Una diseñadora de interiores apunta el mueble que no deberías tener en tu pasillo: "Ocupa espacio y casi nunca se utiliza"
Las proporciones son clave.

El recibidor es la carta de presentación de cualquier hogar. Es lo primero que vemos al entrar y también la primera impresión que se llevan los visitantes. Por eso, su diseño y organización influyen directamente en la sensación de orden, calidez y comodidad.
Sin embargo, según la diseñadora de interiores Pia Capdevila, hay un error muy común que conviene evitar: llenar la entrada de muebles innecesarios. En declaraciones al medio especializado El Mueble, la decoradora lo tiene claro: “El mueble más innecesario del recibidor es ese gran armario cerrado que ocupa espacio y casi nunca se utiliza”.
Uno de los problemas más habituales, explica Capdevila, es la acumulación de grandes piezas que no cumplen una función real. Los armarios voluminosos o zapateros de gran tamaño, lejos de aportar comodidad, suelen obstruir el paso y reducir visualmente el espacio.
Las proporciones son clave
“El error más común es poner muebles demasiado profundos que bloquean el paso”, señala la experta. Además, advierte que los colgadores llenos de prendas o bolsos también transmiten sensación de desorden, algo especialmente contraproducente en viviendas pequeñas.
En este sentido, Capdevila subraya que las proporciones de los muebles y espacios son clave. En espacios reducidos, cada elección debe ser meditada para evitar esa sensación de estrechez y caos.
Menos es más
La diseñadora apuesta por un recibidor ligero, práctico y con elementos que realmente aporten valor. Como sustituto de esos armarios que casi nunca se utilizan, recomienda piezas más discretas:
- Una consola estrecha o un estante de pared: ideales para dejar las llaves, el correo o pequeños objetos cotidianos sin saturar el ambiente.
- Un espejo: multiplica la luz y amplía visualmente el espacio, además de resultar muy práctico al salir de casa.
- Iluminación cálida: ayuda a crear un ambiente acogedor y agradable desde el primer momento.
- Un detalle decorativo personal: puede ser una planta, una vela o un cuadro pequeño que dé la bienvenida y aporte carácter.
Una entrada que da la bienvenida
La clave está en comprender que el recibidor no debe ser un almacén improvisado, sino un espacio que dé la bienvenida y marque el tono del resto de la casa. Y para ello, según el consejo de Pia Capdevila, hay que evitar muebles voluminosos y apostar por soluciones ligeras, funcionales y con un toque personal.
