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¿Debería ser delito negar que los católicos tienen alma?

¿Debería ser delito negar que los católicos tienen alma?

Los católicos la llaman Semana Santa, porque los católicos siempre han sido mucho peores publicistas que los protestantes

Imagen de archivo de una procesión en Semana Santa.GTRES (Photo H Paul Hnna/UPI/Shutterstock)

Creedme: ya he comprado palomitas para sentarme ante las redes sociales el día que los católicos empiecen a considerar que su fe es una identidad. ¿No queréis esencias? Pues decidme qué hay más esencial, identitario y me-ofendo-como-me-lo-neguéis que el alma y la religación con un ser que es omnisciente, omnipotente, omnipresente, y no es omnívoro porque no le da la gana. Me gusta viajar durante estos días y ver las procesiones religiosas con ojos de antropólogo estructuralista. Los católicos la llaman Semana Santa, porque los católicos siempre han sido mucho peores publicistas que los protestantes. El día que se animen a llamarla Semana del Orgullo Cristiano veremos a Félix Bolaños llevar el paso del Cristo de las Siete Dagas Amarillas en la procesión del Viernes Santo de Torrejumiel.

Porque el catolicismo, cuando se pone, es una religión muy woke. San Anselmo de Aosta, jovenzuelo de vida algo disipada que abrazó el monacato benedictino en el siglo XI, defendía que de la existencia de la idea de Dios se seguía necesariamente la existencia de Dios. Que Dios es performativo, vamos. Que se hace verdadero por ser dicho. Incluso menos, basta con pensarlo. No he visto en ningún libro woke citar a San Anselmo de Aosta como antecedente de Judith Butler, y eso que convendrán conmigo que, al lado del peazo identidad que es la identidad de alma, la identidad de género es una identidad de poca monta. Una birria de identidad que en vez de Summa Theologicae tiene una etiqueta de Anís del Mono y unos cuantos tuits de Irene Montero.

"Yo soy el que soy", dijo Yahvé a Moisés. Díganme ustedes si Carla Antonelli no podría decir lo mismo, con el retoque de pronombres protocolario y un buen disfraz de zarza ardiente. Si es un delito negar que sean mujeres los guardias civiles éstos que se han cambiado de sexo sin afeitarse el bígote, díganme por qué quedamos impunes los que decimos que los católicos que han sido masacrados en Nigeria no tenían alma. ¿Cristofobia? Si poner en duda teóricamente el propio concepto de identidad de género es discurso de odio que niega la existencia y busca la muerte de ciertas personas, ¿negaba la existencia de ciertas personas y buscaba su muerte cegado por el odio Woody Allen cuando dijo aquéllo de que "no sólo Dios no existe, sino que vete tú a encontrar un fontanero un fin de semana"?

Esta semana la Corte Suprema del Reino Unido ha fallado con acierto que el sexo no es un acto de voluntad ni una vocecita interna ni una performance, sino un dato verificable por terceros. Un grupo de mujeres valientes y sabias, —el feminismo tiene una larga tradición en este tipo de mujeres—, luchando contra la nueva religión de nuestro absurdo tiempo, le ha pegado a San Anselmo una patada en el culo histórica. Por mucho que los católicos estén convencidos de tener alma, ninguno llegó al extremo de decir que los que niegan la existencia del alma niegan que ellos existan. El transactivismo sí había llegado ahí y unos señores con pelucas ridículas hechas de crin de caballo le han frenado. Qué sarcasmo. Ha quedado un bonito Domingo de Resurrección para recordar que la realidad existe.

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MOSTRAR BIOGRAFíA

Licenciado en Filosofía y doctor en Psicología. Es profesor titular de Psicología Clínica de la Universidad de Oviedo desde antes de que nacieran sus alumnos actuales, lo que le causa mucho desasosiego. Durante las últimas décadas ha publicado varias docenas de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales sobre psicología, siendo sus temas más trabajados la conformación del yo en la ciudad actual y la dinámica de las emociones desde una perspectiva contextualista. Bajo la firma de Antonio Rico, ha publicado varios miles de columnas de crítica sobre televisión, cine, música y cosas así en los periódicos del grupo Prensa Ibérica, en publicaciones de 'El Terrat' y en la revista 'Mongolia'.