La boleta demócrata, meritoria porque se ha impuesto a Trump y por hacer historia llevando a una mujer a la vicepresidencia, ha puesto la "empatía" sobre la "división".
Kamala Harris ha dado su primer discurso como vicepresidenta electa de Estados Unidos, y ha mandado un mensaje de esperanza a todas las jóvenes mujeres del país: "Soy la primera pero no seré la última. Quiero que todas vean que este es un país de oportunidades".
Ha separado a niños de sus padres, ha alentado el supremacismo blanco, ha apoyado a autócratas extranjeros y ha tratado la presidencia como si fuera su empresa privada.
"Si es partidario de Biden/Harris, será un objetivo. Tenemos una lista de hogares y direcciones. Somos esos con armas que asustan, con quienes sus hijos tienen pesadillas".