Envejecer en casa: ¿cómo adaptar una casa para personas mayores?
Los hogares generalmente están diseñados para personas jóvenes y ágiles, por lo que pueden convertirse en un peligroso laberinto lleno de obstáculos cuando pasan los años.
La idea de envejecer, para muchos, va asociada a la comodidad y la seguridad de permanecer en su propio hogar. Después de pasar años construyendo recuerdos y adaptando la vivienda a sus gustos, la última cosa que desea una persona mayor es verse forzada a mudarse debido a las barreras físicas que le dificultan la accesibilidad. Sin embargo, las casas, generalmente están diseñadas para personas jóvenes y ágiles, por lo que pueden convertirse en un peligroso laberinto lleno de obstáculos cuando nuestra movilidad se reduce.
La buena noticia es que el diseño de interiores ha evolucionado enormemente. Y, hoy en día, es totalmente posible y, a menudo, asequible, realizar adaptaciones puntuales que transforman una casa común en un hogar seguro, cómodo e independiente para las personas mayores. No se trata de hacer reformas complejas, sino de aplicar el sentido común y la tecnología de accesibilidad para eliminar los posibles riesgos.
A continuación, te mostraremos algunas mejoras de accesibilidad que permiten a nuestros padres y abuelos continuar viviendo en su entorno familiar, contribuyendo directamente a su bienestar físico y emocional.
Zonas de paso y suelos: di adiós a los riesgos ocultos
El primer paso para tener una casa segura es garantizar un tránsito fluido y sin riesgos de tropiezos. Ten en cuenta que las caídas en el hogar son la principal causa de lesiones graves en personas mayores, y muchas se deben a obstáculos inesperados o a suelos inadecuados.
Eliminar las barreras y los obstáculos
Fuera alfombras: que sepas que las alfombras sueltas y los felpudos son trampas mortales. La recomendación es eliminarlas por completo o, si son esenciales, asegurar sus bordes con cinta de doble cara para evitar que se levanten.
Adiós a los cables sueltos: todos los cables de los electrodomésticos, las lámparas o los cargadores deben ser fijados a la pared o cubiertos con canaletas de seguridad, ya que un pasillo despejado es un pasillo seguro.
Suelos antideslizantes: en las áreas de mucho tránsito, como la entrada o la cocina, se debe considerar la instalación o aplicación de tratamientos antideslizantes, especialmente si se usan sillas de ruedas o andadores.
Iluminación estratégica
Además, la pérdida de visión periférica y la necesidad de un mayor tiempo para que los ojos se adapten a los cambios de luz hacen que la iluminación se convierta en un elemento crucial. Para ello:
Interruptores de fácil acceso: instala interruptores grandes, de pulsación suave o, mejor aún, con sensores de movimiento en pasillos y dormitorios, así la luz se encenderá automáticamente.
Buena luz ambiental: procura contar con una luz potente y uniforme en todas las habitaciones, para evitar las sombras duras. Las luces LED blancas, que mejoran el contraste, son una excelente opción.
Luces nocturnas de bajo nivel: colocar luces de guía en el suelo de los pasillos o cerca de la cama y el baño, para evitar que la persona tenga que levantarse a oscuras, también es una excelente idea.
Lo importante es que las zonas de paso sean amplias y estén libres de obstáculos, con una iluminación brillante y conmutada que minimice el riesgo de caídas accidentales.
El baño: el punto más crítico del hogar
El baño es, estadísticamente, la estancia con mayor riesgo de accidentes graves. La combinación de humedad, superficies duras y la necesidad de levantarse y sentarse lo hacen potencialmente peligroso.
Sin embargo, se pueden hacer ciertas adaptaciones que ayuden a minimizar estas amenazas:
En la ducha y en la bañera
Ducha a nivel cero: la adaptación más efectiva es sustituir la bañera por un plato de ducha a ras de suelo (preferiblemente un plato de ducha antideslizante), eliminando así el escalón de entrada.
Asiento fijo o plegable: incorporar un asiento en la ducha permite a la persona ducharse sentada, reduciendo la fatiga y el riesgo de resbalones.
Grifería termostática: también puedes instalar grifos termostáticos para evitar quemaduras por cambios bruscos de temperatura.
Asideros y barras de apoyo
Barras de sujeción: estas son fundamentales. Deben colocarse junto al inodoro, para facilitar el levantarse y sentarse, y dentro de la ducha. Ahora bien, es importante instalarlas horizontalmente o ligeramente inclinadas para un agarre más natural. Y no deben ser solo estéticas. Su objetivo es que puedan soportar peso.
