Un taxista de Canarias, sobre el mito de que siempre están enfadados: "No estamos de mal humor, simplemente sobreviviendo al tráfico"
Largas jornadas de trabajo, conducir de un lado a otro y clientes que, a veces, exigen hasta el hartazgo, este es el día a día de muchos taxistas.

El mito sobre que los taxistas siempre están enfadados está expandido por toda la península, pero también en Canarias donde una conductora ha decidido romper el silencio y dar voz a todo un sector. "Dicen que estamos amargados, que siempre vamos pitando y enfadados con el mundo", afirma en un vídeo de la plataforma de Tik Tok una isleña.
"Si me levanto a las siete de la mañana, tengo que hacer un millón de carreras y todavía tengo que aguantar el 'por qué no cogiste la rotonda'...", empieza a enumerar la usuaria Sarandando acerca de lo que tienen que soportar día tras día, jornada tras jornada, los trabajadores de la profesión que se pasan horas conduciendo de un lugar a otro.
A todo ello también hay que sumar que "cada vez que se suben atrás y no se ponen el cinturón, el coche empieza a pitar" y el tráfico de las ciudades que exige de una elevada paciencia a los conductores, hacen que la jornada laboral de los taxistas esté sometida a innumerables factores de estrés.
"Igual un poco de paciencia se nos escapa, sí", resalta la usuaria de la red social reconociendo que, incluso con todo lo que tienen que vivir a lo largo del día, a veces es difícil de aguantar con una sonrisa al volante.
"Ahora bien, de ahí a decir que estamos enfadados... Estamos concentrados y no de mal humor, simplemente sobreviviendo al tráfico", concluye la taxista en el interior de su vehículo.
Las profesiones que requieren de trato con el público en innumerables ocasiones se enfrentan a situaciones de estrés y de comportamientos ajenos que elevan la ansiedad de la jornada laboral. Es por ello que taxistas, camareros, dependientes... E incontables trabajos tengan una dificultad extra a la hora de desempeñar su oficio.
Además de las tareas que requieren la jornada, también deben de atender adecuadamente a un público que no siempre responde de la misma manera. Todo ello hace que el buen trato, en ocasiones, sea imposible.
