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Los expertos lanzan un comunicado urgente por el enemigo microscópico oculto en la mascota predilecta de los niños

Los expertos lanzan un comunicado urgente por el enemigo microscópico oculto en la mascota predilecta de los niños

El animal puede estar aparentemente sano, pero realmente estar infectado.

Un niño jugando con una tortugaCatherine Falls Commercial vía Getty Images

Las tortugas son animales tranquilos que no dan demasiados problemas y no requieren una dedicación de tiempo excesiva, por lo que se trata de una de las mascotas ideales para que los niños adquieran cualidades como la responsabilidad.

No obstante, las tortugas también esconden un enemigo microscópico oculto. La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) ha lanzado un comunicado urgente al respecto.

La agencia estadounidense ha alertado de que tras el caparazón de las tortugas puede encontrarse la bacteria de la salmonela. Y lo más peligroso de todo es que se trata de algo que es indetectable a simple vista.

En consecuencia, la tortuga puede estar aparentemente sana, pero realmente estar infectada. En ese sentido, cabe destacar que, a pesar de que el animal no muestre síntomas, la salmonela es contagiosa.

Por lo tanto, si un niño entra en contacto directo con una tortuga afectada por la bacteria de la salmonela y se lleva los dedos a la boca, la infección se propagará y afectará al menor.

Además, tal y como recoge el sitio web italiano Modena Volta Pagina, el agua en la que viven las tortugas también puede estar contaminada y cualquier superficie por la que camine la tortuga se convierte en un riesgo.

Ello significa que no se debe llevar a la tortuga a lugares en los que se preparen alimentos como la cocina o a estancias de la casa en las que se pueda estar en contacto directo con zonas por las que ha caminado la tortuga, como el baño.

Los síntomas de la salmonelosis son fiebre, vómitos, diarrea con sangre y calambres abdominales. En casos graves, la infección puede extenderse a órganos vitales y complicarse hasta el punto de poder provocar la muerte.

Para prevenir que la tortuga sea infectada tanto por la salmonela como por otras bacterias, es importante que se eviten caídas en el sistema inmunitario del animal. Para ello, el agua en la que viva tiene que mantenerse limpia y encontrarse a una temperatura estable (en torno a los 24 grados centígrados).

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