El futuro de los derechos de autor en un mundo cada vez más dominado por la Inteligencia Artificial

El futuro de los derechos de autor en un mundo cada vez más dominado por la Inteligencia Artificial

La evolución que ha experimentado la Inteligencia Artificial durante los últimos meses ha abierto un intenso debate alrededor de su papel en la industria y el de la propiedad intelectual.

La Inteligencia Artificial y el debate en el mundo de la cultura.

La llegada de la Inteligencia Artificial no ha sido como las historias de ciencia ficción nos habían contado. No ha venido a conquistar a la humanidad, sino a hacer nuestro trabajo. Y eso, aunque en ocasiones tiene su utilidad, también es percibido como una amenaza en diversos sectores. Así, la evolución que ha experimentado la Inteligencia Artificial durante los últimos meses, sumada a su participación en diversos campos creativos, ha abierto un intenso debate alrededor de su papel en la industria y el de la propiedad intelectual.

El papel de la IA en la producción de obras

Cualquiera que se mueva por los diversos ámbitos creativos que pueblan Internet habrá oído hablar de DALL·E, de Midjourney o de ChatGPT. Se trata de algunos ejemplos de nuevas tecnologías basadas en algoritmos de Inteligencia Artificial capaces de generar dibujos o textos, un campo hasta ahora reservado para el cerebro humano. Sí, era previsible que la tecnología alcanzara este nivel en algún momento; pero la velocidad a la que lo ha hecho ha sorprendido a todos, y plantea no pocas dudas.

A decir verdad, la creación de obras primitivas por parte de un ordenador no es algo nuevo, ya que se lleva experimentando en este campo desde los años setenta. Hasta no hace tanto, eso sí, la creatividad del programador era fundamental para obtener algún resultado.

¿Y qué ha cambiado? La propia naturaleza de una Inteligencia Artificial implica que su funcionamiento está basado en su capacidad de aprendizaje. Es decir, nadie la programa para que sepa reproducir un cuadro de Rembrandt: ella misma aprende qué es un dibujo, y qué hace que una obra pueda parecer de Rembrandt. Este, no obstante, es uno de los puntos más polémicos del tema. La IA utiliza obras protegidas por derechos de autor para aprender, pero la barrera entre dicho aprendizaje y el uso de esas obras como materia prima para “generar” nuevo contenido es demasiado difusa.

El otro punto que despierta ampollas, claro está, es el peligro que conlleva el hecho de que la Inteligencia Artificial pueda reemplazar a los humanos. Siempre se había creído que este tipo de tecnología acabaría con trabajos rutinarios y sencillos, pero las estimaciones actuales apuntan a que, precisamente, los empleos que podrían peligrar son los que requieren más preparación, como los matemáticos, pero también los de los escritores y artistas gráficos. Estos últimos, de hecho, han sido los primeros en poner en tela de juicio la ética del uso de la Inteligencia Artificial, y han denunciado su capacidad de imitar el estilo de otros artistas. Por supuesto, todo esto genera numerosas dudas en lo que respecta a los derechos de autor.

¿De quién es la obra creada por una Inteligencia Artificial?

Determinar de quién es una obra que ha sido producida mediante una Inteligencia Artificial no parece tan sencillo y el marco legal, a día de hoy, todavía no está preparado para afrontar esta situación. No obstante, en la mayoría de países solo pueden ser protegidas aquellas obras producidas por seres humanos. Por eso, lo más recomendable es registrar tus derechos de autor en Safe Creative si quieres evitar problemas al respecto.

¿Y qué ocurre con la obra generada por una IA? La intervención humana del programador no parece ser suficiente para demostrar su autoría, así que aquí nos adentramos en terreno pantanoso. De momento, solo queda esperar para ver cómo se adaptan las leyes a esta nueva realidad, y si la Inteligencia Artificial se convierte en una herramienta de apoyo o en un sustituto del artista humano.