'Las letras entornadas', de Fernando Aramburu, o el niño que se fumaba los libros

'Las letras entornadas', de Fernando Aramburu, o el niño que se fumaba los libros

Título: Las letras entornadas

Autor:Fernando Aramburu

Editorial: Tusquets

Páginas: 296

Precio:18 euros en tapa blanda y 10,99 euros en ebook

Fecha de Lanzamiento: 15 de enero de 2015

¿De qué va?

Es un libro que tiene algo de memorias, partes de biografía, mucho de ensayo y algo de novela. Un artefacto literario para hablar de literatura.

¿Por qué se habla tanto de este libro?

Lo cierto es que no se habla tanto de este libro. ¿Acaso hace falta? No en este caso. Las letras entornadas es un libro para letraheridos y verdaderos amantes de la literatura. Personas que se cuentan por centenares, no por miles. Y con eso basta.

LEE LAS PRIMERAS PÁGINAS DE 'LAS LETRAS ENTORNADAS'

¿Quién lo escribe?

Fernando Aramburu es uno de los escritores más consolidados de las letras españolas. No es Javier Marías, ni Muñoz Molina ni (Dios no lo quiera) Pérez-Reverte. Es un autor que tiene un público muy específico, pese a haber ganado premios prestigiosos como el Biblioteca Breve, gourmet y exigente. Aramburu, nacido en San Sebastián en 1959 y residente en Alemania desde hace 30 años, fue miembro del Grupo CLOC de Arte y Desarte. Cuenta con una sólida trayectoria cuentística —No ser no duele (1997), Los peces de la amargura (2006) y El vigilante del fiordo (2011)— y ha escrito seis novelas: Fuegos con limón (1996), Los ojos vacíos (2000), El trompetista del Utopía (2003), Bami sin sombra (2005), Viaje con Clara por Alemania (2010) y Ávidas pretensiones.

Nuestra opinión:

La singularidad de la obra que presenta Aramburu —una miscelánea en la que casi todo cabe y que en nada profundiza, más allá de en hablar de la literatura— la hace a tramos compleja, a tramos deslumbrante y a tramos indigesta. Esta colección de ensayos, notas autobiográficas, artículos y prólogos no mantiene (ni se espera) la misma calidad en todos los textos, por lo que se pasa de momentos de gran altura a páginas más tediosas. La fórmula elegida por el autor para introducir cada uno de los textos es ingeniosa —un diálogo imaginario entre el propio Aramburu y un inquietante Viejo— y efectiva, porque pone en bandeja el sabroso plato que el lector procede a degustar. Una exquisitez con nombres propios, como Thomas Mann, Ramiro Pinilla, Félix Francisco Casanova —ese Rimbaud canario—, Gabriel Celaya, Juan Rulfo, Viktor Klemperer, Mercè Rodorera (en un texto que estimula a leer La plaza del diamante), Ignacio Aldecoa, Cervantes, Dostoievski o Julio Cortázar. Valgan estos nombres para certificar de qué se habla en este libro: de libros. Autores, librerías perdidas, sensaciones, personas que estimular a leer… Todo cabe en este obra que, sin ser nada en particular, lo es todo.

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