Ester Expósito: "Parte de la sociedad todavía le pone un precio al cuerpo de la mujer como si fuera una mercancía"
La actriz protagoniza junto a Pedro Casablanc, Mirela Balić y Juan Pablo Fuentes, 'El Talento', la cinta de Polo Menárguez que se estrena este 5 de septiembre.

Desde su salto al estrellato en Élite (Netflix), Expósito ha denunciado en numerosas ocasiones la situación de la mujer, tanto en la industria como en la sociedad, y ha alzado la voz en contra del machismo. Ahora, es precisamente eso uno de los factores que la llamó para aceptar el papel de Elsa, la protagonista de El Talento, la cinta de Polo Menárguez, que coguioniza con Fernando León de Aranoa.
En la película, basada en la novela La señorita Elsa de Arthur Schnitzler (1924), Expósito da vida a una joven violonchelista de clase alta a las puertas de la prueba para un máster en la Filarmónica de Viena que conoce en una lujosa fiesta de una amiga una dura noticia económica que pone en jaque a su familia y su futuro. Ante esta situación recibirá una turbia propuesta por parte de Ignacio (Pedro Casablanc), el padre de su amiga y anfitrión de la fiesta, quien le ofrecerá una solución.
"Era un gran guion que, desde que lo leí, era de esos que no se ven todos los días o a lo mejor no se repiten nunca por la calidad y por la intensidad y profundidad de los temas que trata", recuerda Expósito, quien admite que la cosificación de la mujer "fuera uno de los temas centrales de la historia y del personaje" la hacía conectar con el personaje. "Como mujer había puntos ahí que tocaba con los que empatizaba mucho y que me movían", señala a El HuffPost.
"Me gusta mucho en la historia y en Elsa se pone sobre la mesa la cuestión de que hay personas y una parte de la sociedad que todavía le pone un precio y una etiqueta al cuerpo de la mujer como si fuera una mercancía y algo que puedes comprar", añade la actriz, que destaca que poder hablarlo más allá de en entrevistas a través de un personaje, fue determinante para decidirse.
Menárguez conoció la novela del austriaco con 18 años y precisamente fue la disyuntiva moral que plantea lo que le atrajo. "Me atrapó el dilema de cómo una joven se da cuenta de las estructuras de poder en el cruel mundo de los adultos", explica y recuerda que, pese a los 20 años que han transcurrido, cada vez tiene más vigencia.
"En vez de alejarse, me parece que ha tenido mucha relevancia. La clave del dilema, en contraste con el mundo de OnlyFans o del debate que hay sobre la prostitución, es que en este caso Schnitzler lo llevó a su mínimo exponente, es como un pequeñito dilema, por así decirlo", recalca el cineasta y apunta que la petición de Ignacio a Elsa puede parecer "algo pequeño" en la cinta, pero "sigue siendo un terrible abuso". "Ahí es donde yo creo que es algo que nunca va a caducar, porque va a su esencia", detalla.

La sexualización de la mujer, una realidad detrás y delante de las pantallas
Esta sexualización, especialmente de los personajes femeninos, se ha visto a debate en los últimos años tras el estallido del Me Too y el incremento de mujeres en roles de guion, producción y dirección. Para el elenco de la cinta, esto está cambiando, aunque admiten que queda mucho por hacer.
"Lo bueno es que ahora se habla de ello y se señala, aunque se debería hablar más. Entonces creo que a lo mejor hay más miedo ahora para hacerlo, aunque sea lamentable que ese sea el motivo por el que se haga menos. Me gustaría pensar que, por lo menos, funciona en que no solo los abusadores tengan más cuidado para hacerlo y que directamente no lo hagan, aunque sea por miedo", destaca Expósito.
Asimismo, la actriz de Élite admite que le gustaría pensar que "las mujeres o las posibles víctimas de abusos de poder se sientan ahora con más fuerza o más apoyo de la sociedad" al dejar de ser una cuestión que se silencie.
Para Pedro Casablanc, que encarna al gran empresario rico y amigo de los padres de Elsa que hace la proposición a la protagonista, esos comentarios sobre las denuncias en la industria del cine y el cambio de paradigma hace que esta cuestión revolotee en los rodajes.
