Wert, el 'empollón' al que suspenden los españoles

Wert, el 'empollón' al que suspenden los españoles

EFE

Ha conseguido irritar a la comunidad educativa, ha llenado las calles de estudiantes en contra suya, ha arrancado las críticas más duras de la oposición e, incluso, ha suscitado malestar en las propias filas del PP y entre algunos de sus compañeros de Gobierno. Solo le faltaba enemistarse con la Unión Europea, y este martes lo ha conseguido.

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha sufrido una regañina pública y bastante dura desde Bruselas después de que este lunes dejara caer ante los consejeros autonómicos que el presupuesto de la UE para España destinado a Erasmus se va a reducir a la mitad. Nada de eso, han replicado desde la capital europea. Otro suspenso en su breve currículum como ministro.

Cuando Mariano Rajoy llegó a La Moncloa no sorprendió mucho al anunciar su Ejecutivo. Mucho partido, muchos compañeros de toda la vida, su círculo más cercano. La mayor de las licencias que se permitió fue la de Wert. ¿Quién es?, se preguntaron entonces los españoles. A partir de ese momento, la educación, la cultura y el deporte del país quedaban en manos de este sociólogo, que participaba en algunas tertulias, y cuyos estudios y análisis electorales eran muy valorados en la calle Génova.

El que fue siempre un excelente estudiante, con notas brillantes y acostumbrado a ser el ‘número uno’ en clase, llegaba a la majestuosa sede del Ministerio de Educación en la calle Alcalá proclamando en su toma de posesión de que “la España del futuro dependerá del sistema educativo”.

Y detrás de él asomaban algunas peticiones que se habían convertido en bandera durante la oposición como 'tumbar' la asignatura de Educación para la Ciudadanía y la tijera escondida en sus traje siempre impoluto. En ese momento arrancaba otra historia, llena de más suspensos que aprobados y a la que el final solo se lo puede poner Rajoy el día que considere que acabó su etapa de despacho ministerial.

EL PEOR VALORADO

Wert es el ministro peor valorado por los españoles, apenas consigue un 1,46 sobre 10 en el último barómetro hecho público por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). De hacer caso el presidente del Gobierno de esta encuesta, estaría en la primera línea de salida de cara a una hipotética crisis en el Ejecutivo (que podría coincidir con la elaboración de la lista del PP para las elecciones europeas y la elección del candidato del partido en Andalucía).

Este martes, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, a quien ha pillado esta polémica con la UE sobre Erasmus en Bruselas, ha mostrado públicamente el apoyo del partido al titular de Educación. Menos explícita fue la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el pasado viernes cuando se limitó a decir después del Consejo de Ministros que el ministro seguía trabajando en sus reformas.

¿Y Mariano Rajoy? Sólo él tiene la última palabra. El presidente ha lanzado un mensaje de “pleno y total apoyo” a Wert desde París, donde ha participado en un cumbre internacional. Todo un “malentendido”. Nada de ceses, por el momento. Su vínculo político es con el jefe del Ejecutivo, ya que el propio ministro ha anunciado que dejará la política el día en que abandone la calle de Alcalá.

SU GRAN MISIÓN

Wert tiene como principal misión llevar a cabo la reforma educativa. La futura ley de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) pasa su últimos trámites parlamentarios -ahora mismo está en el Senado y luego deberá volver al Congreso al haberse introducido algunos cambios-.

Es uno de los grandes proyectos de la Administración de Rajoy, y a la vez uno de los más polémicos y que más contestación han generado a la calle. Pese a las críticas, las manifestaciones (ya se han producido tres huelgas generales educativas) y las fuertes embestidas de la oposición, Wert continúa con la reforma. Y él se está llevando todos los palos, por encima de los que recibe el presidente (al que la oposición le suele lanzar principalmente dardos por cuestiones económicas y por el caso Bárcenas).

Las polémicas no están instaladas solo en su despacho. Su ‘número dos’, Montserrat Gomendio, no se ha quedado a la zaga en declaraciones en los últimos meses en relación a la Lomce. Críticas a los estudiantes… y algunas insinuaciones contra sus propios compañeros. La secretaria de Estado -el segundo miembro del Gobierno más rico- apuntó la semana pasada que se hubieran ahorrado la polémica de haber sabido que contarían con más presupuesto.

Todos contra Wert. La oposición se enciende cada vez que el ministro habla y propone alguna medida. Los socialistas han dado especial relevancia a los temas educativos durante estos meses. El secretario de Organización del PSOE, Óscar López, ha exigido este martes al presidente del Gobierno su destitución "inmediata" y los principales grupos en el Congreso han sellado un pacto con el que prometen tumbarla cuando el PP salga del poder.

LUCHA AUTONÓMICA

Pero no solo entre los grupos parlamentarios escuece la Lomce. Las autonomías -que tienen las competencias en Educación- han sido otro de los frentes que se ha encontrado el ministro. Incluso las propias del PP han presionado durante la negociación, lo que ha hecho que el calendario de aplicación de la misma se retrase. Muchos barones todavía pagan en sus comunidades el recorte anunciado en una escueta nota de prensa de 10.000 millones de euros en sanidad y educación el pasado año.

Las principales críticas territoriales han llegado desde Andalucía, que ha lamentado que se trata de una reforma educativa de corte franquista, y Cataluña. Esta última autonomía ha sido todo un rival político para Wert, con su consejera Irene Rigau catapultada como la gran boxeadora en el ring de las conferencias sectoriales dispuesta a defender el catalán en las aulas.

“Españolizar a los catalanes”, la tijera bien afilada, volver a las reválidas… Faltaba algo. Sí, la presión de la Iglesia para imponer la Religión. A Wert no le falta de nada. ¿A qué santo le estará rezando ahora?