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Nueva Zelanda obligará a pasar por taquilla a los turistas extranjeros y desata la polémica

Nueva Zelanda obligará a pasar por taquilla a los turistas extranjeros y desata la polémica

La medida la anunció el primer ministro, Christopher Luxon, y ya tiene defensores, detractores... y otros países pendientes.

Vista del Mount Cook, en South Island, Nueva Zelanda
Vista del Mount Cook, en South Island, Nueva ZelandaNurPhoto via Getty Images

El problema del turismo masivo ha llevado a Nueva Zelanda a tomar medidas drásticas. El primer ministro del país oceánico, Christopher Luxon, ha anunciado la imposición de un 'impuestazo' para los turistas extranjeros que visiten los enclaves naturales más concurridos.

Según Christopher Luxon, el impuesto oscilará entre los 20 y los 40 dólares neozelandeses; esto es, entre 10 y 20 euros y se impondrá a los turistas extranjeros en parajes como Cathedral Cove, Tongariro Crossing, Milford Sound o el Mount Cook.

No será una medida inmediata, ya que entrará en vigor en 2027, como parte de un plan que aspira a "impulsar el crecimiento", argumentó el primer ministro de Nueva Zelanda

"He escuchado muchas veces de amigos extranjeros su sorpresa al poder visitar algunos de los lugares más bellos del mundo de forma gratuita. Es justo que en estos lugares especiales, los visitantes extranjeros realicen una contribución adicional de entre 20 y 40 dólares por persona", apuntó el mandatario.

Como recoge el diario The Economic Times, en estos enclaves turísticos el porcentaje de visitantes extranjeros llega a ser de hasta el 80% del total de personas que los recorren año tras año. 

Puesto en cifras, se calcula que el impuestazo a los turistas extranjeros genere lo equivalente a 30 millones de euros (el doble en dólares neozelandeses), que según el Gobierno del país se reinvertirán en el mantenimiento de dichos enclaves.

La medida, como era de esperar, ha despertado interés, apoyos y recelos a partes iguales, entre quienes ven una decisión adecuada para regular el flujo de turistas y garantizar un sustento económico y los que ven un recorte de libertades para los viajeros. 

El debate está servido y numerosos países con problemas de masificación del turismo observan atentos.