"Es un tema que está muy vigente y que en la industria se comenta y se habla de ello. Yo creo que es bueno, siempre que se hable y siempre que se destapen ciertos comportamientos ocultos o no tan ocultos como ha podido haber", señala y apunta que podría hacerse incluso en tono de broma, como se plasma en esos círculos rancios y elitistas de la propia cinta donde se bromea con que le "van a hacer un MeToo".
"Creo que es bueno que se hable incluso, como lo habla Mirela en la película, con humor también. ¿Por qué no? Normalizar que eso no puede ser, el abuso no puede ser, igual que el machismo, el patriarcado... Y eso cuesta mucho", indica el actor.
Para Casablanc, en el cine se ha abierto un escaparate público que no lo es tanto en otras profesiones: "Me consta que en otras profesiones, incluso dentro de familias, y yo he hecho la serie Querer, que habla de eso, todavía no se ha destapado eso como debería".
"Por eso hay que hacer películas y libros y arte que nos incomoden y que nos hagan cuestionar y replantearnos todo", recuerda el actor Juan Pablo Fuentes, que da vida a Jaime, un pijo de origen mexicano y pareja de Idoia (Mirela Balić), la cumpleañera amiga de Elsa e hija de Ignacio.
Balić apunta a que esto se da "en todos los gremios", pero el cine es uno de ellos. "Anda que yo no he escuchado comentarios de muchos tipos que digo ‘¿siguen existiendo personas que piensan así? Sí", bromea. Sin embargo, cree que la situación está cambiando, pero no a base de poner una etiqueta como "cine de mujeres".
"Me repatea tanto como cine para mujeres, cine para hombres... Vale, genial, ¿dónde está el de para seres humanos?", se queja. "Pero 100%, yo creo que sigue habiendo y en nuestra profesión también, hay desajuste y un porcentaje de mujeres, hombres que trabajan o no. Gracias a Dios hay más directoras, hay más productoras, está habiendo como más presencia, reconocimiento, igualdad...", añade.
La intérprete, que también saltó a la fama por Élite igual que Expósito, apunta a que esos comportamientos y comentarios "denotan mucho esa carencia de estos chiquillos que viven en este mundo envuelto en un regalo donde nada pasa y dentro está todo podrido, muy roto y con unas carencias emocionales muy grandes".
El reflejo del machismo en la cinta no es lo único podrido para Balić, quien recuerda que "está bien para demostrar qué tipo de personajes son, cómo se mueven en la sociedad, cómo es esa relación de amistad en el grupo, también hay una cuestión muy tóxica, mucho bullying, hay unos comentarios racistas muy duros que parecen como una normalidad entre la manera que tienen ellos de relacionarse".

Superficialidad y el máximo exponente de lo pijo como escenario
El escenario en el que transcurre la película también juega un papel fundamental: al más puro estilo Saltburn, tal y como detalla la propia Balić, la tensión se va acumulando durante toda la noche sobre los hombros de Expósito para acabar explotando al final de la cinta manteniendo al espectador en vilo con las distintas bifurcaciones del guion de Menárguez y Aranoa.
Una de esas tramas paralelas es precisamente la infidelidad de Elsa con Jaime, pareja de su amiga Idoia y que, de nuevo, pone a la mujer como responsable en lugar de como víctima de una manipulación.
"Es una manera de poner todavía más presión, porque además creo que ella en esa escena que es muy delicada y que trabajamos mucho, no quiere. Y ella no es que esté siendo infiel a su amiga, sino que para ella es un conflicto, es un problema y un dilema", explica Menárguez, quien recuerda que "ella lo pasa mal y para él es un juego. Un juego más dentro de los juegos de niño pijo que juega en su vida".
Para Balić, la confrontación de su personaje con el de Expósito "rompe de nuevo esa sororidad porque el infiel es él, pero otra vez nos vamos a pelear entre mujeres, cuando en realidad las dos mujeres son víctimas, tanto él juega con ella y con su confianza como con la mía". "Y otra vez está la toxicidad de que entre mujeres nos vamos a pelear y no vamos a rendir cuentas con quien realmente se ha pasado las reglas", denuncia.
