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El queso rallado ya preparado es cómodo pero ahora animan a dejarlo en los estantes del supermercado

El queso rallado ya preparado es cómodo pero ahora animan a dejarlo en los estantes del supermercado

Puede que cambies de opinión.

Queso ralladoGetty Images

El queso rallado es uno de esos productos que no pueden faltar en la nevera de ninguna casa. Su uso más cotidiano, principalmente destinado a dar sabor a la pasta -aunque se puede utilizar en multitud de platos-, es una constante en la mayoría de personas apasionadas por el queso. Y es que, aunque no sea el mejor producto en cuanto a calidad o frescura, es muy útil y tiene un gran éxito en líneas generales.

De diferentes tipos, como puede ser el parmesano o el queso mozzarella o gratinado, se trata de un producto práctico y que sirve para ahorrar tiempo a la hora de cocinar, ya que de esta forma no es necesario rallarlo en casa uno mismo.

Sin embargo, hay una cara 'b' en estos paquetes tan comprados y consumidos. Según informan los expertos, el queso pre-rallado envasado no se pega al alimento pese a estar durante un largo período de tiempo almacenado o a haberlo calentado. Y esto tiene una explicación: los agentes separadores añadidos por los fabricantes, que normalmente suelen ser almidón de patata o maíz.

Estos provocan que las virutas queden sueltas y no se peguen. ¿El problema? Pues la realidad es que hay varios. El primero de ellos es que, según los expertos, el porcentaje de almidón no puede superar el 3%, algo que en la mayoría de los casos no ocurre. 

Además, estos queso despedazados cuentan con un hándicap extra, y este es que son más vulnerables que las ruedas enteras, ya que al ser virutas más pequeñas, estas presentan una superficie suficientemente grande y están más expuestas al contagio de gérmenes o bacterias. Y pese a ello, este no es el motivo de mayor riesgo, ya que por lo general son inofensivas, sino que el gran problema es la presencia de moho en el queso.

Y es que, a diferencia del moho utilizado para conseguir queso roquefort, este sí es ofensivo, ya que está compuesto por esporas de moho aleatorias. Por todo ello, existen varios consejos que pueden reducir estos riesgos de forma considerable:

  • En primer lugar, rallarlo fresco: comprar ruedas enteras y rallar el queso en casa con un rallador.
  • Almacenarlo de forma adecuada: Guardarlo siempre en un recipiente hermético y refrigerado
  • Mirar la lista de ingredientes: Puede tener almidón, antiaglomerantes o colorantes.

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