Va a pasear a la playa, observa algo inusual en la arena y descubre que es "un tesoro de un millón de años"
Es un hallazgo sorprendente.

A principios del mes de mayo, una mujer muy familiarizada y apasionada por la playa llevó a cabo un hallazgo de lo más extraño en una playa del mar Báltico, que al principio confundió con un trozo de plástico, pero que rápidamente advirtió que no lo era.
Su nombre es Britta Krause y el descubrimiento era nada menos que un trozo de ámbar de un tamaño similar al de una mano. Y es que, aunque es cierto que la playa de Lindhöft, en Schleswig-Holstein, se ha caracterizado históricamente por el hallazgo de numerosos erizos de mar y piedras de trueno.
Por su parte, el descubrimiento del ámbar de 190 gramos, supuso una sorpresa mayúscula para esta mujer, que tras bañarlo en una solución de sal, la piedra flotó, lo que confirmó su autenticidad.
Y llegó a esta conclusión ya que el ámbar brilla con un color blanco azulado o verdoso cuando le da la luz ultravioleta, además de que se puede rayar fácilmente con una uña. Sin embargo, se trata de un material peligroso y que puede encenderse al mínimo contacto con el oxígeno. Por este motivo, se deben recoger con pinzas y que no entre en contacto con el cuerpo.
Así, explican que durante los próximos meses se examinará el ámbar de Lindhöft con tomografías computarizadas para detectar la posibilidad de que haya insectos en ellos.