Parece ser que el Gobierno alemán quiere implantar una tasa a los automovilistas extranjeros por la utilización de sus autopistas gratuitas. Cuando se lleve a cabo se desatará la guerra por ver quien es el siguiente. El problema es que autopistas gratuitas hay muy pocas en Europa... salvo en España.
El único canuto que se ensanchó sin límite en los años de las vacas gordas fue el de la obra pública y el inmobiliario, cuyo paradigma está hoy en esas autopistas de peaje en la ruina. Mientras tanto, el Wi-Fi del pueblo de mi mujer sigue yendo endemoniadamente lento.