Alza el inodoro: un inodoro más alto reduce el esfuerzo que se debe hacer para levantarse, lo que es crucial sobre todo para personas con problemas de cadera o rodilla.
El baño debe ser un espacio libre de resbalones, con duchas a nivel cero, grifería segura y barras de apoyo firmes tanto en el inodoro como en la ducha.
Soluciones de movilidad vertical para vencer los desniveles
Cuando una casa tiene varios pisos, la escalera se convierte en la barrera más grande que deben enfrentar los mayores, porque, a medida que la fuerza en las piernas disminuye, subir y bajar los peldaños se vuelve peligroso o, directamente, imposible. Aquí es donde intervienen las soluciones de movilidad vertical.
Para preservar la independencia y el acceso a todas las áreas del hogar, una opción es instalar un salvaescaleras. Se trata de una silla motorizada que se desliza suavemente a lo largo de un riel fijado a los escalones o a la pared. Aunque no lo creas, es una solución mucho más sencilla de instalar que un ascensor, porque no requiere grandes obras.
Esta permite a las personas mayores o con problemas de movilidad subir y bajar de forma segura, cómoda y sin esfuerzo, lo que se traduce en:
Total independencia: la persona puede moverse entre las diferentes plantas sin depender de la ayuda de terceros.
Seguridad garantizada: el dispositivo está provisto de cinturones de seguridad, sensores de obstáculos y un funcionamiento intuitivo.
Uso del 100% del hogar: asegura que toda la casa siga siendo accesible, evitando la reclusión en un solo piso.
Actualmente, en el mercado existen muchos modelos disponibles, incluso para escaleras rectas y curvas, adaptables a prácticamente cualquier diseño. Si lo piensas detenidamente, el salvaescaleras es la solución más práctica y eficiente para garantizar la movilidad vertical y la independencia en casas de dos o más plantas de nuestros mayores.
La cocina y el dormitorio: funcionalidad y comodidad
Aunque el baño y las escaleras son los puntos críticos, la adaptación de las áreas de descanso y de preparación de alimentos también son vitales para la vida diaria.
Adaptaciones en la cocina
La cocina debe ser, por sobre todas las cosas, funcional y fácil de usar, incluso con poca fuerza en las manos o en silla de ruedas. Por lo tanto, debes procurar tener:
Almacenamiento accesible: colocar los artículos de uso diario a una altura que no requiera estirarse o agacharse en exceso (entre la cintura y los ojos). Usar armarios con mecanismos de extracción o bandejas deslizantes.
Electrodomésticos seguros: optar por encimeras de inducción, que reducen el riesgo de quemaduras, y utilizar grifos monomando.
Áreas de trabajo: si es posible, crear una zona de preparación de alimentos a la altura de una mesa, o un área sin armarios bajos para permitir el acceso con silla de ruedas.
El dormitorio y el descanso
Puesto que el dormitorio es un refugio, se debe priorizar la facilidad de uso y la seguridad con:
Cama regulable: considerar la instalación de camas articuladas o de altura regulable que faciliten el levantarse y acostarse.
Teléfonos inalámbricos y dispositivos de emergencia: dejar un teléfono inalámbrico o un sistema de alarma personal cerca de la cama y en el baño.
Mesillas despejadas: mesas de noche amplias y estables, con lámparas de fácil encendido.
Tanto en el dormitorio como en la cocina hay que priorizar la altura y el alcance, a fin de reducir el esfuerzo físico y facilitar el acceso a herramientas y alimentos.
En conclusión, envejecer en casa es un deseo legítimo y alcanzable. Es por ello por lo que la adaptación no debe verse como un gasto, sino como una inversión en la calidad de vida y la autonomía de nuestros mayores. No olvides que cada mejora contribuye a crear un entorno más seguro.
El mercado ofrece hoy soluciones innovadoras que se integran muy fácilmente y de forma bastante estética en el hogar. La recomendación es siempre consultar con especialistas en accesibilidad que puedan evaluar tu hogar y ofrecer un plan personalizado, garantizando que las adaptaciones cumplan con todas las normativas de seguridad.
Comenzar hoy el proceso de adaptación asegura que tu hogar siga siendo, mañana, el refugio seguro y confortable que siempre ha sido, permitiendo a los mayores disfrutar de la vida sin los límites impuestos por las barreras arquitectónicas.