¿Sigue valiendo el protector solar del año pasado? El veredicto de la OCU tras medirlo en laboratorio
Han analizado tanto su apariencia a los 14 meses como la eficacia del SPF, UVA y UVB indicados en la etiqueta.

Si vamos a exponernos al sol, la protección solar es innegociable si queremos prevenir quemaduras y problemas futuros en la piel. En muchos hogares, ahora que comienza la temporada de piscinas o de pasar el día en la playa, surge ahora una duda: ¿se puede seguir usando la crema que nos sobró del año pasado, la de ese bote a medias que no tiramos?
Para determinar si esa crema solar que se nos quedó abierta el verano anterior sigue siendo eficaz o si hay que desecharla, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un análisis de laboratorio.
Como recuerdan, son productos cosméticos, en los cuales tiene que venir indicada o una fecha de caducidad (obligatoria para los productos con una vida útil mínima inferior a 30 meses) o un PAO (period after opening, o tiempo en el que se puede usar desde que se abrió y que suele venir indicado en número de meses dentro del dibujo de un frasco abierto).
"Normalmente en los productos cosméticos lo que aparece es el PAO, que suele ser de 12 meses, más raramente de 9 o 6", precisa la OCU.
Para testar la eficacia y si ésta puede ir más allá de esos 12 meses, la organización analizó ocho productos, seis de SPF 30 y dos de 50+, sometidos a distintas situaciones de estrés. "Primero pusimos los protectores solares a 4 °C para simular las condiciones en un vuelo en avión. Luego durante casi dos semanas consecutivas a 40 °C imitando las condiciones de uso en la playa retirando parte del producto de los envases", indicaron.
Las cremas también fueron "irradiadas con rayos UVB con un simulador solar durante una semana" y, de nuevo, conservadas a 4° C para simular el regreso en avión. "Finalmente, se colocaron en un lugar fresco y se almacenaron durante más de un año a unos 20 ° C, para reproducir lo que sucedería en casa cuando se guardan al final de las vacaciones", explicaron.
14 meses después, llegó el momento de la verdad en laboratorio. En cuanto al aspecto, dos de las cremas sí mostraron cambios significativos —una estaba seca, otra con la consistencia alterada—, mientras que las otras no tenían alteraciones aparentes.
Por otro lado, seis de los ocho solares superaron "brillantemente" la prueba de eficacia protectora: seguían cumpliendo con el SPF y el UVA declarados en la etiqueta. En los otros dos casos, la eficacia frente a UVB se vio perjudicada.
"En general, si el protector solar sigue teniendo aspecto normal, si el olor no ha cambiado, si la apariencia es la misma, si la consistencia se ha mantenido igual, puedes gastar lo que te queda del año anterior", concluye la OCU.