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La mujer hornea un pastel para un sintecho todas las mañanas y seis años después doce marines llaman a la puerta

La mujer hornea un pastel para un sintecho todas las mañanas y seis años después doce marines llaman a la puerta 

Escenas que nos llenan de esperanza.

Una mujer horneandoAndrew Zaeh- Getty Images

En un mundo cada vez más individualista, parece que los actos de generosidad desinteresada son cada vez menos comunes, pero no siempre es así.

Una muestra de ello es la historia de Emily, una joven panadera de San Diego (California) que se ha tirado seis años dando de desayunar de manera gratuita a una persona sin techo que siempre estaba en un banco delante de su local.

Emily le dejaba una pieza de bollería caliente todas las mañanas, sin preguntarle nada y sin entablar siquiera una relación con el vagabundo, quien simplemente aceptaba el regalo agradecido.

Pero la enorme sorpresa para la panadera ha llegado en el momento más inesperado: el día de su boda. Tras seis años realizando esta bonita acción, el desconcierto fue máximo cuando justo antes del casamiento se presentó en la iglesia un anciano con un traje viejo que nadie conocía.

Mientras todos se preguntaban quién era ese señor, se empezó a escuchar fuera un intenso ruido de neumáticos. Fue entonces cuando aparecieron en el evento 12 hombres con uniformes militares: infantes de la marina.

Y entonces todo cobró sentido. El señor mayor que había entrado era la persona sin hogar a la que Emily había estado dando de desayunar de forma desinteresada durante tantos años, pero también era un ex oficial superior de la Infantería de Marina que había perdido a su esposa y su hogar.

El anciano no se había olvidado de la bondad de la panadera y al enterarse de su casamiento habló con los marines, quienes acudieron a su boda como guardias de honor.