La isla en la que todavía se escucha español está plagada de la serpiente que llegó en avión y "come cualquier cosa"
El reptil comenzó a reproducirse sin control y ha alterado por completo el ecosistema al convertirse en un depredador sin rival.

En el océano Pacífico Occidental existe una isla que fue parte del Imperio español desde el siglo XVI hasta 1898. Se trata de Guam. Aunque sus idiomas oficiales son el inglés y el chamorro, todavía se escucha español en la isla.
El motivo es que la pertenencia de Guam a España durante siglos ha provocado que aún queden algunos vestigios del idioma, como topónimos y préstamos léxicos que se han incorporado al chamorro.
No obstante, la isla de Guam también es conocida por la existencia de la serpiente arbórea marrón (Boiga irregularis), una especie que ha alterado por completo el ecosistema al convertirse en un depredador sin rival.
Tal y como recoge el medio de comunicación colombiano Diario ADN, el reptil llegó a la isla en avión. En concreto, la serpiente, de manera accidental, formó parte de cargamentos militares y comerciales.
Tras su irrupción en Guam, el animal comenzó a reproducirse sin control. La serpiente arbórea marrón (que es originaria de Australia y Papúa Nueva Guinea) puede alcanzar una longitud de entre uno y dos metros.
Pese a que originalmente la isla albergaba numerosas especies de aves, las mismas han quedado reducidas en la actualidad a su expresión mínima debido a la voracidad de la serpiente.
Los expertos explican que la serpiente arbórea marrón es una especie no venenosa que tiene la capacidad de acabar con cualquier animal de pequeño tamaño. "Se come cualquier cosa", aseguran los entendidos.
Diversos estudios ecológicos apuntan a que en Guam, en estos momentos, hay unos dos millones de serpientes arbóreas marrones. Esa elevada presencia de los reptiles ha provocado la desaparición de 10 de las 12 especies de aves nativas que existían en la isla.
Las dos especies de aves restantes se han adaptado a la amenaza del depredador pasando a vivir en zonas remotas de la isla y llevando sus nidos a cuevas para que las serpientes no los descubran.
