Yo tampoco quiero que odien a mi tío

Yo tampoco quiero que odien a mi tío

La presencia de mi tío en mi vida me abrió los ojos ante la discriminación constante que existe en México ante la injusticia que presenta no poder gritar tu amor por otro ser humano ante todo el mundo pues " es inmoral y daña a los niños". También me enseñó las múltiples consecuencias que tiene en la vida sentir que las decisiones propias nunca son las correctas o las esperadas, y que al igual que esconderse para fumar, uno tiene que esconderse para ser él mismo.
¡Eh, puto!

¡Eh, puto!

México vive una polémica generada en el fútbol tras la amenaza de la FIFA de cerrarle el Estadio Azteca, donde juega la selección, si se repite un grito constante de su hinchada al portero rival: "¡Eh, puto!". Para algunos se trata de una medida absurda de ese buenismo postmoderno que enjuicia la diversión y para otros de crear conciencia social o, mejor dicho, de no crearla.