La gran sorpresa de un científico al hacer 'match' en Tinder en el lugar más insospechado del mundo
Fue el primer 'match' registrado en el continente.
La gran sorpresa de un científico al hacer 'match' en Tinder en el lugar más insospechado del mundo
Fue el primer 'match' registrado en el continente.
La gran sorpresa de un científico al hacer 'match' en Tinder en el lugar más insospechado del mundo
Fue el primer 'match' registrado en el continente.
La gran sorpresa de un científico al hacer 'match' en Tinder en el lugar más insospechado del mundo
Fue el primer 'match' registrado en el continente.
La gran sorpresa de un científico al hacer 'match' en Tinder en el lugar más insospechado del mundo
Fue el primer 'match' registrado en el continente.

El amor no entiende de fronteras, tampoco de climas extremos ni de coordenadas remotas. Durante mucho tiempo, se han idealizado ciertos lugares como escenarios perfectos para el romance como París con su Torre Eiffel iluminada, Venecia con sus góndolas sobre el agua, o Santorini con sus atardeceres de ensueño. Sin embargo, el amor puede surgir en cualquier rincón del planeta, incluso en los lugares más inesperados.
Las formas de encontrar pareja han evolucionado con el tiempo. Antes, los encuentros sucedían en la calle, en eventos sociales, cafeterías o parques. Hoy, aplicaciones como Tinder han cambiado las reglas del juego, permitiendo que dos personas se conozcan con solo deslizar un dedo sobre la pantalla sin necesidad de moverse de casa. Gracias a estas apps se puede llegar a conectar con gente en cualquier parte del mundo, como es el caso de un científico estadounidense que hizo 'match' en el lugar más insospechado del mundo.
En un giro inesperado de la tecnología y el romance, este científico destinado en la remota base de McMurdo, en la Antártida, protagonizó uno de los encuentros más sorprendentes registrados en la historia de Tinder. En diciembre de 2021, en una noche de soledad y curiosidad, el investigador decidió abrir la aplicación de citas para explorar sus posibilidades de conexión en uno de los lugares más inhóspitos del planeta. Para su sorpresa, encontró a una mujer acampando a sólo 45 minutos en helicóptero de su ubicación.
Ciencia y amor
El científico, cuya identidad prefirió mantener en el anonimato por temor a sanciones relacionadas con el uso del limitado Internet de la base, relató a la revista The Cut que inicialmente no aparecía ningún perfil en la aplicación. Sin embargo, al ampliar el radio de búsqueda, una coincidencia inesperada iluminó su pantalla apareciendo el perfil de una investigadora que se encontraba en los Valles Secos de la Antártida. “Es alucinante”, declaró el científico.
A pesar de la ilusión inicial, el encuentro no prosperó más allá de una breve interacción, ya que la mujer debía abandonar la región al día siguiente. No obstante, el científico no pierde la esperanza de un posible reencuentro. "Ella va a volver, y puede que coincidamos. Todavía hay esperanza", concluyó.
Tinder, la popular aplicación de citas, no mantiene estadísticas oficiales sobre sus usuarios en la Antártida, pero coincidió en que probablemente este fue el primer 'match' registrado en el continente. En un lugar donde el romance parece una utopía, la tecnología demostró que el amor se puede encontrar hasta en los rincones más fríos y alejados del mundo.
El amor no entiende de fronteras, tampoco de climas extremos ni de coordenadas remotas. Durante mucho tiempo, se han idealizado ciertos lugares como escenarios perfectos para el romance como París con su Torre Eiffel iluminada, Venecia con sus góndolas sobre el agua, o Santorini con sus atardeceres de ensueño. Sin embargo, el amor puede surgir en cualquier rincón del planeta, incluso en los lugares más inesperados.
Las formas de encontrar pareja han evolucionado con el tiempo. Antes, los encuentros sucedían en la calle, en eventos sociales, cafeterías o parques. Hoy, aplicaciones como Tinder han cambiado las reglas del juego, permitiendo que dos personas se conozcan con solo deslizar un dedo sobre la pantalla sin necesidad de moverse de casa. Gracias a estas apps se puede llegar a conectar con gente en cualquier parte del mundo, como es el caso de un científico estadounidense que hizo 'match' en el lugar más insospechado del mundo.
En un giro inesperado de la tecnología y el romance, este científico destinado en la remota base de McMurdo, en la Antártida, protagonizó uno de los encuentros más sorprendentes registrados en la historia de Tinder. En diciembre de 2021, en una noche de soledad y curiosidad, el investigador decidió abrir la aplicación de citas para explorar sus posibilidades de conexión en uno de los lugares más inhóspitos del planeta. Para su sorpresa, encontró a una mujer acampando a sólo 45 minutos en helicóptero de su ubicación.
