Esta es la edad exacta en la que se dejaba de ser niño en la España medieval
Según un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid.

A lo largo de la historia, la humanidad ha experimentado una transformación profunda en términos de salud, longevidad y calidad de vida. En la Edad Media, según la BBC muchas personas no llegaban a la vejez debido a enfermedades, guerras, condiciones higiénicas precarias y la falta de conocimientos médicos.
Sin embargo, gracias a los avances en medicina, nutrición, tecnología y condiciones sociales, la esperanza de vida supera los 80 años en muchos países desarrollados. Concretamente en España la esperanza de vida es de 83,77 años, según el INE.
Este progreso no solo se refleja en las estadísticas, sino también en el aspecto físico de las personas. Basta con comparar fotografías de nuestros abuelos cuando tenían 30 o 40 años con imágenes actuales de personas de la misma edad: es evidente que ahora lucimos más jóvenes, saludables y activos.
Este fenómeno se debe a que la calidad de vida ha mejorado. La mejora en la alimentación, el acceso a tratamientos médicos, el ejercicio físico y el cuidado personal han contribuido a que el envejecimiento sea más lento y menos visible.
De la infancia a la adolescencia
Un equipo de investigadores del Laboratorio de Poblaciones del Pasado (LAPP) de la Universidad Autónoma de Madrid ha logrado descifrar cómo se entendía el paso de la infancia a la adolescencia en la España medieval.
Los resultados, publicados en la revista American Journal of Human Biology, muestran que la edad para dejar de ser considerado niño no estaba marcada por los años, sino por los cambios visibles en el cuerpo.
El aspecto como indicador
En la Edad Media no existían registros civiles formales y, por lo tanto, el tránsito de la niñez a la madurez se interpretaba con la vista más que con la escritura. Rasgos físicos como el cambio de voz, el ensanchamiento de las caderas o la aparición de vello eran los indicadores que determinaban si alguien seguía siendo un niño o ya era tratado como adulto.
Según el National Geographic, la investigación, basada en el análisis de 37 esqueletos hallados en el cementerio de Marialba de la Ribera (León), permite reconstruir cómo se aplicaba esta clasificación social. Los adolescentes que murieron en fases iniciales de la pubertad eran enterrados junto a los niños, mientras que quienes mostraban señales de desarrollo avanzado recibían sepultura en la sección destinada a los adultos.
Adolescencia más larga y tardía
El estudio arqueobiológico confirma que los primeros signos de pubertad aparecían entre los 10 y 12 años, similar a lo que ocurre hoy en día. Sin embargo, el proceso de maduración física era mucho más lento. La primera menstruación llegaba en torno a los 16 años, bastante más tarde que en la actualidad que es entre los 12 y 13 años.
Según el estudio, este retraso se atribuye a las duras condiciones de vida medievales: dietas pobres, frecuentes enfermedades, infecciones y el trabajo físico temprano, que ralentizaban el desarrollo corporal.
