Un protector solar para cada persona: en qué se fijan los españoles a la hora de comprarlo y en qué deberían
Según un estudio elaborado por Stanpa y Kantar, para la mayoría de la población lo más importante es que tenga un SPF elevado.

Las cremas de protección solar son las protagonistas de un buen número de estanterías en supermercados y farmacias en estos meses de verano. La oferta es cada vez mayor y los fabricantes insisten en que hay que un fotoprotector para cada persona: desde aquellos que buscan un formato ultraligero hasta los que necesitan una crema que aguante largas jornadas de deporte al aire libre.
Según el reciente estudio Usos y hábitos del consumo de productos de protección solar elaborado por la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) y Kantar, los españoles están cada vez más concienciados y entre 2020 y 2024 el consumo de protectores solares aumentó un 55%. De hecho, España está a la cabeza respecto al resto de países europeos a nivel de concienciación sobre los daños de la exposición solar y la importancia de la fotoprotección.
El estudio también demuestra que la mayoría de la población, un 94%, prefiere comprar productos de protección alta o muy alta, es decir, aquellos con un SPF 30, 50 o 50+.
Stanpa y Kantar también han preguntado a las personas encuestadas qué tienen en cuenta a la hora de comprar una crema solar y en el precio no aparece entre los factores que más influyen a la hora de adquirir uno u otro.
Lo más importante para la población es el factor de protección, es decir, que tenga un nivel de SPF suficiente para proteger del sol. Hasta un 90% de encuestados citaron este factor como el fundamental, seguido de que el fotoprotector actúe ante distintos tipos de radiación solar (83%).
En tercer lugar, los españoles valoraron la adquisición del producto en una farmacia (73%) y en cuarto lugar “el reconocimiento de la marca por parte de un experto como un dermatólogo o farmacéutico. (69 %)”. Además, también citaron como cuestiones para decantarse por una u otra opción que fueran productos que no tuvieran una textura grasa y que no dejaran manchas blancas después de su aplicación.
La personalización de la fotoprotección
Durante la presentación del estudio, además de alabar la mejora en los datos de consumo de protectores solares, también se invitó a personalizar la fotoprotección y optar por el producto más adecuada para cada persona. Actualmente, el abanico de cremas, sérums, brumas o sticks es muy amplio, las texturas se adaptan a cada tipo de piel e incluso algunos fotoprotectores incorporan otros activos útiles para mantener la piel sana.
“Hay que tener muy en cuenta el fototipo. Es decir, el riesgo que tu piel tiene de quemarse y su capacidad de broncearse”, explica la doctora Yolanda Gilaberte, presidenta de la AEDV. La dermatóloga explica que los fototipos 1 y 2, que suelen quemarse y no broncearse, tendrían que utilizar un fotoprotector con SPF 50+ porque lo importante es que no se quemen ya que tienen más riesgo de cáncer de piel y deben fijarse en protegerse en la protección UVB.
“Los fototipos más altos tienen menos posibilidad de quemarse y de tener cáncer de piel, así que con un SPF 30 tendrían suficiente. Pero estos fototipos tienen mucha capacidad para hiperpigmentarse y tener manchas, entonces tenemos que ir a recomendar una fotoprotección más específica contra el UVA”, explica la doctora.
En el caso del fototipo 3, en el que entraría la mayoría de la población española, hablamos de aquel que puede broncearse si está un tiempo al sol, pero también quemarse si se excede con la exposición solar sin la protección adecuada. Las personas que forman parte de este fototipo son las que más tienen que personalizar su fotoprotección.
“Aquí ya vamos a variar un poco. Si la sensibilidad es mayor a quemarse hay que ir a un SPF 50 y luego en el UVA hay que jugar un poquito”, explica la dermatóloga, que anima a consultar con un profesional. “Hay que personalizar la fotoprotección”, insiste Gilaberte.
Tomás Muret, Vocal Nacional de Dermofarmacia del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), explica que una de las grandes dudas de los consumidores es si se puede utilizar el mismo fotoprotector para toda la familia. “Hay que entender que los fotoprotectores infantiles se fabrican con unos filtros determinados porque la piel, sobre todo de los bebés y de los niños hasta los seis años, se desarrolla de manera diferente”, advierte el farmacéutico, que recuerda que no es tontería utilizar una crema diferente para niños y adultos.
“El peor fotoprotector es el que no se usa y muchas veces no lo usamos porque cogemos uno cualquiera”, recuerda el farmacéutico, que anima a que cada persona encuentre la textura y la protección necesaria para su rutina.
Muret explica que para recomendar un fotoprotector se fijan en la edad, en la tipología de piel y en el fototipo, pero también en el tipo de actividad que se va a hacer. "No es lo mismo una persona que va a salir a correr y lo que va a querer es que el fotoprotector que le entre en el ojo no le pique, que un niño que va a ir a la playa y lo que quiero es que resista al agua o al roce. Esto cambia muchísimo la recomendación", destaca.
Además, el farmacéutico señala que hay que tener en cuenta los gustos de la persona para que no se termine dejando de usar el producto. "Hay personas que prefieren un tipo bruma, otro prefiere una crema que sea más nutritiva, hay gente que lo quiere más líquido, más tipo emulsión...", asegura.
Muret también recuerda que hay "3.000 medicamentos fotosensibilizantes" en el mercado y que son un factor importante a tener en cuenta para comprar un fotoprotector, al igual que si se padece alguna patología que pueda verse agravada por la exposición solar.
El farmacéutico ha valorado la cantidad de opciones disponibles actualmente por cómo ha avanzado la industria, destacando que es fundamental "para la adherencia, para que la gente lo sigue utilizando y se lo reaplique".