Cómo saber si una mascarilla está homologada

Cómo saber si una mascarilla está homologada

Hay una serie de detalles en los que puedes fijarte para saber si tiene todas las garantías para proteger frente al coronavirus.

Medical masks. Cross to cross. Novel coronavirus - 2019-nCoV. The inscription Stop Coronavirus. MERS-Cov middle East respiratory syndrome coronavirus. Chinese coronavirus COVID-19 outbreak.Getty Images

Las mascarillas han acaparado titulares desde que la pandemia del coronavirus dio los primeros pasos en España. Primero porque se habían agotado, luego por el debate sobre su uso y después porque tanto el Gobierno central como los ejecutivos de comunidades como Madrid o Andalucía habían tenido que devolver varios lotes de mascarillas defectuosas.

Ante estas noticias y teniendo en cuenta que esta protección es nueva dentro de la rutina de los españoles, es normal preguntarse si la mascarilla que se compra es la correcta. ¿Cómo diferenciar una homologada de una falsa? En una guía sobre el uso de mascarillas, el Ministerio de Consumo ha dado algunas pistas para que los ciudadanos sepan en qué elementos del etiquetado tienen que fijarse.

La farmacéutica y experta en seguridad alimentaria Gemma del Caño explica que lo primero en lo que debe fijarse una persona a la hora de comprar una mascarilla es fijarse en si está comprando el tipo que necesita. “La mayoría de población tiene suficiente con una quirúrgica (que son un producto sanitario) y seguir con el resto de medidas como la distancia de seguridad de 2 metros. Habría que dejar las FFP2 y 3 (que son EPIs) para sanitarios, personas expuestas y grupos de riesgo que van a sitios críticos”, cuenta a El HuffPost la experta.

Una vez cada persona sabe el tipo de mascarilla que debe utilizar, puede fijarse en una serie de numeraciones y certificados, aunque del Caño apunta que debería ser el distribuidor el que debería comprobar la homologación porque “nadie tiene por qué saber cuáles son los requisitos mínimos”. Todos los detalles a tener en cuenta aparecen en la guía del Ministerio de Consumo, pero esto es lo básico a tener en cuenta para la farmacéutica. “En el caso de las mascarillas quirúrgicas deberían fijarse en que tengan el nombre del fabricante, la norma que deben cumplir (UNE EN14683), el marcado CE y el tipo de mascarilla. Las FFP2 deben llevar la otra norma (EN 149:2001+A1:2009) y los cuatro dígitos del número del organismo certificado después del marcado CE”, detalla la experta.

¿Cómo saber si es reutilizable?

Para saber si una mascarilla, tanto quirúrgica como FFP2 o FFP3, basta con comprobar si lleva impreso NR (no reutilizable). La farmacéutica avisa de que “se están buscando alternativas para desinfectar pero aún no hay nada definitivo, y menos casero”. Del Caño explica que las mascarillas FFP reutilizables llevan “un armazón rígido y lo que se van cambiando son los filtros”. Estos filtros, P2 y P3, también deben estar homologados.

No se recomienda la compra online

En las primeras semanas de pandemia el desabastecimiento hizo que muchos españoles se lanzaran a webs como Amazon para comprar mascarillas, en ocasiones a precios desorbitados, pero esta práctica es poco recomendable. “No lo recomiendo en absoluto salvo que seas experto en ellas. A veces se envían certificados falsos, crees que estás comprando algo homologado, y no es así”, sentencia del Caño.

Para ella la clave, ahora más que nunca, es acudir a “sitios donde los clientes tengan la confianza de poder preguntar, consultar y que estén bien informados”. Y recuerda: “Una mascarilla bien etiquetada mal usada, conlleva más riesgos que una mascarilla incorrectamente etiquetada pero bien usada”.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España, esa sección en la que intentamos contar el lado hedonista de la vida sin dejar de lado otras realidades.

  

Sobre qué temas escribo

Como redactora de LIFE, escribo sobre temas de cultura, moda, belleza o estilo de vida. También he abordado temas de medioambiente, feminismo o sociales, pero donde más cómoda me encuentro es explorando la relación de la moda con otras disciplinas culturales o su impacto social, y sobre todo lo que tenga que ver con el cuidado de la piel.

 

Siempre desde una perspectiva cercana, he tratado cuestiones como la estrategia del Museo del Prado para triunfar a través de sus redes sociales, explicado cómo Melania Trump utilizó su armario como arma política o desmentido bulos relacionados con la protección solar. Es probable que el 80% de los temas que he publicado se hayan escrito mientras sonaban Beyoncé, Oasis y Arctic Monkeys. Además, también me encargo de preparar el boletín de LIFE que enviamos cada sábado intentando resumir la actualidad de la semana.

 

Mi trayectoria

Nací en Vigo en 1992 y desde que tengo uso de razón siempre quise ser periodista. La única excepción fue la época en la que tuve fantasías con ser pintora, pero descarté rápido la idea cuando mis padres me anotaron a clases y me di cuenta de que no era lo mío. Estudié Periodismo en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), donde me gradué en 2014 después de pasar un año en Roma que me hizo apreciar todavía más la cultura italiana. Dejé Galicia para mudarme a Madrid en 2015 y cursar el Máster de Periodismo Cultural en la Universidad San Pablo Ceu. Aprendí en Radio Galega y en Pentación Espectáculos, donde descubrí lo que hay detrás de producciones de teatro y de grandes eventos como el Festival de Mérida. Colaboré puntualmente con Guía Repsol o la revista L'Officiel y llegué a El HuffPost en 2016, donde empecé compaginando mi trabajo como redactora de Branded Content con temas para la sección de tendencias, que terminó convirtiéndose en LIFE, donde actualmente soy una de las redactoras. Fui finalista en los Premios Ecovidrio de 2017.

 


 

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