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Indemnizan a Mauricio con 40.000 euros después de que un robot le perforara el intestino delgado: los médicos tardaron una semana en percatarse

Indemnizan a Mauricio con 40.000 euros después de que un robot le perforara el intestino delgado: los médicos tardaron una semana en percatarse

El tribunal acreditó una negligencia profesional.

Un cirujano coloca el material quirúrgico para llevar a cabo una operación
Un cirujano coloca el material quirúrgico para llevar a cabo una operaciónGetty Images

El Juzgado de Primera Instancia número 5 de Jerez de la Frontera ha condenado a una aseguradora a indemnizar con más de 40.000 euros a un paciente, identificado como Mauricio, tras una cadena de complicaciones quirúrgicas originadas en una prostatectomía robótica. El tribunal reconoce que el hombre sufrió una negligencia médica que derivó en varias intervenciones de urgencia y un grave riesgo para su vida.

Mauricio, diagnosticado de un carcinoma de próstata, fue operado en julio de 2023 en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid. Durante la intervención, realizada con un robot quirúrgico, se produjo una perforación en el intestino delgado que no fue detectada ni durante la operación ni en los días posteriores, pese a que el paciente mostraba síntomas evidentes.

La complicación obligó a una segunda cirugía. Sin embargo, aquella intervención dejó un nuevo error: una compresa quirúrgica olvidada en el abdomen. El descuido provocó una infección grave —un textiloma peritoneal— que desembocó en una tercera operación para retirar el material y controlar la sepsis.

Aun así, el paciente desarrolló abscesos intraperitoneales que hicieron necesaria una cuarta intervención. Tras superar todo el proceso, Mauricio presentó una demanda reclamando más de 93.000 euros por mala praxis y por entender que no fue correctamente informado de los riesgos de las operaciones.

Mapfre, su aseguradora, defendió que los consentimientos informados eran adecuados y negó que la infección estuviera necesariamente vinculada a la gasa olvidada. La Fundación Jiménez Díaz también se personó, argumentando que la atención prestada cumplió la “lex artis”, salvo el error evidente del material no retirado.

El juez, sin embargo, consideró que la perforación intestinal sí estaba contemplada entre los riesgos informados y que el consentimiento fue válido, incluso en la segunda intervención, realizada en un contexto de urgencia. Por ello, rechazó la indemnización por daño moral que reclamaba el paciente.

Lo que sí reconoció el tribunal fue la existencia de negligencia profesional por la gasa olvidada y la falta de detección temprana del daño intestinal. Ese argumento sustenta la indemnización final: 32.996 euros más intereses, que elevan la compensación total a algo más de 40.000 euros.

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