vuestra frustración viene porque ha habido cambios en la última década y ahí está vuestro problema, si volviéramos a lo de antes todo estaría bien'. Al final es intentar virar la responsabilidad de la frustración y cambiar el foco cuando el problema sigue siendo el mismo de siempre, modelos desiguales". 

"Las violencias obvias las tenemos claras, pero con las menos obvias, aunque cada vez sabemos más, todavía nos queda trabajo por hacer"
Alba Martínez

A pesar de la polarización, Martínez cree que todavía sigue habiendo bastantes consensos en la sociedad sobre los derechos de las mujeres. "Creo que en los últimos años al extenderse más el discurso del movimiento feminista, que fuera más mainstream, ha hecho que llegue a muchas más personas y se profundice más a nivel social. Eso ha implicado que haya quienes se empiecen a cuestionar cosas que antes no, a lo mejor antes lo veían de una manera muy superficial", cuenta la experta en género.

"A lo mejor el consenso que tenemos es que matar mujeres o pegar una paliza está mal. Ahí hay consenso, ¿cómo no va a haber consenso? Pero cuando profundizas más y te metes en cuestiones que tienen que ver con violencia emocional y psicológica, violencias de control, violencia sexual, violencias más sutiles, ahí creo que todavía como sociedad no tenemos consenso porque todavía hay cierta normalización. Las violencias obvias las tenemos claras, pero con las menos obvias, aunque cada vez sabemos más, todavía nos queda trabajo por hacer", defiende Martínez. 

"Hay que trabajar con menores porque ellos son el futuro y lo que estoy viendo en centros educativos y lo que estoy viendo venir me da un poco de miedo"
Soledad Romero

Para ella, nos falta "educación emocional" como sociedad para seguir avanzando. "Tenemos que responsabilizarnos y aceptar que a lo mejor somos nosotros, en primera persona, los que tenemos que cambiar. Es un trabajo profundo de madurez social", defiende.

El trabajo a nivel social con todos los sectores también es fundamental para Soledad Romero, empezando por las escuelas: "Hay que trabajar con menores porque ellos son el futuro y lo que estoy viendo en centros educativos y lo que estoy viendo venir me da un poco de miedo". 

MOSTRAR BIOGRAFíA

Soy redactora de LIFE en El HuffPost España, esa sección en la que intentamos contar el lado hedonista de la vida sin dejar de lado otras realidades.

  

Sobre qué temas escribo

Como redactora de LIFE, escribo sobre temas de cultura, moda, belleza o estilo de vida. También he abordado temas de medioambiente, feminismo o sociales, pero donde más cómoda me encuentro es explorando la relación de la moda con otras disciplinas culturales o su impacto social, y sobre todo lo que tenga que ver con el cuidado de la piel.

 

Siempre desde una perspectiva cercana, he tratado cuestiones como la estrategia del Museo del Prado para triunfar a través de sus redes sociales, explicado cómo Melania Trump utilizó su armario como arma política o desmentido bulos relacionados con la protección solar. Es probable que el 80% de los temas que he publicado se hayan escrito mientras sonaban Beyoncé, Oasis y Arctic Monkeys. Además, también me encargo de preparar el boletín de LIFE que enviamos cada sábado intentando resumir la actualidad de la semana.

 

Mi trayectoria

Nací en Vigo en 1992 y desde que tengo uso de razón siempre quise ser periodista. La única excepción fue la época en la que tuve fantasías con ser pintora, pero descarté rápido la idea cuando mis padres me anotaron a clases y me di cuenta de que no era lo mío. Estudié Periodismo en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), donde me gradué en 2014 después de pasar un año en Roma que me hizo apreciar todavía más la cultura italiana. Dejé Galicia para mudarme a Madrid en 2015 y cursar el Máster de Periodismo Cultural en la Universidad San Pablo Ceu. Aprendí en Radio Galega y en Pentación Espectáculos, donde descubrí lo que hay detrás de producciones de teatro y de grandes eventos como el Festival de Mérida. Colaboré puntualmente con Guía Repsol o la revista L'Officiel y llegué a El HuffPost en 2016, donde empecé compaginando mi trabajo como redactora de Branded Content con temas para la sección de tendencias, que terminó convirtiéndose en LIFE, donde actualmente soy una de las redactoras. Fui finalista en los Premios Ecovidrio de 2017.

 


 

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