Expertos advierten del "defecto invisible" de la opción de calefacción más moderna del hogar
Cada vez es más común en los hogares españoles.

Aunque no era un forma de calefacción habitual en nuestro país, el suelo radiante cada vez es más frecuente en los hogares españoles. Su coste es más caro que los tradicionales radiadores, pero a largo plazo su consumo es menor y puede resultar rentable.
El montaje y la instalación, así como los materiales o tener una caldera en exclusiva dedicada a esto, también encarecen el precio, pero hay un defecto que pasa más desapercibido para quienes optan por esta forma de calefacción.
Tal y como recogen en el medio polaco KB, "una de las desventajas importantes de la calefacción por suelo radiante es su lenta respuesta a los cambios de temperatura". Según explican, a diferencia de los radiadores tradicionales, el suelo radiante tarda más en alcanzar una temperatura agradable.
"Esto se debe a que primero se debe calentar todo el suelo para que se pueda sentir el calor. Como resultado, el sistema puede no seguir el ritmo de caídas repentinas de temperatura, lo que se vuelve complicado especialmente durante los períodos de transición: primavera y otoño", explican.
Asimismo, recuerdan que las personas que salen a menudo de casa y quieren calentar la casa solo en momentos determinados no opten por este método, ya que es menos flexible y más lenta, más óptima para un calentamiento paulatino y constante.
También recuerdan que hay que tener en cuenta el diseño habitacional si se va a tener suelo radiante, ya que los muebles grandes como armarios o sofás pueden influir en los flujos de aire caliente, como también pueden ser contraproducentes las grandes alfombras gruesas.
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