El paso dado por Jakub Jankto, perteneciente al Getafe, es el primero que da un futbolista de LaLiga. No son tantos los que le precedieron en el balompié masculino mundial.
“Viví una doble vida y quiero ayudar a otra gente”, confiesa desde Nueva Zelanda, el país que más culto rinde al deporte de bestias jugado por caballeros.
La sección 377A del código penal castiga con hasta dos años de cárcel a los hombres que cometan “cualquier ultraje contra la moral pública” con otro hombre.
Deberá luchar contra su discriminación, promocionar sus derechos y defender "la despenalización universal de la homosexualidad y de la identidad trans".
Tantos años de criminalización y patologización dan como resultado un estigma que aún pervive. A los activistas LGTBI de entonces hay que agradecerles los logros de hoy.
Las infidelidades y la homosexualidad ya son delito en el país y se pagan con esa condena. Ahora se sabe que se aplicará igualmente a los aficionados futboleros.
Quedaba con las víctimas a través de una app, ya en sus casas las sedaba, sacaba dinero de sus cuentas y se hacía transferencias. Se sospecha que pudo cometer más crímenes.
De la persecución antaño a la lucha por sus derechos hoy, las cosas han cambiado para los gays en la isla, pero las uniones siguen siendo una deuda pendiente.