Ciencia y amor
El científico, cuya identidad prefirió mantener en el anonimato por temor a sanciones relacionadas con el uso del limitado Internet de la base, relató a la revista The Cut que inicialmente no aparecía ningún perfil en la aplicación. Sin embargo, al ampliar el radio de búsqueda, una coincidencia inesperada iluminó su pantalla apareciendo el perfil de una investigadora que se encontraba en los Valles Secos de la Antártida. “Es alucinante”, declaró el científico.
A pesar de la ilusión inicial, el encuentro no prosperó más allá de una breve interacción, ya que la mujer debía abandonar la región al día siguiente. No obstante, el científico no pierde la esperanza de un posible reencuentro. "Ella va a volver, y puede que coincidamos. Todavía hay esperanza", concluyó.
Tinder, la popular aplicación de citas, no mantiene estadísticas oficiales sobre sus usuarios en la Antártida, pero coincidió en que probablemente este fue el primer 'match' registrado en el continente. En un lugar donde el romance parece una utopía, la tecnología demostró que el amor se puede encontrar hasta en los rincones más fríos y alejados del mundo.
El amor no entiende de fronteras, tampoco de climas extremos ni de coordenadas remotas. Durante mucho tiempo, se han idealizado ciertos lugares como escenarios perfectos para el romance como París con su Torre Eiffel iluminada, Venecia con sus góndolas sobre el agua, o Santorini con sus atardeceres de ensueño. Sin embargo, el amor puede surgir en cualquier rincón del planeta, incluso en los lugares más inesperados.
Las formas de encontrar pareja han evolucionado con el tiempo. Antes, los encuentros sucedían en la calle, en eventos sociales, cafeterías o parques. Hoy, aplicaciones como Tinder han cambiado las reglas del juego, permitiendo que dos personas se conozcan con solo deslizar un dedo sobre la pantalla sin necesidad de moverse de casa. Gracias a estas apps se puede llegar a conectar con gente en cualquier parte del mundo, como es el caso de un científico estadounidense que hizo 'match' en el lugar más insospechado del mundo.
En un giro inesperado de la tecnología y el romance, este científico destinado en la remota base de McMurdo, en la Antártida, protagonizó uno de los encuentros más sorprendentes registrados en la historia de Tinder. En diciembre de 2021, en una noche de soledad y curiosidad, el investigador decidió abrir la aplicación de citas para explorar sus posibilidades de conexión en uno de los lugares más inhóspitos del planeta. Para su sorpresa, encontró a una mujer acampando a sólo 45 minutos en helicóptero de su ubicación.
Ciencia y amor
El científico, cuya identidad prefirió mantener en el anonimato por temor a sanciones relacionadas con el uso del limitado Internet de la base, relató a la revista The Cut que inicialmente no aparecía ningún perfil en la aplicación. Sin embargo, al ampliar el radio de búsqueda, una coincidencia inesperada iluminó su pantalla apareciendo el perfil de una investigadora que se encontraba en los Valles Secos de la Antártida. “Es alucinante”, declaró el científico.
A pesar de la ilusión inicial, el encuentro no prosperó más allá de una breve interacción, ya que la mujer debía abandonar la región al día siguiente. No obstante, el científico no pierde la esperanza de un posible reencuentro. "Ella va a volver, y puede que coincidamos. Todavía hay esperanza", concluyó.
Tinder, la popular aplicación de citas, no mantiene estadísticas oficiales sobre sus usuarios en la Antártida, pero coincidió en que probablemente este fue el primer 'match' registrado en el continente. En un lugar donde el romance parece una utopía, la tecnología demostró que el amor se puede encontrar hasta en los rincones más fríos y alejados del mundo.
El amor no entiende de fronteras, tampoco de climas extremos ni de coordenadas remotas. Durante mucho tiempo, se han idealizado ciertos lugares como escenarios perfectos para el romance como París con su Torre Eiffel iluminada, Venecia con sus góndolas sobre el agua, o Santorini con sus atardeceres de ensueño. Sin embargo, el amor puede surgir en cualquier rincón del planeta, incluso en los lugares más inesperados.
