Amenábar: "No estoy asegurando que Cervantes fuera homosexual, estoy explorando una hipótesis que aparecía en muchos libros de Historia"
Entrevista con el cineasta que presenta su nueva película, 'El cautivo', sobre los años en Argel de Miguel de Cervantes.

La obra de Miguel de Cervantes es conocida de manera universal, pero de ciertos pasajes de su vida faltan muchos detalles por conocer. Es el caso del cautiverio del escritor en Argel durante cinco años en los que intentó escaparse varias veces y, a pesar de ello, nunca fue ejecutado y consiguió ser rescatado con vida.
Sobre qué pasó durante ese lustro construye Alejandro Amenábar su nueva película, El Cautivo, en el que se ahonda sobre qué sucedió realmente con Cervantes durante esos años y la relación con su captor, Hasán Bajá. Durante años diversas teorías han especulado con que el escritor pudiera haber sobrevivido al cautiverio gracias a esa relación romántica con el Bajá, algo que el cineasta ha decidido explorar en esta película.
A pocos días de su estreno en cines este viernes, Amenábar recibe a El HuffPost recién llegado de Toronto y con muchos compromisos de promoción todavía por delante.
Cuándo decidiste abordar la figura de Cervantes en esos años en Argel, ¿sentiste algo de presión o responsabilidad?
Siempre lo que tuve en mente una vez que tuve contacto con esta historia fue contar precisamente esos cinco años, pero porque estaban llenos de peripecias y daba pie a una buena historia de aventuras. Entonces, durante un tiempo, Alejandro Hernández y yo lo estuvimos desarrollando como historia de televisión y sentí que literalmente le estábamos echando agua al vino. Dejamos reposar el proyecto y hace como dos años lo retomé en formato película y creo que es fundamental para entender, no solo la sucesión de peripecias, sino para entender al personaje, al artista y al ser humano.
Antes de estrenarse, algunas personas ya han puesto el grito en el cielo porque has decidido explorar la relación homosexual de Cervantes, ¿cómo respondes a la polémica?
Yo he testado la película con público real y la reacción del público de diferentes edades, diferentes sensibilidades, diferentes ideologías, ha sido fantástica. La gente ha entendido la película, me ha entendido a mí y ha entendido al personaje que yo planteo. Es una obra de ficción y por supuesto tiene licencias dramáticas, pero yo en cualquier caso ni siquiera estoy planteando o estoy asegurando que Cervantes fuera homosexual, estoy explorando una posible relación entre él y Hasán Bajá, su captor, que aparecía planteada como hipótesis en muchos de los libros de Historia que caían en mis manos, es decir, no me lo he sacado de la manga.
Me parecía que era importante explorarlo desde un punto de vista dramático. En ese sentido puede ser la película un buen termómetro para comprobar si la diversidad y la libertad sexual está tan asentada y normalizada en este país como pensamos.
En la película los personajes ni se etiquetan, ni todo es blanco o negro, ¿era importante para ti trabajar en esa escala de grises en un momento como este?
Creo que eso forma parte de mi visión como ciudadano y de mis propuestas como artista. En las películas siempre intento al menos comprender a los personajes y forma parte de la esencia de Don Quijote. Don Quijote y Sancho Panza son dos personajes que se enriquecen a través de la conversación a lo largo del camino y no son la misma persona cuando empieza la novela y cuando termina en la segunda parte.
Formaba parte, creo, del espíritu de Cervantes tender la mano a la conversación y eso siempre va a estar en mí, porque además establezco un vínculo con el espectador, con el público. Yo intento expresarme, intento no renunciar a cualquier tema por tabú que pueda parecer, pero siempre intento emocionar y conectar con el espectador.

Comentabas en otra entrevista que El cautivo era una película sobre la libertad y que había estado presente en toda tu carrera, ¿es una decisión consciente o te acaba saliendo solo?
En realidad, empecé a darme cuenta de que la libertad era un concepto fundamental en mi vida, yo no lo había pensado nunca, cuando fui a un psicoanalista por primera vez. Se había caído justo la financiación de mi anterior película, Mientras dure la guerra, entre otras cosas porque alguien dijo que una película... que a Franco ni tocarlo, que no podía haber una película con Franco como uno de los protagonistas, y entré en una especie de crisis y ahí el terapeuta me dijo que la libertad es clave en mi vida.
Ahí empecé a planteármelo y no es que lo persiga conscientemente cuando hago una historia como esta, pero cuando miro para atrás y veo la película que hemos hecho creo que, considerando que ya he hecho películas sobre la eutanasia hablando sobre la libertad física para morir dignamente que pedía Ramón Sampedro, Hipatia o Mientras dure la guerra que hablan de la libertad intelectual o la libertad de conciencia... Creo que en esta película está manifestada la libertad en todas sus vertientes: la física, la intelectual y la sexual.
¿Crees que es una palabra un poco manoseada para tirarnos los trastos a la cabeza?
Creo que se manosean todas las palabras. Esto ya lo viví también durante la promoción de Mientras dure la guerra alrededor de ese discurso de Unamuno y cómo sientes que se intentan hacer diferentes lecturas. Me parece por lo menos prudente señalar, sobre todo a la gente joven, que no vivimos, concretamente en España, en una dictadura. Lo sé fehacientemente porque mi madre que tiene 94 años vivió la Guerra Civil con seis años y me dice ‘si la gente supiera lo que es una dictadura, fliparían’. Me lo dice así, literalmente.
En la película Cervantes se salva contando historias y hace el cautiverio más llevadero recitándoselas al resto, ¿te han salvado a ti también?
Cuando Arturo Pérez Reverte vio la película el otro día, y le agradezco muchísimo las palabras que le dedicó, me decía ‘es que lo que muestra la película de Cervantes contando historias a sus compañeros yo lo he hecho de niño’ y yo le dije ‘yo también’. De niño lo que más me gustaba a la hora del recreo era contarles historias a mis compañeros, no historias mías propias, sino que había leído o cuando el cine arrambló en mi vida empezaba a contarles películas y de alguna manera creo que lograba mantener esa atención.
Entonces hay algo muy estimulante no solo en el hecho de que te cuenten historias, sino en conseguir hechizar a una audiencia. Eso quería que la película lo reflejara porque yo he hecho pocas películas autobiográficas, pero probablemente esta sea la película que más se acerca a mi persona. Quería hablar sobre el arte de narrar y a la vez quería conseguir despertar esa magia en los espectadores.
