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Los expertos advierten del hábito anclado en todos los hogares españoles que dispara la factura de la luz cada año

Los expertos advierten del hábito anclado en todos los hogares españoles que dispara la factura de la luz cada año

Un comportamiento cotidiano, aparentemente inofensivo, encarece notablemente el recibo eléctrico sin que la mayoría de los hogares sea consciente de ello.

Un hombre revisa la factura de la luzNico De Pasquale

A medida que la luz sube sin freno, también lo hacen los hábitos que nos juegan en contra. Uno de ellos, según revelan datos compartidos por Farmitoo a partir de un estudio reciente de Enedis, afecta al 70% de los hogares franceses y se replica en España: dejar los aparatos eléctricos en modo espera durante la noche. Televisores, ordenadores, cargadores y otros dispositivos continúan consumiendo electricidad incluso cuando no están en uso visible. Este consumo fantasma, que pasa desapercibido para la mayoría, supone una media de 180 euros extra al año en la factura eléctrica.

“El modo espera no apaga, solo disimula”, apuntan desde el estudio. La comodidad de no tener que esperar a que un aparato se inicie tiene un coste energético real. Según los expertos, este tipo de consumo representa hasta un 10% del total de electricidad utilizada en un hogar promedio. Un derroche silencioso, pero constante.

Martine, madre de dos hijos y residente en Lyon, lo comprobó por las malas: “No pensaba que dejar mis aparatos en espera pudiera tener un impacto así en mi factura. Solo me di cuenta cuando llegó una especialmente elevada. Desde entonces, los apago todos antes de irme a la cama”.

Un gesto tan pequeño como caro

Aunque pueda parecer que la energía en espera es despreciable, las cifras no engañan. En promedio, se estima que este modo de funcionamiento pasivo puede consumir entre 300 y 500 kWh al año, dependiendo del número de dispositivos. Y lo peor es que se trata de una pérdida fácil de evitar.

En palabras de los especialistas: “Estamos hablando de un consumo innecesario, que ni aporta confort ni funcionalidad. Solo añade euros al recibo y emisiones al planeta”. Y es que más allá del bolsillo, el impacto medioambiental también es considerable. Enedis calcula que cortar con esta práctica podría reducir las emisiones de CO2 en casi 200 kilos por hogar al año, lo que equivale a plantar unos 10 árboles.

La solución, por fortuna, está al alcance de cualquiera. “Desde que uso una regleta con interruptor, mi consumo ha bajado notablemente. Es bueno para mi bolsillo y para el planeta”, comenta Martine. Las nuevas tecnologías también arriman el hombro: enchufes inteligentes, apps de control energético y asistentes de voz permiten gestionar mejor los aparatos en casa.

Espacio Eco
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Los datos están sobre la mesa y las opciones, también. Lo que falta, como siempre, es que el cambio de hábitos se imponga antes de que llegue otra factura imposible de digerir.