7 preguntas para entender el estallido de violencia en Irak

7 preguntas para entender el estallido de violencia en Irak

AFP

El estallido de violencia en Irak está llevando al país a una nueva guerra civil. El enfrentamiento entre etnias trasciende las fronteras nacionales y podría extender el conflicto a otros países de la zona. Como Siria, donde la milicia insurgente iraquí ya ha plantado la bota en el este del país.

¿POR QUÉ IRAK ESTÁ AL BORDE DE UNA GUERRA CIVIL?

El actual estallido de violencia tiene sus raíces en el pasado diciembre, cuando los insurgentes de la milicia antigubernamental ISIS invadieron las ciudades de Faluya y Ramadi, al norte del país. En los meses siguientes, comenzaron una ofensiva de ataques terroristas que dejaron decenas de muertos.

Seis meses después de ocupar ambas ciudades, en junio de 2014, los milicianos ocuparon la segunda ciudad más grande de Irak, Mosul. 30.000 tropas del Gobierno huyeron al ver acercarse a 800 insurgentes y dejaron la ciudad en manos de la milicia. Cientos de miles de personas abandonaron la ciudad, que es la puerta de entrada a Turquía y Siria.

¿QUIÉNES SON?

Los milicianos yihadistas se hacen llamar Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL por sus siglas en francés, también conocido como ISIS, según sus siglas en inglés). Son una rama de Al-Qaeda, que los expulsó en febrero por no poder controlarlos. Aunque son sólo entre 7.000 y 10.000, según la inteligencia estadounidense, cuentan entre sus miembros a exmilitares de Hussein, sin trabajo desde que EEUU disolvió el Ejército iraquí. También reciben apoyo de líderes tribales y comunidades rurales. Su objetivo es instaurar un Estado islámico que comprenda Siria e Irak.

Su líder es Abu Bakr al-Baghdadi, nacido en 1971 en Samarra, al norte de Baghdad. Según algunos militantes, fue el propio Bin Laden el que lo elevó a lo más alto de la rama terrorista iraquí. Sus habilidades como comandante y estratega lo hacen más atractivo como líder que los clérigos que dirigen Al Qaeda, lo que explica el rápido crecimiento de ISIS.

La milicia tiene dinero en abundancia para seguir aprovisionándose. Además de recibir apoyo financiero de fortunas privadas de los Estados del Golfo, también obtiene cuantiosos beneficios de los campos de petróleo que controla en el este de Siria. El contrabando y la extorsión suponen otras vías de ingresos. EEUU ha estimado sus recursos en 875 millones de dólares, que aumentaron a 1.300 tras el expolio de los bancos de Mosul. Expertos citados por la BBC calculan que estas cifras los convierten en la milicia más rica del mundo.

¿POR QUÉ ESTÁN ENFRENTADOS AL GOBIERNO?

Los insurgentes pertenecen a la etnia suní, minoritaria en Irak, pero que ostentó el poder durante décadas con Sadam Hussein oprimiendo a la mayoría chií.

Los chiíes accedieron al Gobierno tras la invasión estadounidense, y ahora son los suníes los que se sienten discriminados. El primer ministro, el chií Nouri Maliki, ha ordenado detenciones masivas de manifestantes en aras de la lucha contra el terrorismo y se ha movido contra relevantes figuras de la oposición suní, lo que los ha convertido en masa de reclutamiento perfecta para los milicianos.

¿QUÉ HAN CONSEGUIDO HASTA AHORA?

ISIS organiza ataques terroristas en Iraq casi a diario y controla territorios de cientos de kilómetros en el oeste y el norte del país. El este está escasamente poblado, pero los suníes insurgentes se han hecho fuertes y controlan parte de la frontera con Siria. Bagdad, la capital, está en la frontera entre la zona de influencia del Gobierno y la de la milicia. The New Yorkerestima que la milicia controla ya un tercio del país.

¿QUÉ TIENE QUE VER SIRIA?

La guerra civil en Siria coincidió con la retirada de tropas de EEUU, lo que ha permitido a los iraquíes intervenir en la guerra civil del país vecino. El Gobierno de Irak afirma que no apoya a Bachar Al Assad, un chií como ellos, pero permite que pasen armas, tropas y víveres para fortalecer al dictador sirio desde Irán, su máximo aliado. Los milicianos de ISIS apoyan a los rebeldes sirios, que son suníes como ellos y, al controlar la frontera, suministran a ese bando con armas, tropas y comida. En 2013 entraron abiertamente en el conflicto.

¿POR QUÉ EL EJÉRCITO NO PUEDE CON ELLOS?

Las tropas gubernamentales, cuyo entrenamiento se detuvo súbitamente tras la retirada total de EEUU, se sienten impotentes y cada vez más descorazonadas por las tácticas brutales de los milicianos, que incluyen crueles torturas, ataques suicidas, decapitaciones y crucifixiones, que también extienden a los niños. Muchos han desertado y otros han caido presa de las tensiones sectoriales. Los abusos y la corrupción campan a sus anchas en todos los estamentos militares, lo que rebaja al Ejército en la opinión popular, que ha llegado a considerarlo un arma personal del primer ministro y sus allegados. Algunos oficiales han asegurado al New York Times que pierden 300 soldados al día entre desertores, muertos y heridos.

El Gobierno de Irak vota este jueves si se declara el Estado de emergencia durante 30 días para tratar de retomar el control y asegura que armará a la población contra la milicia. El máximo clérigo chií iraquí, el ayatolá Ali al Sistani, ha llamado a la yihad (guerra santa) contra los insurgentes suníes, lo que agranda el abismo entre ambos grupos.

¿QUE ESTÁN HACIENDO EEUU Y EUROPA?

EEUU contempló en un principio volver a enviar tropas, pero finalmente lo ha descartado. Sí ha desplazado a 275 efectivos para garantizar la seguridad de la Embajada y el personal estadounidense que se encuentra en el país. Este lunes, ha invitado a Irán al diálogo para resolver el conflicto, algo impensable hasta hace poco.

Hassan Rouhani, presidente de Irán (país vecino mayoritariamente chií), ha calificado la milicia como "barbárica" y asegura que su país no tolerará "tal terror y violencia". Turquía, otro gran poder en la zona, ha asegurado que intervendrá contra ISIS si los 25 turcos secuestrados recientemente por los milicianos sufren algún daño.

La Unión Europea no se ha pronunciado oficialmente sobre el conflicto, ya que toda su atención está centrada en el de Ucrania, más cercano. Pero ha instado al Gobierno de Irak a que una fuerzas con las tropas kurdas, minoría étnica del noreste del país que aún no ha tomado partido. Aún está por ver el precio que requerirían los kurdos por prestar su ayuda a los chiíes del Gobierno. El Ejecutivo iraquí y los kurdos llevan peleando por los ricos campos petrolíferos de Kirkuk desde el derrocamiento de Sadam Hussein, un premio goloso que Maliki no parece dispuesto a ceder.