Controlado el incendio mortal de Torrefeta, Lleida, tras quemar más de 5.500 hectáreas
Los Bombers de la Generalitat piden extremar la prudencia ante un verano en el que habrá fuegos de rápida extensión que pueden provocar situaciones comprometidas

Los Bombers de la Generalitat han dado por controlado, pasadas las 22:00 horas de este miércoles, el primer gran incendio forestal del año en España, declarado el martes por la tarde en el municipio leridano de Torrefeta i Florejacs, que ha dejado un balance de dos muertos, 5.577 hectáreas calcinadas, según el último balance de los Agentes Rurales, una treintena de edificaciones afectadas y decenas de pueblos confinados durante horas.
El incendio, catalogado como de sexta generación por su intensidad y la velocidad de su propagación, se ha extendido a unos 28 km/h, lo que ha llegado a generar un pirocúmulo de unos 17 kilómetros de altura, un fenómeno extremo que nunca se había registrado en Cataluña. Las llamas se extendieron con virulencia hasta dar forma a un perímetro de 40 kilómetros que ha afectado a los municipios de Torrefeta i Florejacs, Vilanova de l’Aguda, Oliola, Cabanabona y Agramunt, en las comarcas de Segarra, Noguera y Urgell. Las llamas han arrasado más de 4.500 hectáreas del Espacio Natural de les Valls de Sió i Llobregós
A lo largo del día, 35 dotaciones terrestres de los Bombers de la Generalitat han trabajado en loa zona, con el apoyo de 6 medios aéreos y 130 efectivos, que han centrado su labor en el control de los cinco focos principales y otras pequeñas reactivaciones detectadas en el flanco izquierdo del incendio, como se había previsto en las horas de máximo calor. También se ha consolidado el derecho, que amenazaba con entrar en el valle del Segre.
La ayuda de los agricultores leridanos, que han participado en las tareas de extinción con maquinaria pesada, ha sido clave para controlar el perímetro del incendio. Durante esta noche, está previsto que en la zona permanezcan desplegados diez camiones de agua y varios equipos de mando. Para mañana se espera un escenario algo más favorable, con temperaturas ligeramente más bajas y mayor humedad relativa, lo que permitirá reforzar las descargas sobre los puntos calientes desde primera hora.
Las dos víctimas: Jordi y Omar, atrapados en su huida
El virulento incendio de Torrefeta se ha cobrado la vida de Jordi Esteve, un agricultor de 32 años, y Omar Fabián Agudelo, su empleado, de 45 años, de origen colombiano. Ambos murieron asfixiados por el humo mientras intentaban escapar de las llamas a través de un camino rural del núcleo rural de Coscó, en Oliola. Los dos habían abandonado el vehículo en el que intentaban escapar, que apareció más tarde, parado, con las llaves puestas y el motor encendido, a escasos metros del lugar en el que se localizaron los cadáveres.

Según ha recogido El País, Esteve acudió a recoger a Agudelo, que se había quedado solo en una granja cuando se declaró el incendio de Torrefeta. Ambos trataron de volver hasta Agramunt, pero quedaron atrapados en el camino por la densidad del humo. "Llamó por teléfono despidiéndose, diciendo que no podía respirar y enviando la ubicación donde estaba”, ha relatado Camilo López, primo de Agudelo. Fue un vecino quien, después de localizar el vehículo abandonado, dio aviso en el grupo de WhatsApp del pueblo. Cuando los Bomberos llegaron, ya era demasiado tarde.
Ambos eran muy conocidos en la comarca. Jordi Esteve acababa de heredar un negocio familiar, con granjas de cerdos, vacas y caballos, además de una tienda de embutidos en Agramunt. Agudelo llevaba años en la comarca y tenía una hija de poco más de un año. Este miércoles, el municipio ha guardado un minuto de silencio, con la presencia del president de la Generalitat, Salvador Illa, y la consellera de Interior, Núria Parlon. “Estamos desolados”, ha declarado la alcaldesa, Sílvia Fernàndez, tras decretar dos días de luto.
Una chispa y un rescate que llegó tarde
Según la principal hipótesis que barajan los investigadores, el primer gran incendio de este 2025 en España pudo haberse originado por una chispa saltada de una cosechadora que trabajaba en una zona agrícola, tal y como ocurrió en 2009 en esa misma comarca. Agentes Rurales y Mossos d’Esquadra han abierto una investigación conjunta para aclarar lo sucedido.
Desde el cuerpo de Bombers de la Generalitat se insiste en que este verano en la región será especialmente delicado, con incendios de rápida extensión que “pueden provocar situaciones comprometidas y poner vidas en riesgo”. Por eso piden extremar la prudencia, seguir las instrucciones de los equipos de emergencias y no subestimar la velocidad a la que puede avanzar el fuego en escenarios como el de esta semana.
El fuego ha arrasado 5.577,5 hectáreas (la mayoría agrícolas), más de 4.500 dentro del Espacio Natural Protegido de les Valls de Sió i Llobregós. Ha afectado a unas 13 masías, 7 cobertizos y 5 pajares; solo una masía y un cobertizo han quedado destruidos. El 58% de los edificios dañados estaban en desuso. En Vilamajor, un agricultor logró salvar su aldea regando la zona con purines y en Cabanabona, las llamas se acercaron a una residencia geriátrica Cal Tomeu, donde viven 50 ancianos. "Nos llegó el fuego a las siete de la tarde. Tuvimos muchísimo miedo”, ha reconocido su director, Llorenç Torra.
Protecció Civil ha levantado ya los confinamientos, pero mantiene activada la alerta del plan INFOCAT. Se pide a la población que limite los desplazamientos en la zona para no entorpecer los trabajos. El Servei d’Emergències Mèdiques ha atendido a dos personas por heridas leves y ha activado un equipo de psicólogos para asistir a los familiares de las víctimas.