Cuando se cocina con ajo, casi todo el mundo sigue los mismos pasos: se separan del bulbo los dientes que sean necesarios para la receta, se pelan y luego o bien se utilizan enteros, o se cortan en láminas o en cuadraditos pequeños, según el resultado que se busque. 

Las cáscaras habitualmente van a la basura, pero quizá no deban hacerlo. Desde Buttalapasta, en Italia, dan algunas claves para aprovecharlas. 

"No todo el mundo lo sabe, pero las cáscaras tienen el poder de transformarse en un excelente alimento para el suelo de las plantas", revelan. 

Como indican, lo que hay que hacer es ir reservándolas en un frasco de cristal con tapa hermética y cuando se tengan suficientes, desmenuzarlas con los dedos y esparcirlas sobre la tierra. 

"El ajo también es excelente como un pesticida natural superefectivo para el jardín", agregan.

"Basta con coger cuatro dientes de ajo, una guindilla y una cebolla: tritúralos o licúalos hasta hacer un puré que deberás diluir en un litro de agua tibia. Después de aproximadamente 2 horas, filtra la mezcla y ponla en un vaporizador", aconsejan.