Los informes del Tribunal Supremo y de la Fiscalía son preceptivos pero no vinculantes para el Ejecutivo, que tiene la última palabra en la concesión del derecho de gracias.
Quizás se debería entender este muy limitado indulto como un paso previo y un simple intento de volver a poner las fichas en un tablero que un violento puntapié echó por tierra.