Las formas de encontrar pareja han evolucionado con el tiempo. Antes, los encuentros sucedían en la calle, en eventos sociales, cafeterías o parques. Hoy, aplicaciones como Tinder han cambiado las reglas del juego, permitiendo que dos personas se conozcan con solo deslizar un dedo sobre la pantalla sin necesidad de moverse de casa. Gracias a estas apps se puede llegar a conectar con gente en cualquier parte del mundo, como es el caso de un científico estadounidense que hizo 'match' en el lugar más insospechado del mundo.
En un giro inesperado de la tecnología y el romance, este científico destinado en la remota base de McMurdo, en la Antártida, protagonizó uno de los encuentros más sorprendentes registrados en la historia de Tinder. En diciembre de 2021, en una noche de soledad y curiosidad, el investigador decidió abrir la aplicación de citas para explorar sus posibilidades de conexión en uno de los lugares más inhóspitos del planeta. Para su sorpresa, encontró a una mujer acampando a sólo 45 minutos en helicóptero de su ubicación.
Ciencia y amor
El científico, cuya identidad prefirió mantener en el anonimato por temor a sanciones relacionadas con el uso del limitado Internet de la base, relató a la revista The Cut que inicialmente no aparecía ningún perfil en la aplicación. Sin embargo, al ampliar el radio de búsqueda, una coincidencia inesperada iluminó su pantalla apareciendo el perfil de una investigadora que se encontraba en los Valles Secos de la Antártida. “Es alucinante”, declaró el científico.
A pesar de la ilusión inicial, el encuentro no prosperó más allá de una breve interacción, ya que la mujer debía abandonar la región al día siguiente. No obstante, el científico no pierde la esperanza de un posible reencuentro. "Ella va a volver, y puede que coincidamos. Todavía hay esperanza", concluyó.
Tinder, la popular aplicación de citas, no mantiene estadísticas oficiales sobre sus usuarios en la Antártida, pero coincidió en que probablemente este fue el primer 'match' registrado en el continente. En un lugar donde el romance parece una utopía, la tecnología demostró que el amor se puede encontrar hasta en los rincones más fríos y alejados del mundo.
El amor no entiende de fronteras, tampoco de climas extremos ni de coordenadas remotas. Durante mucho tiempo, se han idealizado ciertos lugares como escenarios perfectos para el romance como París con su Torre Eiffel iluminada, Venecia con sus góndolas sobre el agua, o Santorini con sus atardeceres de ensueño. Sin embargo, el amor puede surgir en cualquier rincón del planeta, incluso en los lugares más inesperados.
Las formas de encontrar pareja han evolucionado con el tiempo. Antes, los encuentros sucedían en la calle, en eventos sociales, cafeterías o parques. Hoy, aplicaciones como Tinder han cambiado las reglas del juego, permitiendo que dos personas se conozcan con solo deslizar un dedo sobre la pantalla sin necesidad de moverse de casa. Gracias a estas apps se puede llegar a conectar con gente en cualquier parte del mundo, como es el caso de un científico estadounidense que hizo 'match' en el lugar más insospechado del mundo.
En un giro inesperado de la tecnología y el romance, este científico destinado en la remota base de McMurdo, en la Antártida, protagonizó uno de los encuentros más sorprendentes registrados en la historia de Tinder. En diciembre de 2021, en una noche de soledad y curiosidad, el investigador decidió abrir la aplicación de citas para explorar sus posibilidades de conexión en uno de los lugares más inhóspitos del planeta. Para su sorpresa, encontró a una mujer acampando a sólo 45 minutos en helicóptero de su ubicación.
Ciencia y amor
El científico, cuya identidad prefirió mantener en el anonimato por temor a sanciones relacionadas con el uso del limitado Internet de la base, relató a la revista The Cut que inicialmente no aparecía ningún perfil en la aplicación. Sin embargo, al ampliar el radio de búsqueda, una coincidencia inesperada iluminó su pantalla apareciendo el perfil de una investigadora que se encontraba en los Valles Secos de la Antártida. “Es alucinante”, declaró el científico.
A pesar de la ilusión inicial, el encuentro no prosperó más allá de una breve interacción, ya que la mujer debía abandonar la región al día siguiente. No obstante, el científico no pierde la esperanza de un posible reencuentro. "Ella va a volver, y puede que coincidamos. Todavía hay esperanza", concluyó.
Tinder, la popular aplicación de citas, no mantiene estadísticas oficiales sobre sus usuarios en la Antártida, pero coincidió en que probablemente este fue el primer 'match' registrado en el continente. En un lugar donde el romance parece una utopía, la tecnología demostró que el amor se puede encontrar hasta en los rincones más fríos y alejados del mundo.