En ese palacete pijo, las dinámicas de poder y las apariencias juegan un rol fundamental que se ve plasmado en varias escenas de la cinta, como la ingente montaña de regalos de lujo (con bolsas de Louis Vuitton, Victoria's Secret, Chanel e incluso unas llaves de un exclusivo Mini descapotable).
Para Menárguez, que se inspiró para esta escena en algo que vio en TikTok, asegura que "en lo material vamos a peor de una manera alucinante". "En muchas cosas, por supuesto, por no hablar de la guerra en Gaza, pero en lo material... Tenemos un mundo con unos recursos finitos, sabemos que esos recursos se van a acabar y en vez de consumir menos, cada vez consumimos más. El sistema depende de ello, obviamente es un sistema basado en el consumo exponencial", denuncia.
"Las redes sociales lo que nos están diciendo todo el rato es que si estás en tu casa sin hacer nada, eres un perdedor porque ‘mira lo que está haciendo ese, mira lo que está haciendo ese", señala el director, aunque admite que él también forma parte de esa rueda. "Todos caemos, yo el primero que sigue el juego y estoy deseando estar de vacaciones para subir un Story y decir ‘ahora me toca a mí’. "Es un juego que yo creo que es perverso y que nos va a llevar a la autodestrucción como especie", añade.
Balić y Fuentes bromean con que en la industria del cine, hay un cierto ambiente elitista y les ha permitido "inspirarse" para determinados personajes. "He tenido el privilegio, justo para mi lado creativo y de actor, de poder convivir y observar a gente como estos personajes cerca que me han abierto una perspectiva y me han hecho cuestionarme y tratar de entender toda esta parte carente de valores, de profundidad, de convivir con esa gente", señala el mexicano, quien coincidió con Expósito en la serie de Netflix Bandidos.

Para Menárguez, la industria del cine tiene esa parte de elitista, pero confiesa que es diferente: "Es una industria con muchas máscaras, donde yo creo que hay presión, hay también mucho ego, que es difícil de manejar. Creo que es diferente a lo que ocurre en la película, porque siento que en la película el ambiente tiene que ver con gente que da por hecho que lo tiene todo, que ni se lo plantea".
"Al que le regalan por su cumpleaños un montón de regalos que pueden sumar 200.000 euros, es alguien que no sabe ni lo que es el dinero. Quiero algo, lo tengo", añade el director, quien recuerda que "en ese ambiente, en las dinámicas de poder, son diferentes". "Yo creo que en nuestra industria, donde hay más desesperación, más gente intentando aparentar, hay más lucha de egos, hay frustración cuando a uno no le hacen caso... Esa es la diferencia", compara.
Amigas en la ficción, Expósito y Balić coincidieron en el instituto y ahora se ha producido un reencuentro en la gran pantalla. "Vernos tan pequeñas y diez años más tarde encontrarnos en una sala de casting sabiendo que íbamos a trabajar juntas. Ha habido algo tierno y emocional. Como de ‘mira dónde estás, dónde estoy y dónde estamos’. Ha sido muy bello", recuerda Balić, quien destaca el trabajo de su compañera como "muy profesional y muy entregada".
De hecho, lejos de encapsular su talento, la formación de violonchelista de Balić le sirvió para darle algunos consejos a la protagonista. Aunque admite que no se ha metido en labores propias del director o de la violonchelista encargada de enseñar a Expósito, sí que apuntó algunos detalles.
"Fue muy bonito en ciertos momentos esa confianza de Ester y de Polo de poder dejarme a mí entrar a veces igual en set y decir como ‘¿me dejáis decir una cosa? Ese arco ahí creo que queda más natural’, ‘alguien que guarda un chelo no lo guarda en la caja de esta manera, lo guardaría más así’ o por dónde se pasa el paño para quitar el exceso de resina, como detallitos igual más de cómo te desenvuelves cuando tienes un instrumento alrededor que más bien tocar", recuerda Balić, que ha destacado el trabajo de Ester también a nivel interpretativo.
"Lo he visto con ojos de orgullo y como muy feliz de tener un chelo presente. Ha sido como una vida pasada en el presente, muy bonita de ver", añade.
